El fragmento de la antigua estela egipcia de granodiorita, datada del año 196 a.C., fue hallado en Egipto en 1799 por un destacamento militar francés. Un par de años más tarde, los ingleses se la llevaron a Londres tras derrotar a las tropas napoleónicas en Egipto. La Piedra Rosseta, inscrita con jeroglíficos, en demótico y en griego antiguo sirvió para descifrar el lenguaje escrito de los egipcios. En 2003, El Cairo reclamó su repatriación.