La muerte de Chiquetete ha destapado, especialmente, la caja de los truenos personales por su controvertido papel como esposo y padre: ahí las acusaciones de Raquel Bollo acerca del maltrato que ejerció sobre ella, amén de la condena de cuatro meses de cárcel por impago de la pensión de sus dos hijos tras su divorcio. En el ámbito musical, hacía años que ningún experto en el género se refería a él. Su racha de gloria acabó en los noventa, después de convertirse en líder de ventas y hacer atractivo el flamenco para el gran público. Quienes le conocen, achacan su declive artístico a la mala vida.
Pero, más allá de las polémicas, ¿qué importancia tuvo Chiquetete en el mundo del flamenco? ¿Fue un producto súper-ventas irrelevante para la historia del género o un pionero? ¿Es cierto que inventó la canción flamenca, como se ha reseñado estos días? Al entrar en el mainstream, ¿se vendió o se dedicó a expandir las coplas de su raza gitana? El musicólogo Faustino Núñez explica a este periódico que Chiquetete “no inventó la canción flamenca en el sentido estricto, ya que desde antiguo existen canciones aflamencadas”: “Lo que pasa es que Chiquetete era cantaor e hizo de sus canciones románticas canciones flamencas, porque él era flamenco de origen”, sostiene.
“Para su época, Chiquetete sí le dio a la canción flamenca el marchamo de actualidad que necesitaba y bueno, tendió hacia la canción económicamente más rentable, para llegar al gran público. Hay muchos que consideran que Chiquetete está más dentro de la canción que del cante, pero como le ocurrió a otros artistas (como Valderrama o Manolo Caracol), llenaron los teatros gracias a ese giro. No lo hubieran hecho con el cante jondo: es un cante de minorías”, relata el experto en flamenco.
Respeto flamenco
A ojos de Núñez, la aportación de Chiquetete al flamenco ha sido “notable”: “Llegó a mucho público y tuvo una carrera brillante. En la época de los festivales estaba muy solicitado. Todos los flamencos lo querían mucho. ¿Que si hubo críticas por su viraje hacia la música comercial? Sí, pero eso siempre pasa en todos los estilos: hay un sector de la afición que critica, pero es una minoría. Todos los expertos están de acuerdo en que era uno de los grandes”.
Pone ejemplos actuales, como Rosalía o Pitingo. “Ella no es una cantaora hecha aún, sabe cantar flamenco pero el estilo que cultiva es más personal. O Pitingo, que es un gran cantaor flamenco pero se ha asomado a otros géneros porque son más rentables. Cualquier artista busca la realización personal, pero también cierta rentabilidad que le permita lleva runa vida más o menos cómoda. Ha pasado siempre en los círculos puristas que se ha criticado esto: pero ahí está José Mercé. O el gran Camarón”.
¿Cree Faustino que canciones como las de Chiquetete -desde Esta cobardía a A la puerta de Toledo- funcionarían si fuesen lanzadas tal día como hoy? ¿Qué ha muerto con el cantante? “Cada época tiene sus estilos y sus gustos. Que un artista trascienda a su época para gustar a más público no es fácil de conseguir. Pero siempre habrá gente a la que le guste Chiquetete, incluso ahora que ha fallecido el hombre. Los flamencos tenemos mucha pena de que se nos haya ido un artista de esa categoría; y esperamos que empiece a valorarse ahora la faceta artística más que la personal. Yo creo que sus canciones siguen estando vivas”.
Su compadre Paco Cepero
Subraya que era un “cantaor flamenco de altura” y pide que “sea tratado con el respeto que merece”: “Estoy leyendo las redes sociales y me parece que se nos ha ido un poco de las manos”. El compositor Luis Troquel cuenta a EL ESPAÑOL que el éxito le llegó a Chiquetete “a principios de los ochenta porque fue la principal voz de un tipo de canción melódica muy ligada al flamenco, pero a la vez muy heredera de la copla”. Celebra su tándem con Paco Cepero. “Ellos se convierten en lo que fueron en los sesenta y setenta Raphael y Manuel Alejandro”.
Cuenta Troquel que “Cepero compuso para todo el mundo, pero su principal voz fue Chiquetete, y para Chiquetete su principal autor era Cepero. Le hacía baladas con un fondo flamenco que tenía más garra que cualquier balada al uso. Todo arraigado en lo andaluz. Y la voz excepcional de Chiquetete, que siempre mantuvo”. Señala que sus grandes éxitos fueron “en el mundo de la canción y las sevillanas”, como fue el caso de Manolo Caracol en los cuarenta. “Las canciones que triunfaron tienen estribillos tarareables, acancionados”.
A pesar de su incursión en el mainstream, Chiquetete “tenía un talento espectacular que lo separaba de los artistas de gasolinera, con todo el respeto”: “Llegó a un punto mucho más alto a nivel de éxito popular, no sólo en España, sino en América. Y se le juzgó mal por eso: se olvidó lo gran cantaor que es por el éxito con las canciones sentimentales. Los flamencos de verdad siempre lo han valorado”.
Relata que, cuando vivía en Triana, “residía en la misma calle que Lole y Manuel, y era un peso pesado igual que ellos”: “Su vida estaba muy ligada a ese ambiente, como le paso a María Jiménez. Hay un vínculo muy fuerte con el andaluz, con la escena sevillana-andaluza, y no pudo hacer otra cosa que mamar de eso. Lole y Manuel siempre conservaron un punto más contracultural, pero Chiquetete llegó un momento en el que estuvo en la misma liga que Julio Iglesias y Camilo Sesto. Se disparó… y fue la repanocha”.