El Ayuntamiento de Madrid prevé incluir en 2022 en los programas Pasea Madrid y Madrid, otra mirada un refugio antiaéreo ubicado en el parque del Retiro que se remonta a la Guerra Civil, que fue utilizado en la posguerra para el cultivo de champiñones y recientemente era empleado como almacén para los servicios del jardín.
El director general de Patrimonio Cultural del Consistorio, Luis Lafuente, ha expuesto a raíz de una pregunta del PSOE en la comisión de Cultura, Turismo y Deporte que el estado de conservación general del refugio es bastante bueno, y ha explicado que se empezó a construir en 1936 y que hay documentación que certifica que se finalizó en diciembre de 1938.
Después de la guerra permaneció cerrado durante más de 30 años, se utilizó en la posguerra para el cultivo del champiñón por sus condiciones de poca luz y humedad, y "últimamente" se utilizaba como almacén de los servicios del Retiro, ha continuado relatando. Lafuente ha añadido que, hasta ahora, en 2016 se realizó un levantamiento topográfico, y un año después se realizó un estudio arqueológico que incluía la limpieza del sitio y el control de movimientos de tierra.
Ya en el presente mandato del Gobierno bicolor de PP y Ciudadanos, desde el área de Medio Ambiente, siguiendo instrucciones de la comisión local de Patrimonio Histórico, se llevó a cabo una limpieza general, una adecuación de los espacios, una intervención para dotar el espacio de instalación eléctrica y colocación de cerramientos seguros de las estructuras descubiertas.
Todo ello lo realizó la empresa de mantenimiento del parque, Acciona, a cargo del concepto de mediciones de obra, ha añadido el director general de Patrimonio Cultural. "En este momento se está procediendo a transferir la gestión del sitio y la difusión al área de Cultura, que la asumiremos en estos días", ha apostillado.
De los citados informes arqueológicos se deduce, según Lafuente, que el refugio tenía forma de galería y respondía así al modelo típico de refugio de la Guerra Civil. Oculto al exterior, contaba con tres entradas -dos en el parque y una en la calle de Menéndez Pelayo- y era un refugio de defensa pasivo, esto es, no tenía armamento para defenderse. Estaba construido, por tanto, para la población civil, y tenía un aforo aproximado de 275 personas.
Los pasillos del refugio eran de 1,10 a 1,15 metros de ancho y de 1,60 a 2,48 metros de alto; las galerías eran rectas y cada 25 metros se quebraban en un ángulo de 90 grados para evitar que las ondas expansivas llegasen a más gente.
Protección del bien
Para difundir este patrimonio, ha añadido el director general de Patrimonio Cultural, todavía quedaría "redactar un plan de evacuación y de medidas de seguridad contra incendios y llevarlo a la práctica". "Este plan también nos indicaría qué aforo máximo de visitas podemos tener en este espacio. También nos dirá la circulación de los visitantes, y los instrumentos de seguridad necesarios para poder desarrollar esta actividad de difusión", ha dicho Lafuente antes de apuntar que este informe se encargará después de verano.
De esta forma, el Consistorio espera que esté "todo listo" para que el año que viene este refugio pueda ser incluido como novedad del programa Pasea Madrid y más adelante en el de Madrid, otra mirada. El Ayuntamiento no descarta otro tipo de actividades culturales de difusión acerca de las fortificaciones de la Guerra Civil de la ciudad.
Según ha dicho Lafuente en referencia a la ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, se deben considerar como Bienes de Interés Patrimonial (BIP), y por ende gozan de la misma protección que estos, todas las fortificaciones de la Guerra Civil ubicadas en la región, por lo que este refugio se debe considerar como un BIP y es, así, objeto de conservación y difusión por parte de la administración titular.