El 28 de noviembre de 2018, el youtuber lmix se coló en las obras del Complejo Canalejas, una polémica operación urbanística en el centro de Madrid que contará con un hotel de lujo con zona comercial y viviendas de alto standing, y denunció en un vídeo la destrucción de restos arqueológicos. Esa supuesta demolición del patrimonio histórico, de un tramo importante del viaje de agua del Bajo Abroñigal, de los siglos XVII-XVIII, estalló hace unos días cuando la historiadora Sonia Taravilla publicó en su cuenta de Twitter unas imágenes del parking ya terminado. Lo único que había sobrevivido eran los restos de una noria de ladrillo y de mortero de la misma época, situados ahora entre varias columnas y sin protección alguna.
Desde la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, según publicaron El País y elDiario.es, se aseguró que no se tenía constancia de estos vestigios y que en los informes elaborados por la arqueóloga Marta Muñiz, contratada por la consultora Prointec para realizar las labores de vigilancia arqueológica de la obra del grupo OHL, no existía ninguna referencia las galerías del siglo XVIII.
"Contrario a la realidad, la arqueóloga designada para la obra no sólo alertó a la Dirección General de Patrimonio Cultural con los pertinentes informes y comunicaciones de hallazgo remitidos durante toda la obra sino que además suministró en febrero de 2020 un proyecto de musealización de los restos que solo en el día de ayer, once meses después, ha recibido respuesta, y aun ésta de modo parcial", ha explicado este martes el Colegio de Profesionales de la Arqueología de Madrid en una nota de prensa.
Marta Muñiz, la arqueóloga, explica a este periódico que se siente "dolida o algo peor" con la explicación ofrecida por la Comunidad de Madrid. "Todos los meses entregamos a Patrimonio un informe de cómo iban las obras y de los hallazgos documentados, tengo los registros de todos ellos", defiende. También recalca que no ha habido destrucción patrimonial "desde un punto de vista arqueológico": "Lo que sale en el vídeo del fulano que se coló en la obra son canalizaciones de servicio del siglo XX". Las grabaciones del youtuber, que entró incumpliendo las medidas de seguridad, han sentado muy mal en el seno del Colegio, pues ha sido "aplaudido por su supuesta defensa del patrimonio arqueológico" cuando "carece de la formación profesional pertinente para realizar dichas afirmaciones".
Los viajes de agua, defiende la experta, situados a cota superior, fueron destruidos en su mayor parte por las canalizaciones del siglo pasado, que siguen utilizándose en la actualidad para servicios eléctricos, de telefonía o desagües. "Sabíamos que íbamos a encontrar restos arqueológicos, pero vimos que eran fragmentos y estaban en muy mal estado. Solo queda un viaje de agua a la altura de la calle Sevilla, que da a una salida de emergencia y donde no puede pararse nadie".
Más documentación
Muñiz explica que presentó a la DG de Patrimonio un proyecto de musealización de estos restos, que contemplaba vitrinas de cristal para la protección de los elementos musealizados, carteles explicativos, exposición de piezas halladas durante los trabajos de seguimiento y la proyección del trazado de los viajes de agua sobre su ubicación original. "En julio preguntamos qué pasaba y hasta este lunes no nos habían dicho nada". Ahora, desvela, le han pedido una ampliación de la documentación sobre la funcionalidad de las estructuras contemporáneas, para las que se utilizó hormigón moderno en la cimentación y cuyos ladrillos están en buen estado por el escaso tiempo que ha pasado.
"Una vez más nos encontramos que el profesional desvalido es el objetivo fácil, ya que ni la promotora de la obra ni la administración competente, en este caso la Dirección General de Patrimonio Cultural, se hacen cargo de la situación de desprotección en la que se encuentran estos restos arqueológicos ni de los profesionales encargados de su estudio y defensa", han lamentado desde el Colegio de Profesionales de la Arqueología de Madrid. "Este hecho se encuentra auspiciado por una legislación hecha a medida de la especulación y una administración saturada y poco ágil intencionadamente a pesar de contar con muchos más recursos que en otros lugares".
La arqueóloga Marta Muñiz dice que todas las estructuras y piezas están "documentadas de forma arqueológica" —estudiadas en planta y sección, georreferenciadas y registradas con fotografías y dibujos— y que los restos que ya no están en el parking se encuentran en la actualidad en un almacén a la espera de que Patrimonio dictamine qué hacer con ellos. "Tienes que buscar la forma en que sea compatible la conservación del patrimonio con la vida diaria, por eso hay un arqueólogo en obra. Para que se cambie la obra tiene que ser un resto singular de mucha importancia. Otra cosa es que no esté ahí. Puedes conservar unos ladrillos, pero no la bóveda de ladrillos entera", valora.
Los viajes de agua fueron un sistema de abastecimiento de agua basado en las minas construidas por los árabes que fundaron Madrid y que funcionaron hasta el siglo XIX, cuando se construyó el canal de Isabel II. En el parking de Canalejas, el único resto visible ahora es la noria del XVIII, que se encuentra en la planta menos tres del aparcamiento y está indicada con una pequeña cartela. Marta Muñiz, que valora la polémica como "una bola de nieve enorme de algo que ha sido malinterpretado por todos lados", asegura que la empresa OHL sí ha accedido a poner una urna para proteger los restos.