Miguel Ángel Lanzas tiene 33 años, un hijo de seis, una furgoneta con la que reparte el pan por los pueblos de Jaén, las vértebras machacadas y un pie roto. “Como cada día salía de casa a hacer los repartos, de repente vi que me venía de frente un coche y lo esquivé, pero ellos dieron un volantazo, volvieron donde yo estaba y nos pegamos de frente”, cuenta Miguel Ángel a EL ESPAÑOL. En el coche que se estrelló contra él iban los miembros del grupo de música Supersubmarina que ya ha cancelado los conciertos previstos para los próximos meses.
“El que iba conduciendo se durmió al volante”, afirma el joven, cuyo seguro emprenderá acciones legales contra los responsables del accidente. El joven rememora el accidente que el pasado domingo tuvo en la carretera de Úbeda. Seis personas resultaron heridas debido al choque entre un turismo y una furgoneta, donde iban Miguel Ángel y sus panes. "El golpe fue para matarnos", afirma mientras está tendido en un hospital de Sevilla, donde tuvo que ser trasladado desde Jaén por recomendación de los médicos. “En el hospital me han dicho que esto tiene de tres a cinco meses de recuperación. Me han hecho una prueba y estamos esperando a ver si me operan”.
Un coche me venía de frente y lo esquivé, pero ellos dieron un volantazo y nos dimos de frente
El panadero cuenta que “no me puedo mover por la espalda, tengo que estar boca arriba”. “Lo peor son los dolores, me dan calmantes pero me sigue doliendo”. Sin embargo, Miguel Ángel está animado y deseando irse a casa y poder ver a su niño, al que no “le hemos dicho qué le ha pasado a papá”. Además de Miguel Ángel el accidente hizo que Jose Marín, vocalista del grupo, y Juan Carlos, batería, fueran operados de urgencia. Según cuenta el panadero los chicos que más afectados han quedado iban en la parte de atrás del vehículo. Ambos evolucionan favorablemente tras ser operados según un comunicado que el grupo ha colgado en las redes sociales, pero han tenido que suspender los conciertos previstos para los próximos meses.
Sólo quiero que estemos todos sanos, que ellos se recuperen sin ningún tipo de secuelas y les he dicho que me tienen aquí para lo que necesiten
Desde hace cuatro años el joven reparte el pan por la zona de Villanueva del Arzobispo y afirma que la carretera “no es peligrosa, nunca había tenido un accidente desde que me saqué el carnet, jamás”, cuenta. Sin embargo, el joven no culpa a nadie del siniestro: “Le puede pasar a cualquiera”, dice Miguel Ángel mientras sentencia que no le desea mal a nadie. “He hablado con los padres de los chicos y me han dicho que están bien, que los que estaban más graves están mejorando. Sólo quiero que estemos todos sanos, que ellos se recuperen sin ningún tipo de secuelas y les he dicho que me tienen aquí para lo que necesiten”, cuenta el joven.
“Después del golpe la puerta de mi coche no se podía abrir, pero le dí una patada a la del copiloto y salí por mi propio pie. Vi que el otro coche estaba boca abajo y que la gente ya se había parado a ayudarles, me preguntaron si podía ayudar pero yo no podía, no me podía mover por el dolor de la espalda, de lo contrario hubiera estado el primero dándole la vuelta al coche”, recuerda Miguel Ángel.