David Otero: "En terapia entendí que 'El Pescao' fue una armadura para protegerme del fracaso"
David Otero presenta un disco en el que repasa más de dos décadas de carrera en la música con canciones que van desde El Canto del Loco hasta su etapa como El Pescao. Este jueves, 1 de julio, tocará junto a Despistaos en el Festival Solidario de Música de Ciudad de la Raqueta (Madrid).
25 junio, 2021 01:25Noticias relacionadas
David Otero saltó a la fama como miembro de El Canto del Loco, una de las bandas que mayor impacto tuvo en la música española de principios del milenio. Cuando en 2010 la banda se separó, Otero planteó un proyecto en solitario bajo el nombre de El Pescao. En 2017 se deshizo de este pseudónimo para presentar un disco bajo su nombre real, David Otero.
En 2021 el músico vuelve con un disco en el que comparte sus canciones a lo largo de dos décadas con artistas como Cepeda, Ana Guerra o Taburete. Otero y yo (Altafonte) hace un repaso por su trayectoria del artista, dando un aire nuevo a canciones que ya son parte de la vida de toda una generación.
Presentas Otero y yo, una recopilación de canciones propias interpretadas con otros artistas. ¿Qué se siente el volver a tocar canciones de El Pescao y El Canto del Loco?
La verdad es que esas canciones las tocaba en mi intimidad, sobre todo las de El Canto del Loco, son canciones al fin y al cabo que son mías y que tiene muchísimo de mí. Me apetecía tocarlas porque sí y sin ningún motivo, el llegar a la reflexión de que si me apetecía tocarlo yo solo, ¿cuál es la barrera entre tu habitación o el estudio y lo que escucha el público?
Transportar nuestra intimidad a la gente, eso es lo que lo hace interesante. Traer esa intimidad de ese artista a un escenario. Tuve mucho dilema mucho tiempo, por no verme con la potestad de tocar esas canciones, pensaba: “Si no las canto yo, quién lo va a hacer”.
Tenía una especie de limitador vital que no podía quitar. Hubo un momento en el que pensé que si había gente como Cepeda que estaba cantando mis canciones, una persona que es amiga, y yo no, que al fin y al cabo soy quien las ha escrito, es que hay algo en mí que no está bien en cuanto a miedos y comparaciones.
¿Sientes que te escudaste en el alias del ‘El Pescao’ para protegerte de miedo?
Totalmente, analizándolo años más tarde con un psicoanalista llegamos a esa conclusión, que lo había usado como un chubasquero, tanto del éxito como del fracaso. Pensaba: “Si se la pega alguien que sea el Pescao”. Es algo que incluso ahora mismo lo veo hasta tierno, no he necesitado perdonármelo. Llegué a los 30 años y me vi teniendo que cantar y dedicarme a ser cantante, y es lógico que ante algo que daba tanto miedo usase otro nombre para escudarme.
¿Aprovechaste la pandemia para reflexionar sobre tu carrera?
Olvido muy rápido todo, me quedo con lo aprendido y a lo que me he enfrentado tomando buenas y malas decisiones. Pero tampoco pienso en lo que hice con El Canto del Loco ni en lo que fuimos, porque no me interesa. Me interesan las canciones, lo que ha quedado de ellas y su legado que sigue estando presente. Estoy muy agradecido a todo, pero no estoy constantemente buscando ahí sino en mirar hacia adelante.
Te voy a contar algo que me pasó el otro día con mi hija. Ella tiene 14 años y vino a casa cantando una canción de Hombres G y me preguntó si los conocía. Entonces aproveché para ponerle el concierto del Vicente Calderón que hicimos El Canto del Loco junto a ellos. En ese momento pensé que no le había enseñado lo que había hecho, en casa no hemos cultivado el revivir el pasado.
¿Le has intentado inculcar la música a tus hijos o es algo que no te planteas?
Mi hija canta muy bien y estuvo aprendiendo a tocar el piano, pero ya no lo toca. Creo que lo más importante de la música es generar empatía y no competir, aprender a adaptarte a una armonía o un ritmo. Eso son una lección de vida muy buena. Por ahora no quiere dedicarse a la música, pero si lo decidiese en un futuro esa es otra historia.
