Pese a su larga trayectoria, a Pablo López todavía le sorprende todo el alboroto que supone sacar nuevo disco. Observa el vinilo, los grandes carteles y la portada del álbum con curiosidad y una sonrisa. El cantante, compositor y, en general, artista, atiende a una entrevista a EL ESPAÑOL en las oficinas de su casa, Universal.
Pretente, tal y como cuenta, dejar atrás una efeméride que pretendía recordar de otra manera. 2020 ha sido y sigue siendo un año duro. Pero también es el año en el que lanza su nuevo álbum: Unikornio. Once millones de versos después de ti es el resurgir de las cenizas.
¿Cómo afrontas Unikornio, tu último proyecto, en el ocaso de un año tan duro como este 2020?
Lo afronto con muchísima energía, con mi pequeña aportación. Yo quiero eliminar todo el mal de este 2020 y creer que todos los años y todos los días merecen la pena. Si tenemos voz para quejarnos es que estamos bien.
¿Qué ha aprendido Pablo López este 2020?
No te voy a rehuir la pregunta. He cambiado y he pasado por la catarsis de conocerme a mí mismo profundamente y de aceptarme tal y como soy. Me he hecho mayor de forma positiva. Porque hay veces que el escenario te hace mayor o te da la impresión de que tu vida es más adulta de lo que es realmente pero en este caso puedo decir que al fin sé cuáles son todos mis rincones oscuros y cuáles mis virtudes.
¿A lo largo de estos meses te has reconciliado con el ser humano o lo que has visto en el munto te ha hecho abrazar la misantropía?
Es curioso porque yo siempre he hecho penosa gala de ser un misántropo y lo que estaba era mal informado. Ahora mismo tengo una filantropía absoluta. Tengo la sensación de que todo el mundo sabe querer y de que nadie es malo por naturaleza.
Lo he visto al haber dado 30 conciertos en los que la gente respetaba todas las medidas de seguridad, que escuchaban a un tío tocar el piano sin molestar e interactuaban con los demás; llorando sin molestar, cuidándose los unos a los otros. Lo visto estos meses, personalmente, me ha demostrado que no existen malas personas realmente. He averiguado que hay personas que se han equivocado un día y que si no tienen ninguna patología acaban reconociendo sus errores y mejorando como personas.
¿Esos errores crees que se deben a la ignorancia o piensas que se han producido deliberadamente?
Creo que la ignorancia es bastante atrevida, ¿no? Ya lo dice el dicho. También es agresiva. Nos pasa con el diferente en la vida: políticamente, racialmente o sexualmente. Es hermoso tener la ventana tan abierta 24 horas al día. De vez en cuando coges un resfriado en verano, pero cuando estás dispuesto a esuchar a todo el mundo, por muy antagónico que sea a ti, te das cuenta de que tenéis muchas cosas en común. E insisto, todos nos equivocamos.
Retomemos el disco. Hablas de transmitir amor. Quiero que me matices este concepto que expones en Unikornio.
Una de las cosas que he aprendido a reconocer es que todos somos producto del amor. Vivimos, respiramos y convivimos en función del amor. No un amor de "tú y yo juntos para siempre", sino el amor de buscar la belleza sana en todas partes y de hacerlo todo con amor. Este disco tiene un componente nuevo. He entendido que debo aprender a quererme a mí mismo para saber querer. Yo pensaba que por ser sensible tenía más amor que los demás. Y estaba equivocado. He querido hablar de eso, me siento mayor al fin como para poder hablar del amor.
Háblame de KLPSO y de estas bellas letras: "Yo quiero ser momento / Yo quiero y quiero / Y mientras quiero ya pasó / Yo te pido perdón, perdón".
No me gusta explicar explícitamente una canción por si la gente se desprende al sentir que no es suya. Pero imagínate que me lo estoy diciendo a mí mismo. No se puede abarcar todo, no se puede querer estar en todas partes y pretender que todo el mundo se sienta tan querido. No existe lo ecuánime en la forma de relacionarte con las personas, ni la equidad. Cuando he querido que este, esta, aquel y el otro estén bien, he acabado solo porque realmente no he dado calidad a nadie.
Es una manera de decir que hay que apostar por la salud mental a través del amor de calidad. Hay que tener valentía de decir que no también. Se ama y se respeta diciéndole a una persona que no; y diciéndose a uno mismo que no. Si lo aplicamos a la segunda persona, siempre me ha costado mucho decir que no quiero o que necesito un tiempo para mí solo y eso me ha causado muchísimos problemas.
¿Hay que priorizar la salud mental de uno propio a la gente que te rodea?
Sin duda. Es que el bienestar personal es el único que te permite ser generoso sentimentalmente. Si tú no estás bien, la caricia que le regalas a otra persona se puede convertir en alquitrán. Yo personalmente esto lo he vivido. Creía que estaba ayudando a alguien en un momento concreto y resulta que le estaba quitando un poco de vida.
Decías en una entrevista concedida a este periódico que no veías a una canción ser capaz de cambiar el mundo. Choca con las declaraciones de artistas que defienden lo contrario: que el arte sirve para cambiar el mundo.
Me gustaría concretar que me refería a Tu enemigo. Quería decir que yo para cambiar el mundo tendría que hacer muchas más cosas que una sola canción. Dicho esto, he aprendido que la música, el arte, sirve para cambiar muchas cosas. La creación de arte es una forma de viajar en el tiempo y ver lo que va a pasar. Es una especie de clarividencia. El arte es necesario para que sigamos inventando idiomas. Es necesario para hacer este mundo sostenible.
¿Crees en la cultura del esfuerzo o piensas que es un mensaje de optimismo que ignora otras realidades? ¿Defiendes eso de que "si lo peleas al final acabarás por conseguirlo"?
Puede que la idea esté mal estructurada. Pero lo primero y primordial para conseguir algo es quererlo. Parece tonto decirlo pero hay veces que se te imponen objetivos que te hacen pasar malos ratos y te das cuenta de que no querías hacerlo. Imagínate que yo me autoexijo tener un gran éxito en América. Habría que plantear si realmente tengo una visión de futuro en ese continente. Lo importante es no frustrarse. El esfuerzo sale solo cuando se quiere. Y luego ya si está un poquito tarado, mejor que mejor.
Decías en El Hormiguero que hacía poco que acababas de estrenar nueva casa. ¿A qué artistas o políticos invitarías?
Vamos a olvidarnos de los artistas y hablemos de política. Me gustaría invitar a todos los extremos que están dándose de hostias todo el rato, sin cámaras ni nada, a ver si dicen exactamente lo mismo. Me iría a la cocina a cortar un poco de jamón y pondría la oreja a ver si vociferan igual que en el Congreso. ¿Te imaginas que pongo la oreja y están todos escuchando a George Michael?