El rap de los 'Sons of (Esperanza) Aguirre': "No soy racista, soy ordenado"
Hay una banda neoliberal que admira a Rato y a Pujol. Es homófoba, clasista, 'quemarrojos' y dice con orgullo que la derecha roba.
30 septiembre, 2016 00:33Noticias relacionadas
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Traen macroeconomía fina en forma de rap metal. Son los hijos de Maastricht, los discípulos de Alfonso Rojo, los compadres de Álvaro Ojeda, los niños mimados de Jordi Pujol. Leen la Forbes, escuchan Manolo Escobar y visten de Inditex -"esta camiseta la han bordado tres bebés de Bangladesh"-. Su rollo es Rato, Santiago Abascal, las rentas de papá y las hogueras de perroflautas. Son una amalgama de simpáticos tópicos de la derecha, pero al menos van con su neoliberalismo a piñón, como los tuiteros que no ponen su cara en la foto de perfil.
Sons of Aguirre es la parodia que confirma que en España sólo hay rap de izquierdas, porque al verso conservador le cuesta no ser casposo con base de fondo. Su coña, en realidad, tiene algo de exquisito, porque no se distingue inmediatamente: uno ve que las camisetas con el logo de la calavera de Esperanza Aguirre -armada, en una mano, con unos palos de golf, y en la otra con un cartel que reza 'no más IVA'- se venden como rosquillas, que hay conciertos programados en Murcia, Sevilla, Madrid, Barcelona y Alicante y que la chulería de su discurso no deja de tener flow.
La confusión se disipa al ver que los integrantes de la banda son WillyLET (el rapero de Día Sexto) y McEndesa (@masademocrata, youtuber, ex colaborador de La Tuerka y ahora de El Jueves). "A ellos les da igual que no paremos de robar, son tres años ya sin una huelga general", cantan, y de repente todo chirría. "Aunque votes al coletas, tu futuro es gris: aquí mandan los chicos del FMI".
Comunistas y orgullosos
Sons of Aguirre nació como una suerte de alter ego de Los Chikos del Maíz -de los que, además, son amigos-, con intenciones de extraer del subterráneo el ideario que la derecha "no se atreve" a mentar sin paños calientes "porque le da miedo, o vergüenza". "Es como decir 'veo Sálvame y estoy orgulloso', ¿no?", bromea David (WillyLET). "Nosotros somos comunistas y estamos orgullosos de decir que lo somos".
¿Y por qué Aguirre como líder? "Representa una combinación de la casta con la intención de la modernidad ideológica: va de lo más nacionalcatólico al tinte liberal", explica Víctor (McEndesa). "Hay una frase en la que decimos que 'liberal en lo económico es fascista en lo político', y creo que eso lo resume bien. Es justo lo que expresa Esperanza Aguirre".
Hay una frase en la que decimos que 'liberal en lo económico es fascista en lo político', y creo que eso lo resume bien. Es justo lo que expresa Esperanza Aguirre
Cuenta McEndesa que sus canciones -que empezaron de broma y han cosechado un éxito que no se esperaban- tratan de hilvanar todas las "frases cuñadas del capitalismo español, repetidas una y otra vez sin ningún tipo de razonamiento, sin demasiada información": "Por eso en uno de los temas decimos lo de 'España para los españoles; menos mi hermana, que está currando en Londres", sonríe. Víctor dice que hay veces que alguien de derechas no se diferencia de alguien apolítico, porque "las ideas de la clase dominante se van filtrando hacia todos nosotros y aceptamos muchos mantras, como, por ejemplo, que la crisis es culpa de todos, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", relata. "Eso es un mantra que se asume apolítico pero es ampliamente opresivo para las clases trabajadoras de este país: las culpan por trabajar en un supermercado y tener un coche".
Sus letras son bolas curvas que no dejan títere con cabeza: "Escucha, trucha, aquí todos heteros; la homosexualidad, Mariano, llévala en secreto", suelta una. "No soy racista, soy ordenado", guiña otra. "A mí hay que temerme, como a Hermann Tertsch cuando sale los viernes"; "Que alguien me gobierne, que alguien me soborne, ¿tú tienes a Galeano? Yo a Bertín Osborne"; "Viva el parado que dice 'yo votaré a Ciudadanos' (...) viva la democracia que nos trajo el de los GAL, viva el libre mercado y Charmander a caballo". Por no hablar de la hostia limpia al sistema judicial corrompido por el político: "Las reglas son: si me jodes, te vas con Alfon".
Tú de Lenin, yo de Franco
Explica David que su filosofía como incipiente grupo de rap de izquierdas es sencilla y consecuente: "Yo nunca he estado con un sello discográfico. Ahora, con Sons of Aguirre, tenemos sólo un contrato de manager y es con unos amigos. Intentamos cobrar lo que creemos que merecemos y damos un perfil bajo a nuestros conciertos, porque hay gente que lo está pasando mal económicamente o que está estudiando... intentamos ser lo más coherentes posibles sin dejar de cobrar por lo que hacemos", relata.
No es asumible que una persona de izquierdas no pueda tener un Iphone. Es un bien de consumo que se ha convertido en mainstream
Ante la pregunta de si el rap de izquierdas puede caer en la ostentación y permanecer impermeable a la derecha, Víctor sostiene que en esos videoclips de ferraris y fajos hay "una contradicción": "En esa cultura de la imagen, es fácil que haya chavales que te vean y se queden más con lo que expresas que con lo que dices. No puedes decir 'viva el reparto de riquezas' mientras enseñas un dinero que otros no tienen", reflexiona. "Pero, al mismo tiempo, no es asumible que una persona de izquierdas no pueda tener un Iphone. Es un bien de consumo que se ha convertido en mainstream: si lo has comprado con un dinero que has ganado honradamente, ¿por qué no vas a poder tenerlo?".
Por otro lado, Víctor -que nunca había rapeado hasta ahora, pero que aprende rápido- cree que hay "mucho rapero que se ha subido al carro de lo social, pero con un mensaje muy ambiguo, para ganar rápido oyentes": "Hay que distinguir quién lo hace por un beneficio comercial y quién lo hace porque ha visto a sus padres trabajar diez horas en una escalera por 600 euros", explica. Sostiene que en España "afortunadamente", la escena del hip hop ha sido fiel a las raíces del género: "La música de una clase trabajadora que, como no tenía otra forma de expresarse, juntó dos vinilos, hizo base y dijo en verso lo que no sabían cómo decir en prosa. Hemos tenido esa suerte con raperos como Tote King o La Mala, que hicieron el rap social de los noventa, aunque ahora se haya ido diluyendo hacia algo más comercial".
Su música se queda en el tímpano, como un germen venenoso: "La derecha nunca quiebra, y si todo sale mal, siempre nos queda Albert Rivera". Al líder de Ciudadanos no le hace especial gracia el invento de Sons of Aguirre: hasta los ha bloqueado en Twitter. Prefiere ni verlos. "Tú de Cuba, yo Miami; tú no comes, yo salami (...) Tú de Lenin, yo de Franco, tú de bici, yo de barco... tú en el curro, yo tumbado". La rueda sigue, cargada de sátira. "Un preso político es Torbe, no Arnaldo Otegi"; "Vas a ser pobre por mucho que reces; sacad a Leopoldo, joder, lo merece"; "Intentaron joder mi imperio usando a Llamazares... buena, chavales", guiñan. "Más desahucios y recortes, yo más rico y tú más pobre, algunos mueren de hambre y sed, ¿a mí qué...?". Ya saben: "Que aprendan a emprender".