¿Tienes recuerdos por casa de la época con El Canto del Loco?
Nada, no guardo nada, los discos de oro, los premios y todo lo que hemos ganado lo tiene mi madre. Solo guardo un premio de la MTV, pero de todos los premios de los 40 que nos dieron, yo no tengo ninguno, y llegamos a ganar más de diez. Mi madre tiene una habitación entera para guardar esas cosas y le encanta, pero yo no. No me gusta estar detrás de mí mismo. Sin embargo, llevo un par de años jugando al golf y he ganado algunos premios y sorprendentemente esos sí que los guardo.
¿Lo usas para desconectar?
Me ha ayudado muchísimo en la música para poder dedicarle tiempo y pensamientos a otras cosas. El prepararte mentalmente para un partido es muy parecido a lo que se siente cuando subes a un escenario a tocar.
¿Cómo surgió la colaboración con Taburete?
Les conocí en una fiesta de la MTV hace años a la que fueron sin estar invitados, cuando no eran muy conocidos. Se colaron en el photocall para hacer prensa y que les sacasen en algún medio. Me dijeron que no podían entrar ni al concierto ni a la fiesta, me resultó tan tierno que me encantó, así que les conseguí unos pases para que pudieran entrar conmigo.
Desde ese momento, surgió una amistad con ellos. Después volvimos a coincidir y a hacer un tour conjunto y siempre nos quedábamos hablando hasta las tantas después de los conciertos. Venimos de ambientes muy parecidos, que como les dicen a ellos y nos decían a nosotros, son de pijos. Ellos iban a un colegio en el que tengo muchos amigos y son gente que está en la música porque es lo que quieren hacer.
Cuando surgió la oportunidad de hacer este proyecto juntos pensé que lo mejor era hacer una canción de El Canto del Loco. Quedamos Willy yo en su casa y al primer acorde de Una foto en blanco y negro estaba claro que teníamos que grabarla.
¿Sigues teniendo contacto con Dani?
Te respondo con honestidad porque es tontería andarme con rodeos, pero no hablamos. Nos tenemos mucho cariño y mucho respeto, pero no tenemos mucha relación después de todo lo que hemos vivido. Durante la pandemia nos escribimos para preguntarnos qué tal le iba todo a su familia y él hizo lo mismo con la mía.
Creo que las cosas hay que normalizarlas, estamos en un momento en el que tendemos a enmascarar las cosas de cómo realmente son, y adaptarlas a cierta corrección y buen rollo. Pero si pasado mañana nos apetece juntarnos y hablar será cojonudo, pero si no pasa no hay ningún problema.
El vivir juntos el éxito de El Canto del Loco supongo que intensificaría aún más cada año vivido
Totalmente, fue una relación muy tensa y muy bonita, la recuerdo con mucho cariño y si pasa cualquier cosa me va a tener. Pero en el día a día no estamos pendientes el uno del otro. Y si algún día nos apetece juntarnos y hablar tendríamos muchas cosas que contarnos.
Tocas dentro de muy poco en Ciudad de la Raqueta con Despistaos, que es otro grupo que fue punta de lanza a principios de los 2000 del pop rock español que estalló en aquellos años. ¿Crees que se os reconoce ese mérito?
No lo sé, pero sinceramente me da igual. Me río cuando salimos en Cachitos de hierro y cromo y nos veo con 18 o 20 años, o cuando sale alguna canción nuestra en un anuncio y pienso en que es bonito que todavía se usen nuestras canciones. Cuando estoy con gente más joven sí que me comentan cosas sobre aquellos años y lo que hicimos o fuimos.
Es algo que no me gusta mucho pensar, seguramente gracias a lo que hicimos dejamos alguna huella en la historia del pop español, pero es algo que no pienso demasiado. Tanto Despistaos como yo estamos en un momento en el que nuestra única preocupación es musical y de las cosas que tenemos que llevar al directo o ensayar. Y creo que es algo muy bueno porque cuanto más acotas tu rol mejor lo desarrollas.
David Otero tocará junto con Despistaos en el Festival Solidario Ciudad de la Raqueta. Las entradas ya están a la venta en la web del evento.