Colores chillones, estampados floridos y dos prendas por excelencia, el bikini y la minifalda, fueron algunos de los cambios que se vivieron en la moda de la España de los años 70. Las nuevas tendencias llegaban de París y Londres donde los revolucionarios años 60 habían instaurado el uso de prendas femeninas que, en un principio, pusieron el grito en el cielo de los más puristas.
La década de los 70 sirvió para popularizar estos looks que dejaban atrás los diseños encorsetados y apostaban por colores mucho más llamativos. Una tendencia que se reflejará en Velvet Colección ambientada en esos años de liberación y que se emitirá a partir del 22 de septiembre en el servicio Bajo Demanda para todos los clientes de Movistar+ y en su cita semanal en #0, el canal exclusivo de Movistar+.
Ahora bien, ninguna de estas prendas, hoy habituales de los armarios femeninos, lo tuvieron fácil en sus comienzos. El primer bikini se presentó en un evento de moda en París en 1946. Obra del ingeniero francés de automóviles Louis Reard quien, por entonces, tuvo que hacerse cargo de la mercería familiar, lo tuvo complicado para encontrar a alguien que quisiera lucir su nueva propuesta. Finalmente una bailarina nudista aceptó llevarlo y, contra todo pronóstico, se convirtió en un éxito. Pronto las francesas lo empezaron a utilizar y las muchas que veraneaban en España, sobre todo en el norte de la península, se paseaban con él por las playas.
Sin embargo, en plena dictadura franquista, el uso del ‘dos piezas’ estaba prohibido y así lo recordaban carteles en diferentes playas españolas. Incluso hubo varias turistas que recibieron multas por no acatarlo. Algo que el entonces alcalde de Benidorm, Pedro Zaragoza Orts, creía que perjudicaba seriamente al turismo. Así, en 1952 dictó un decreto municipal por el que permitía el uso de la prenda en las playas de la ciudad, a la vez que sancionaba a quienes insultaran a sus portadoras. Este acto generó una enorme polémica que casi le cuesta la excomunión, aunque tras coger su Vespa y viajar hasta Madrid para reunirse con Francisco Franco en el palacio de El Pardo, regresó a Benidorm con el beneplácito del caudillo. Aún así, las españolas todavía tuvieron que esperar hasta los años 60 y 70 para lucirlo con total libertad.
En la actualidad, tras varias décadas de ver como los bikinis se hacían cada vez más pequeños, los modelos más setenteros, con bragas de talle alto, vuelven a estar de moda. Incluso, más allá del reciente boom del trikini, los bañadores de estilo retro han regresado para hacerse con los atuendos playeros.
En sus inicios, la minifalda tampoco lo tuvo fácil. Las primeras empezaron a verse en los años 50. Aunque no está claro quién fue su inventor, lo cierto es que la diseñadora británica Mary Quant fue una de las primeras en ponerlas a la venta en 1955. En su boutique Bazaar, en la londinense King's Road, el escaparate provocaba la ira de los viandantes más clásicos que no veían con buenos ojos esas atrevidas prendas.
Mientras tanto, en París, el diseñador André Courrèges, exayudante de Balenciaga, las llevaba a la pasarela y las combinaba con botas altas y planas. Este nuevo atuendo provocó que las modelos tuvieran que aprender a desfilar de nuevo.
En España todavía hubo que esperar para verlas por las calles. Una de las primeras en atreverse a lucirla fue Massiel en el festival de Eurovisión de 1968. La cantante viajó hasta París para elegir su mítico minivestido entre las propuestas de Courrèges. Su victoria en el certamen la puso en todas las portadas, haciendo que muchas se interesaran por su atuendo. Pronto los escaparates españoles se llenaron de ‘minis’, que irradiaban color y alegría, como veremos en la nueva temporada de Velvet Colección.
Estas prendas alcanzaron su máximo esplendor en los años 80. Entonces ya no se concebían faldas hasta la rodilla y con vuelos o cortes holgados, sino que debían ser cortas y cuanto más ajustadas, mejor. Desde ese momento y a pesar de los vaivenes de la moda, las minifaldas se han afianzado como un clásico de los armarios femeninos.
Hippies y disco, los nuevos estilos de la España de los 70
La moda de estos años marcó un antes y un después. Se dejaba a un lado la sobriedad de otras épocas y surgían propuestas mucho más arriesgadas. Del movimiento contracultural hippie estadounidense de los años 60 llegaban los estampados psicodélicos y los colores llamativos, acompañados de los pantalones acampanados, con talle alto, tanto para hombres como mujeres. Este tipo de pantalones permitían lucir la cintura de las mujeres, algo que hasta el momento era poco menos que impensable.
También el calzado vivió el cambio. Mientras que las botas altas hasta la rodilla acompañaban a las minifaldas, la moda disco introdujo los zapatos con plataforma. Incluso con modelos bastante exagerados que se combinaban con telas con brillos.
Todas estas tendencias también influyeron en el peinado y los maquillajes. El pelo se dejaba crecer hasta conseguir desde melenas ultralisas a las más alborotadas y voluminosas. Eso sí, los pañuelos a modo de diadema triunfaron en todos los estilos. En cuanto al maquillaje, las altas dosis de máscara de pestañas se combinaban con rostros más naturales sin apenas retoques.
Los almacenes más famosos de la televisión regresan para mostrarnos todas las tendencias de la época a través de sus escaparates y protagonistas. Además, en estos diez nuevos capítulos de Velvet Colección se retratará el cambio que se produjo en el sector: el desarrollo de un negocio aislado e independiente que se convierte en una gran franquicia de moda.
El primer propósito de los protagonistas en ese proceso será replicar el modelo de Madrid en Barcelona, lo que nos permitirá conocer a nuevos personajes interpretados por Imanol Arias, Fernando Guallar, Andrea Duro, Megan Montaner, Adriana Ozores y Mónica Cruz, entre otros. Así, Velvet Colección regresa para sorprendernos no solo con nuevas historias, sino con un fiel reflejo de la moda de los años 70.