Coincidiendo con el día internacional del arte, la catedral más representativa de París y uno de los monumentos más visitados de la capital ha sido devorado por las llamas. El fuego ha dañado tanto el exterior como el interior de la basílica, la cual se ubica a orillas del río Sena.
La catedral de Notre Dame, de estilo gótico, fue construida a finales del siglo XII y no fue terminada hasta casi dos siglos después. La nave principal tiene 60 metros de longitud y la participación de diferentes arquitectos evidencia la variedad de los detalles arquitectónicos. Por su parte, la aguja, el punto más alto de la catedral, medía alrededor de 70 metros de altura. No es la primera vez que la basílica sufre catástrofes o desperfectos. Durante la Revolución Francesa sirvió como almacén para alimentos y numerosas obras fueron robadas y vendidas. Fue en el año 1804 cuando Napoleón Bonaparte retomó la catedral para coronarse —a sí mismo— emperador de Francia.
En 1871, los comuneros de París se alzaron en armas tratando de imponer un sistema de gobierno basado en las teorías socialistas de la época. Durante el conflicto, varios monumentos parisinos fueron destruidos e incendiados. Entre ellos, el Ayuntamiento de París y Notre Dame. Por suerte, las llamas de la histórica catedral fueron apagadas a tiempo. Del Ayuntamiento, por desgracia, solo quedaron intactos los jardines.
Fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando el Patrimonio de la Humanidad se enfrentó a una nueva amenaza. Los vitrales fueron retirados por los posibles daños que podían causar las bombas de los alemanes y no fueron repuestos hasta el fin de la guerra. Desde entonces, Notre Dame ha estado sumido en constantes obras de restauración y conservación.
Según la televisión francesa France 2, la Gendarmería estaría tratando el fuego como un accidente causado por las obras de rehabilitación. La alcaldesa de París ya ha pedido a todos los turistas de alrededor respetar el perímetro de seguridad establecido.