Rehabilitar o morir: los escombros del Ayuntamiento amenazan a Manuela Carmena
El frontón Beti-Jai está a salvo. Las obras de consolidación y rehabilitación de esta joya arquitectónica única coinciden con las ruinas abiertas en el consistorio por el Mutua Madrid Open.
8 mayo, 2017 17:03Lección de supervivencia en el antiguo frontón Beti-Jai, en el corazón de uno de los barrios bien de Madrid: para recuperar el proyecto original hay que derribar lo podrido y levantar uno remozado, que recuerde a los orígenes, pero consolidado y reformado. Y allí estaba Carlos Sánchez Mato para confirmarlo. El concejal de Economía y Hacienda protagoniza estos días una de las rehabilitaciones más peligrosas de la capital: la de denunciar -junto a Celia Mayer y Ana Varela- ante la Fiscalía las supuestas irregularidades en los convenios firmados entre el consistorio -dirigido por Alberto Ruiz Gallardón- y la sociedad organizadora del torneo de tenis Mutua Madrid Open.
Sánchez Mato no quiere hablar del tema, esta mañana sólo celebrará que el derribo de lo estropeado tiene futuro si se interviene con decisión y sin miedo a fenecer en el acto. La prioridad es sanear para “frenar la muerte del enfermo” y no ha dudado en barrer los muertos a los Tribunales. El concejal está en el centro de lo que debió ser la pista del frontón. Al fondo, la impresionante galería abierta al juego de pelota, tres plantas de hierro y forjados. Una fachada transparente y una pista de 67 metros -hoy se juega sobre la mitad: es la perfecta combinación para reconvertirlo en uso de ocio cultural. Conciertos, festivales de teatro, lo que sea.
No saben para qué va a servir el espacio cuando esté listo y tampoco quieren aventurarlo: “No vamos a hablar de los usos ahora”, dice el concejal que se negó a cumplir las órdenes de Luis Cueto, el alcalde a la sombra, y no denunciar las actividades sospechosas de Gallardón en el torneo de tenis. Primero se cortan las malas hierbas y luego ya se ve qué hacer con todo ello. Sin embargo, en el Plan Especial del Beti-Jai aparece la posibilidad de cubrir el frontón por completo, con un techo que no existía en sus orígenes.
Qué hacer con él
La decisión estará determinada por el uso. No será una plaza pública, abierta y libre a los vecinos de la zona. La petición de las mismas asociaciones que han peleado por la conservación no tiene ningún futuro, tal y como explica Jorge García Castaño, concejal presidente de los distritos de Centro y Chamberí, a este periódico. “El Plan Especial abre caminos y posibilidades. El ruido es un problema porque ahora está rodeado de viviendas”, cuenta. No adelanta ningún uso, pero aboga por la programación de un calendario de actividades, para lo que habrá que proteger a los vecinos del ruido.
Gracias a la insistencia de las asociaciones de ciudadanos, que han reclamado durante años la protección de un edificio único en el mundo, el frontón no ha desaparecido, aunque estaba agarrado a la ciudad con alfileres. Prefieren que se respete la idea original y que los usos futuros se adapten al espacio y no a la inversa, para que esta joya invisible a la vista de todos no se pervierta con una sobreactuación de actividades que desvirtúen el espacio recuperado.
Arruinada o rehabilitada
Cuenta la responsable de la rehabilitación que la degradación no paraba, que el ladrillo se hacía arena, que la fachada se deshacía al pasar la mano. En 2011 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y cuatro años después, el Ayuntamiento lo expropió porque los dueños no se hacían cargo del mantenimiento del edificio. Todo apunta a que, una vez se haya recuperado el edificio para la ciudad, su explotación y gestión se pondrá en manos privadas.
Carmena, la pelotari del Beti-Jai, ha recuperado una joya que parecía destinada a desaparecer, arruinada por la especulación de un jugoso solar. De momento, todo está a la vista, con los huesos y los fracasos al aire y, en la foto, Sánchez Mato aparece triunfador, bien plantado en medio de los escombros. Ahora le toca mover ficha a la alcaldesa, si no quiere fenecer entre las ruinas destapadas y optar a una rehabilitación de su patrimonio.