El Stonehenge español esconde un menhir con un posible mapa milenario del Tajo
Ángel Castaño, redescubridor del dolmen de Guadalperal, cree haber descubierto uno de los mapas más antiguos de mundo. El hallazgo debe ser confirmado por expertos y Junta de Extremadura y Gobierno se reúnen.
24 agosto, 2019 07:36Noticias relacionadas
El dolmen de Guadalperal, en Peraleda de la Mata (Cáceres), que ha emergido a la superficie en el embalse de Valdecañas a causa de la sequía y se ha convertido en el Stonehenge español, puede que esconda un secreto de una relevancia histórica incalculable. Si el monumento megalítico, erigido hace unos 4.000-5.000 años por los habitantes locales, ya constituye de por sí un tesoro patrimonial, uno de sus menhires milenarios presenta un grabado alargado y ondulado que se podría corresponder con el dibujo del paso del río Tajo por la zona.
Esa es la hipótesis que defiende Ángel Castaño, presidente de la Asociación Cultural Raíces de Peraleda, después de analizar los datos recopilados por el prehistoriador y sacerdote alemán Hugo Obermaier durante las excavaciones que dirigió en el yacimiento entre 1925 y 1927. Tres décadas después, el dolmen quedó sumergido como resultado del pantano que ordenó construir el dictador Francisco Franco. Castaño ha cotejado un boceto del menhir y su inscripción realizado por el equipo arqueológico alemán con un mapa del Tajo antes de que se edificase el embalse. Y el parecido es considerable, más que una simple coincidencia.
"Estoy bastante convencido de que se trata de un mapa del río Tajo a su paso por la zona", explica el filólogo a EL ESPAÑOL a falta de que el hallazgo sea confirmado por los expertos. "Es como el trazado que hace a mano alguien que conoce perfectamente las curvas del río, que coinciden bastante bien, aunque lógicamente no son perfectas las proporciones y medidas. El único tramo que no encaja es el central, pero es que esa zona era la del vado de Alarza y el río se abría [antes del embalse], así que su curso pudo haber cambiado con el paso de los siglos. De ser cierto, sería uno de los mapas más antiguos del mundo".
El menhir-estatua en cuestión, una piedra de unos dos metros en la que fueron talladas cazoletas y lo que parecen ser figuras de serpientes que servirían para proteger de forma simbólica los tesoros allí guardados, es el que se encuentra a la entrada de la cámara del dolmen —un enterramiento colectivo formado por unos 140 pedruscos que estuvo recubierto por un túmulo de tierra y grava—. Es el único que conserva actualmente las marcas de las inscripciones, aunque son bastante difíciles de apreciar por culpa de la erosión provocada por el agua. Por suerte se preservan los dibujos de Obermaier, que fueron publicados en 1960 por Georg y Vera Leisner, un matrimonio alemán de arqueólogos.
"La idea me vino porque el dolmen se encuentra justo en un punto donde el río sale del cañón y hace una enorme curva muy cerrada, y esa línea del menhir precisamente empieza con una curva muy cerrada, lo demás ya fue ir comprobando", relata Ángel Castaño. Su creencia se fundamenta, asimismo, en la posible función sagrada y de protección del comercio y del paso del afluente que habría representado el dolmen para sus contemporáneos. De ahí que lo hubiesen tallado en la piedra.
De momento, la interpretación de Castaño es solo una intuición, una hipótesis verosímil o una misteriosa coincidencia, pero sin duda se revela en otro motivo más para que las instituciones muevan ficha y envíen a un grupo de expertos a excavar y analizar el yacimiento antes de que vuelva a quedar bajo el agua, que según los cálculos podría ser en torno a un mes. Numerosos medios internacionales ya se han hecho eco del redescubrimiento y de su sobrenombre de Stonehenge español.
Carrera contrarreloj
El dolmen, bautizado hace años por los habitantes de Peraleda de la Mata como el tesoro de Guadalperal, ha emergido a la superficie en su totalidad por un desembalse inusitado de las aguas del pantano de Valdecañas hacia Portugal. Ante esta oportunidad única, Castaño y su asociación han reclamado desde el primer minuto a la Junta de Extremadura que se movilice para rescatar el monumento megalítico. De hecho, han abierto una petición en Change.org para salvar el tesoro patrimonial.
La consejera de Cultura, Nuria Flores, se desplazó este jueves hasta el yacimiento para conocer de primera mano el enterramiento colectivo de la Edad del Bronce. Según las fuentes consultadas por este periódico, la puesta en valor del yacimiento le correspondería al Gobierno central y no al autonómico al estar localizado en la Cuenca Hidrográfica del Tajo, de titularidad estatal, tal y como se desprende de la Ley de Patrimonio Histórico.
La versión ofrecida por la Junta es que "la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes está en conversaciones con la Administración Central para abordar la situación”, sin dar más detalles sobre lo que tienen pensado defender. Desde el Ministerio de Cultura tampoco se ha podido precisar por el momento si las actuaciones se llevarán a cabo desde la propia cartera de José Guirao o si bien recaerán en Patrimonio Nacional, dependiente de Presidencia del Gobierno. La semana que viene, no obstante, están previstas las primeras conversaciones entre la Junta y el Gobierno.
El tiempo corre, mientras tanto, en contra del dolmen de Guadalperal, que en pocas semanas podría verse anegado nuevamente por el agua. Ángel Castaño ya ha conseguido situar al yacimiento en el mapa de todo el mundo, y quien sabe si haber descubierto uno de los más antiguos elaborados por el ser humano. "No soy ni más ni menos optimista. Todo depende de si se logra que Madrid abra una vía súperurgente y se movieran en cuestión de días, y eso no lo veo yo nada fácil", concluye el redescubridor del monumento prehistórico.