Las Cocheras de Cuatro Caminos, obra del equipo que ideó y ejecutó para el Metro el arquitecto Antonio Palacios (junto con Otamendi, Mendoza, González Echarte y Moreno), tienen sus días contados, si no lo remedia algún juez. El Ayuntamiento de Madrid votará este jueves en la Junta de Gobierno el Plan Parcial que dará luz verde a la destrucción de un espacio cuyo interés histórico, artístico y arquitectónico está fuera de dudas, por ser “una tipología realmente vanguardista en su planteamiento”, como asegura la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, que ha luchado contra la destrucción de este lugar singular y único en España.
Este es el inicio del procedimiento, que podrá ser puntualizado con el plazo de alegaciones en julio. Cuando se apruebe el plan, Madrid, Ciudadanía y Patrimonio planteará un contencioso administrativo contra todo el plan, “porque hay muchos aspectos ilegales”, explican desde la asociación a este periódico. Señalan que la edificabilidad del edificio ha pasado de 40.000 a más de 60.000 metros cuadrados. Además, durante la gestión del plan, desde 2014, era un edificio de 20 alturas más ático y ya está en 30 más ático.
Un siglo después de su inauguración, las famosas Cocheras tienen todas las papeletas para que las excavadoras entren en el espacio que ocupan y acaben con el interés histórico de un lugar en el que se conserva parte de una antigua actividad, que con el tiempo se ha convertido en un elemento de interés cultural. El interés político de Ahora Madrid apunta a que el plan será aprobado y en su lugar se levantará una inmensa torre de 31 pisos, más grande que el Edificio de España, en Plaza de España. Un edificio sin parangón en esta zona, cuyo “impacto visual en el barrio sería irreparable”.
Los colectivos Salvemos Cuatro Caminos, Corazón Verde de Chamberí, Ecologistas en Acción y Madrid Ciudadanía y Patrimonio lamentan "que el actual gobierno, cuyo compromiso electoral era acabar con estas malas prácticas urbanísticas, esté tramitando y sacando adelante esta operación que no favorece en nada a la ciudad, ni ha tratado en ningún momento de buscar una solución en la que se compatibilizase la conservación de nuestro Patrimonio Histórico".
El trámite iniciado por el antiguo Gobierno de Ana Botella e Ignacio González (PP) será aprobado y ejecutado por Manuela Carmena, que acabará destruyendo la esbelta y ligera arquitectura de perfiles de acero roblonado. La alcaldesa y su concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, se han mostrado como un equipo letal con el Patrimonio de la ciudad. Hace un año, Calvo se comprometió a tener lista la revisión de los elementos a proteger de la ciudad, en el Catálogo de patrimonio, tras el escándalo del derribo del convento de las Damas Apostólicas.
Un currículo destructivo
Sin embargo, las alarmas del patrimonio saltaron mucho antes, cuando se llevó a cabo el derribo del Taller de Precisión de Artillería (TPA), en Chamberí. Luego llegó la negligencia con el Edificio España, que gracias a una denuncia de Ecologistas en Acción se paralizó la obra. Los permisos de obra para continuar la destrucción de Canalejas, a pesar de las denuncias, tampoco fueron un impedimento. El cubrimiento del frontón Beti-Jai también está denunciado. El intento de convertir en un restaurante el Palacio de los Vargas, en la Casa de Campo, fue paralizado. Algo que todavía no ha ocurrido con el edificio donado a Emilio Ambasz por Ana Botella, en el Paseo del Prado.
Metro puso a la venta los 42.000 metros cuadrados de parcela, donde se encuentra la obra de Antonio Palacios, varios hangares que replican lo que el insigne arquitecto -creador del Palacio de Cibeles y del edificio del Círculo de Bellas Artes- conoció del metro de Nueva York años (Otamendi y González Echarte viajaron a verlo en 1904), inaugurado antes de empezar a diseñar los primeros talleres del suburbano madrileño. Todo por 88 millones de euros. En 2014 se anunció el futuro plan de viviendas, que pretende arrasar las cocheras concebidas por Palacios y sus socios ingenieros en 1917 y soterrar las infraestructuras para elevar el solar al nivel de la calle.
Adiós a los valores culturales
“Nos interesa preservar los edificios porque son el origen del Metro. No hay en Europa otra cochera con dientes de sierra”, explicaba a este periódico Álvaro Bonet, de la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, en una visita al lugar. La decisión de Carmena llega precisamente en el Año Europeo del Patrimonio, cuando desde la UE se pide la conservación de los vestigios del pasado industrial porque “intervenir en patrimonio cultural tiene un efecto multiplicador”.
El pasado mes de febrero se reunieron en Davos todos los ministros de Cultura de la UE para defender la puesta en común de la estrategia política para promover el Año Europeo del Patrimonio. En la declaración firmada por todos los miembros se puede leer que “en tiempos de rápidos cambios globales, la importancia de la cultura debe volver a ser el centro de atención en el desarrollo y la evaluación de nuestro entorno construido”. “Ya es hora de que se cree una política europea de Baukultur de alta calidad”, asegura el manifiesto, que expresa la necesidad de “aplicar un diseño consciente” que “priorice los valores culturales sobre el beneficio económico a corto plazo”.