"Amor y golosinas, sueños perversos; y Gerard Depardieu diciendo versos", cantaba un jovencísimo Pedro Guerra, niño canario llegado a Madrid en el 95. Fue ese su primer trabajo, bautizado con nombre de dulce enano, de capricho minúsculo que llevarse a la boca. Con él llegó al mítico café madrileño Libertad 8 y empezó a hacer senda. Hoy remasteriza el original y lo hilvana a colaboraciones bien queridas: ahí Las gafas de Lennon, con Rozalén, Deseo, con Pablo López, Peter Pan con Juanes y Contamíname con Vanesa Martín. Aquí política y humanidad; música y utopía, antifranquismo y nuevas estacas de Lluis Llach: hay Golosinas para todos.
¿La canción protesta en España está muerta o de parranda?
Ni siquiera sé si ahora mismo existe un movimiento acuñado de esa manera. Te puedo hablar de la canción de autor, donde sí es verdad que hay una parte muy importante que mantiene canciones de temática social y comprometida. Ese cuño de “canción protesta” me suena como a algo de otra época.
Pero aún hay cosas por las que protestar, ¿no?
Sí, sí. Y tantas. Pero yo prefiero hablar más de canción de autor y canción comprometida, que sigue existiendo y me parece que está en buen estado de salud. Pero además la reivindicación, que era antes más patrimonio de los cantautores, se ha extendido a otros géneros musicales. Sin ir más lejos el rap, el hip hop, el pop, el rock… muchos estilos se han sumado a la música reivindicativa.
Cuando habla de canción comprometida, ¿en qué compromiso se siente involucrado?
Me siento involucrado en los mismos que me sentí siempre. La lucha del feminismo hoy día es algo en lo que debemos estar involucrados, no sólo las mujeres, sino los hombres también. Eso es algo que nos va a hacer mejor a todos y todas. Todas las cuestiones que tienen que ver con la inmigración y cómo se gestiona la llegada de inmigrantes… y la integración, y la mezcla de culturas, me parece un tema fundamental. Todas las cuestiones que ha generado la crisis: desahucios, familias que se van al paro, desestructuración de la sociedad… lamentablemente, podría hacer una lista enorme. Vivimos en un mundo que podría ser infinitamente mejor. No sólo para mí, para todos. Yo no me quejo por mí, pero uno vive en una sociedad y tiene que tener mentalidad de empatía y solidaridad con el resto de empatía y de la gente.
Contamíname es una oda a la multiculturalidad, a la mezcla y al beber de diferentes fuentes. A la vez, de alguna manera, también es un canto contra el racismo. ¿España sigue siendo racista?
Cualquier país que hace un cierre brutal de fronteras y pasan las cosas que pasan con los inmigrantes, con la gente que viene de otras realidades… y de alguna forma se intenta desviar todo eso a un problema de culturas que van a venir, que nos van a invadir…: eso es una actitud racista en sí misma. No sólo España, Europa. Está teniendo todo un viraje hacia algo que me parece muy peligroso. Esto es así: los españoles, en épocas duras, viajaron y se fueron a otros países, montaron sus negocios… y ahora otros vienen aquí. Hay que buscar las raíces de los problemas y gestionar, vale, pero siempre desde la humanidad. Cualquier cosa que pase por criminalizar a alguien porque tiene un determinado aspecto o viene de un determinado sitio, o tiene una determinada cultura o religión, es racismo.
En Las gafas de Lennon dices que igual no será posible el “imagine all the people”. ¿Lo sigues pensando?
Al final, en realidad, la canción concluye con “y sí será posible”. A ver: cuando yo escribí esta canción era más joven, tenía otra mirada, ¡veinticinco años menos!… mirábamos con cierta nostalgia los años sesenta, la época en la que John Lennon peleó tanto por eso, por el peace and love… todo eso. Uno pensaba: ¿por qué nosotros no podemos vivir nuestra época y reivindicar y reclamar eso para nosotros? Yo creo que la respuesta la tenemos nosotros.
Mi verso favorito es el que dice “no es bueno quedarse colgado de un sueño, habrá que empujarlo llegado el momento”. Llama a la acción.
Claro, o te quedas colgado ahí o intentas que tu sueño se haga realidad, y para eso habrá que poner de nuestra parte, ¿no? Es verdad que ahora vivimos en una época de tanta confusión… las redes sociales son caóticas, estamos en la era de las ‘fake news’ y los rumores. ¡Es tan difícil saber! Pero bueno, como todo, esto se irá reconduciendo.
¿Cree que es verdad eso que dicen de que los jóvenes de izquierdas, cuando se hacen mayores, se vuelven de derechas?
Eso sólo lo dice la gente de derechas. Como que ser de izquierdas es una cosa juvenil, antigua, caduca… pero a ver, también ahora los términos están muy desvirtuados. En fin, yo creo que no. Para mí, el ideario de la izquierda está lleno de solidaridad, que no caridad, intentar un mundo más justo y mejor para todos, un mundo con igualdad de derechos para mujeres y hombres, sin discriminación… sin entrar en el fantasma de ¡uh, que vienen los comunistas, te lo van a quitar todo…!, ese tipo de cosas. Gracias a la izquierda se avanza en las cuestiones importantes. Pero la derecha, cuando habla de avanzar, habla de “economía”, y ahí está la diferencia.
