En español o castellano usamos muchas expresiones muy curiosas que suelen tener orígenes muy remotos o antiguos, como puede ser el caso de la expresión "tener más hambre que el perro de un ciego". También existe otra expresión o dicho de gran antigüedad que es, "ser pájaro de mal agüero", una frase que se utiliza para expresar que alguien es portador de malas noticias o de anunciar/presagiar algún acontecimiento negativo. Aquí te contamos todo sobre el surgimiento, origen y significado de esta expresión.
Origen de la expresión: "Ser pájaro de mal agüero"
Como ya decíamos anteriormente, la expresión "ser pájaro de mal agüero" significa que alguien es "portador de malas noticias o de anunciar/presagiar algún acontecimiento negativo", es decir, algún "mal augurio". Podemos usar esta frase en el siguiente ejemplo: "Juan, no seas pájaro de mal agüero, todo irá bien". Oración que se puede utilizar si alguien piensa constantemente que algo malo va a suceder, es decir, que es un "agorero" o "agorera" (aquel que anuncia o predice males o desgracias). La propia RAE define "pájaro de mal augurio" como "persona que acostumbra a anunciar que algo malo sucederá en el futuro".
El término "agüero" que podríamos sustituir por "augurio" está recogido por la Real Academia de la Lengua Española y significa lo siguiente:
- Procedimiento o práctica de adivinación utilizado en la Antigüedad y en diversas épocas por pueblos supersticiosos, y basado principalmente en la interpretación de señales como el canto o el vuelo de la aves, fenómenos meteorológico .
- Presagio o señal de cosa futura.
- Pronóstico, favorable o adverso, formado supersticiosamente por señales o accidentes sin fundamento.
Además, la RAE específica que "agüero" proviene de latín "augurium". En la Antigua Roma, esto hace referencia al sacerdote que interpreta el vuelo de los pájaros. Concretamente, a estos sacerdotes se les llamaba los "augures", que eran aquellos que se dedicaban a vaticinar y pronosticar cuando era el mejor momento para hacer alguna cosa importante, entre ellas el estrenar una casa, un edificio o realizar un evento (iniciar un negocio, ir a la guerra…). En consecuencia a esto surgió el término "inaugurar" (de "inauguratus" en latín) que significaba literalmente "consagrado por los augurios". Los augures hacían estas adivinaciones analizando el comportamiento, canto, vuelo y manera de comer de las aves.
Estos augures lo que buscaban era que el comportamiento de las aves se convirtiese en metáforas. En realidad, estas "adivinaciones" no tenían otro objetivo que no fuese especular en las decisiones fundamentales que se tenían que tomar en el Imperio.
Según sabemos gracias al Centro Virtual Cervantes: "en Estar al loro. Frases y expresiones del lenguaje cotidiano (Alianza Editorial, 2005), el estudioso José Luis García Remiro cita varias anécdotas en torno al mismo asunto. Menciona, por ejemplo, a Cicerón, que en De divinatione mostraba su interés en saber por qué era signo propicio el aleteo del cuervo hacia la derecha y también el de la corneja hacia a izquierda. Se ve que Plutarco, con afán racionalista, se hacía la misma pregunta, sin hallar otra respuesta que el escepticismo." Esto tiene que ver con que personajes importantes de la época no entendían estas interpretaciones, y muchos de ellos, ni siquiera se lo tomaban en serio.