El músico estadounidense Bruce Springsteen ha llegado un acuerdo con el gigante discográfico, Sony Music, por unos 442,5 millones de euros, por la compra de la totalidad de los derechos de su catálogo discográfico, según una información publicada por la revista Billboard. Un total de 300 canciones repartidas entre 20 álbumes de estudio, siete recopilatorios y más de 70 sencillos a lo largo de más de cinco décadas de carrera.
El Boss ha trabajado para Columbia Records durante toda su carrera, controlando en todo momento los derechos de sus grabaciones y el copyright de su música. Aunque desde 2017 los gestionaba Universal. Entre 1980 y 1990, Springsteen recuperó el control editorial de sus primeros discos, como un incentivo para renovar su contrato con la disquera. Al tiempo que el pasado mes cerraba una cuerdo con Sony para la venta de su música, también adquirió los derechos de algunas de sus canciones, todavía bajo el control de Universal Music Publishing Group, según ha informado la revista musical Billboard.
El acuerdo no ha sido anunciado en público, pero las cifras que se arrojan desde los medios estadounidenses lo convertirían en la mayor transacción de la historia sobre el trabajo de un único artista. Atrás quedan los irrisorios 46 millones que Michael Jackson pagó por el catálogo de The Beatles. En los últimos años otros artistas como Paul Simon o David Bowie vendieron sus catálogos a grandes discográficas por cifras astronómicas como estas. En el 2020, Universal Music compró los derechos del cancionero de Dylan. Más de 600 composiciones por un valor de más de 200 millones de euros, que no incluían las grabaciones del Nobel.
El jefe ejecutivo de la compañía discográfica, Rob Stinger, admitió que Sony había gastado 1.400 millones de euros en la compra de derechos en los últimos seis meses. Un trato que incluyó la compra de AWAL, la compañía británica especializada en música independiente, uno de los gigantes del sector indie. En 2019, los derechos de los seis primeros discos de Taylor Swift se vendieron por más de 300 millones de dólares —unos 265 millones de euros—.