Huesos viene muy al caso. ¿Qué cree que habría que hacer con los restos de Franco y por qué parece que sus huesos valen más que los de los represaliados?
A ver: Franco fue un dictador. Ahora uno escucho todo tipo de teorías, pero fue lo que fue: un dictador de 40 años.
¿Se le está blanqueando?
Si no somos serios y llamamos a las cosas por su nombre, sí que hay algo como medio recalcitrante ahí debajo que sale a flote… pero por ejemplo, con la memoria histórica, mucha gente dice que hay que dejar las cosas como están. Pero sólo lo dice quien no tiene muertos en las cunetas, sino en los cementerios. En la guerra murió gente de los dos bandos, pero una vez que se acabó la guerra, la represión generó muchísimos otros muertos. Estas cosas son más simples, más sencillas… si Franco es un dictador, no puede estar en un mauseoleo. Ni él, ni nadie. Ni Fulanito…
¿Fulanito es Primo de Rivera?
No, me refería a Lenin, y todo esto que dicen. Me da igual. Ni Franco ni Lenin tienen que estar en un mauseoleo. Y no hay que hacer un mundo de esto. Que la familia de Franco lo lleve a donde considere mejor y ya está. Luego siento que estos temas funcionan como cortinas de humo. Hay que hacer lo que hay que hacer, y ya está, y a otra cosa, que lo importante son otras cosas.
Estos temas desvelan reacciones muy extremistas… regresa el Cara al sol. Regresan manifestaciones que parecían superadas. ¿O quizá estuvieron ahí todo el tiempo?
Yo creo que España ha superado el Cara al sol. Esas cuestiones están superadas. Pero les dan tanto espacio a los defensores del franquismo en televisión que la sensación que tenemos todos es que España se ha vuelto franquista, y no, pero le están dando demasiado espacio a algo que es más bien anecdótico. Igual hay mucha gente que todavía… no sé, veo hasta gente joven. ¿Alguien que tiene menos edad de la democracia, cómo puede anhelar algo que no vivió, que como mucho le han podido contar…? ¿Nostalgia de qué? No saben cómo fue. Pero insisto: vivimos en un mundo tan políticamente desvirtuada, al final es muy difícil abrirse camino con claridad.
¿Para dónde debería caer ahora La estaca de Lluis Llach en Cataluña?
Tiene que caer hacia el lado del entendimiento. Es una sociedad fracturada, partida en dos, con dos lados muy enconados y muy enfrentados… todo tiene que pasar por las vías del entendimiento. Este es otro de los temas más enturbiados. Yo sólo lo planteo, porque es mi manera de ser, desde el diálogo y el acercamiento.
Quería preguntarle por el ‘Me Too’ en el mundo de la canción de autor. Hemos hablado mucho de cómo el hombre poderoso o admirado se ha podido aprovechar de su jerarquía. ¿Conoce de algún caso, ha visto algo extraño a lo largo de su carrera?
De momento no vi nada ni lo supe. No soy consciente de eso. Y mucho menos en la forma en que se ha dado con el caso de Weinstein, por ejemplo. Estos casos así.
Pero va muy asociada al cantautor la fama de “mujeriego”, sobre todo a los del espectro canalla.
Entiendo, pero una cosa es que una persona tenga muchas relaciones sexuales, quizá porque su oficio le permite el contacto con mucha gente, y otra cosa es que eso se convierta en una coacción, abuso o violación. No importa el número de las relaciones, sino cómo han sido esas relaciones.
He leído que su padre fue senador por el PSOE. ¿Cree en este PSOE de Sánchez o es más de la izquierda de Podemos?
Yo he estado siempre más cercano a Podemos e IU. Me gustan las confluencias, no tanto un partido en concreto. Me parece bien que las fuerzas de izquierdas lleguen a acuerdos, se junten y hablen, y nos ayuden a salir adelante a los ciudadanos. El PSOE de Sánchez lleva tan poquito tiempo…
Se han caído dos ministros.
Eso para mí es un avance. Ha habido dos ministros que han hecho cosas que no eran correctas y se han marchado: muy bien. El PSOE ha dado una lección al PP con sus dos dimisiones. ¿Cuántos años hace que no veíamos nada así? Es algo a alabar.
Ha visto usted que la frase de la semana es ¡viva el rey!: Pablo Casado ha dicho que hay que recuperarla en los mercados y en los bares, y que cuando pagamos impuestos o asistimos a un dependiente, estamos diciendo “viva el rey”. ¿Cuándo dice Pedro Guerra ‘viva el rey’, si es que lo dice alguna vez?
No he dicho nunca ‘viva el rey’, ni siquiera para referirme a Elvis. No soy muy de Elvis. Puedo decir ‘eres un crack’, ‘que´grande eres’, ‘eres genial’… pero ‘eres el rey’ no. No creo que sea muy aconsejable ir por ahí diciendo ‘viva el rey’ todo el rato. Está la canción esa de ‘pero sigo siendo el rey’… pero no más.
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