Según Statista, en España durante 2020, se registraron aproximadamente 3,8 millones de gatos como animal de compañía. El chocolate es un alimento delicioso, y uno de los dulces más apreciados y consumidos en todo el mundo. Incluso hay quien se declara adicto a él por su exquisito sabor, razón por la que algunos dueños de mascotas se han preguntado si los gatos pueden comer chocolate, al igual que ocurre con los alimentos tóxicos para los perros.
Es cierto que hay muchas comidas humanas que nuestros amigos felinos pueden consumir, pero el chocolate es un alimento prohibido para ellos. De hecho, puede perjudicar gravemente su salud, por lo que jamás debemos ofrecerle este dulce a un gato. Pero, ¿qué pasa si un gato come chocolate? ¡Descúbrelo!
¿Los gatos pueden comer chocolate?
En este artículo te explicaremos qué pasa si un gato come chocolate, de forma que podrás conocer mejor a tu amigo felino y brindarle una alimentación óptima. Entonces, ¿los gatos pueden comer chocolate?
La respuesta es no, y la principal razón es que este alimento contiene dos sustancias que el organismo de estos felinos no está preparado para digerir: la cafeína y la teobromina. La primera es bastante popular, ya que está presente en numerosas bebidas y alimentos que consumimos a diario, como el café y sus derivados.
Por otro lado, la teobromina es un compuesto menos conocido que está presente en las semillas del cacao de forma natural, pero también puede ser agregado artificialmente al chocolate y a sus productos derivados durante su manufacturación.
La teobromina se agrega al chocolate porque, junto a la cafeína, es una sustancia responsable de producir una sensación de felicidad, relajación, placer o estimulación cuando consumimos este alimento. Es menos potente que la cafeína, es cierto, pero tiene un efecto mucho más prolongado y actúa sobre el sistema nervioso directamente, impactando en las funciones cardíacas, musculares y respiratorias.
En las personas, un consumo moderado de chocolate ofrece una acción antidepresiva, estimulante o energizante. Sin embargo, los perros y los gatos no poseen enzimas destinadas a digerir el chocolate ni metabolizar las dos sustancias mencionadas. Por lo tanto, las bebidas y alimentos que contengan cacao o chocolate podrían llegar a intoxicar su organismo.
Ahora que sabes qué pasa cuando un gato come chocolate, también debes tener en cuenta que este alimento contiene grasas y azúcares, por lo que tiene un alto valor energético. Así pues, su consumo puede llevar a un aumento de peso rápido y posibles subidas en los niveles de colesterol y glucosa en el torrente sanguíneo del gato.
Por último, casi todos los chocolates comerciales suelen incluir leche en su fórmula, algo que también puede producir alergia en los gatos. Y es que, al contrario de lo que se piensa, la leche no es un alimento demasiado apropiado para los felinos, ya que la inmensa mayoría de los gatos adultos suelen ser intolerantes a la lactosa.
Qué pasa si un gato come chocolate
Si un gato come chocolate, la dificultad de metabolizar la teobromina y la cafeína le ocasionará problemas digestivos como diarreas y vómitos. También podemos observar síntomas de hiperactividad y alteraciones en su conducta habitual, ansiedad o nerviosismo como consecuencia del efecto estimulante de estas sustancias.
Por lo general, los síntomas aparecerán entre las 24 y 48 horas posteriores a su consumo, que es lo que su cuerpo tarda en eliminar ambas sustancias de su organismo. Además, en caso de que haya ingerido grandes cantidades de chocolate, podrían aparecer consecuencias más graves, como temblores, convulsiones, letargo, dificultad para moverse o respirar e incluso un fallo respiratorio. Si observas alguno de estos síntomas, acude inmediatamente a una clínica veterinaria.
Qué hacer si un gato come chocolate
Puesto que los gatos no reconocen el sabor dulce y han desarrollado un rechazo natural hacia esta clase de alimentos, es bastante probable que no consuma chocolate en tu ausencia aunque esté a su alcance. Sin embargo, los felinos son muy curiosos, así que te aconsejamos que no dejes a la vista este alimento o cualquier otro producto, bebida o comida tóxica o alérgica para ellos.
Aun así, si sospechas que tu gato ha ingerido chocolate, lo mejor será que lo lleves de inmediato al veterinario. Allí, el profesional podrá examinar su estado de salud, detectar posibles síntomas y establecer el tratamiento adecuado.
Dicho tratamiento dependerá de su estado en particular y de la cantidad de chocolate que haya ingerido. En caso de que sea una dosis pequeña e inofensiva, con una observación clínica será suficiente, pero tendrá que constatar que el minino no presenta ningún síntoma más grave y que sigue conservando su salud en óptimas condiciones.
En cambio, si ha ingerido dosis elevadas de chocolate, el veterinario analizará la posibilidad de hacerle un lavado gástrico y administrarle fármacos destinados a controlar la sintomatología que pueda presentar, como arritmias cardiorrespiratorias o convulsiones.
Si mi gato come chocolate, ¿debo hacerle vomitar?
Ya sabes que bajo ningún concepto los gatos pueden comer chocolate, así que, ante el mínimo indicio de que haya consumido alguna sustancia potencialmente tóxica, es posible que pienses que lo mejor es hacerle vomitar.
Sin embargo, la inducción al vómito solo es aconsejable cuando han pasado 1 o 2 horas desde la ingesta de chocolate, y también debemos tener en cuenta qué sustancia ha consumido. Pasado este tiempo, provocar el vómito en los felinos no es eficaz para eliminar esas sustancias tóxicas de su estómago, por lo que podríamos dañar su tracto digestivo.
En este sentido, es esencial conocer primeros auxilios en caso de envenenamiento, así podrás actuar con seguridad y eficacia si tu minino consume alimentos o sustancias tóxicas. Pero si no tenemos la certeza de qué ha ingerido ni cuánto tiempo ha pasado, lo mejor es llevarlo a la clínica veterinaria de inmediato.
Ahora ya sabes qué pasa si un gato come chocolate, y en caso de que se trate de un cachorro, la atención veterinaria se convierte en indispensable, independiente de la cantidad de chocolate consumido y del tiempo que haya pasado desde su ingesta.