Estados Unidos montó una fiesta en Seattle y estará en semifinales –contra el vencedor del Argentina-Venezuela– de la Copa América Centenario. Con un Dempsey magistral de principio hasta el final, y sabiendo sufrir. Ecuador, que solo fue Ecuador los últimos veinte minutos, se queda en la cuneta.
Michael Arroyo –bicampeón de la Liga de Campeones de la Concacaf con el América– enseñó medio a escondidas los dientes de Ecuador cuando el campo todavía no era de nadie, pero luego les costó mucho seguir con esas expectativas. Esa pasión inicial se diluyó, inundada por la fuerza de las gradas.
Estaba cómoda la selección de Estados Unidos, en bata y zapatillas, más a gusto, moviéndose por su casa con seguridad. Dempsey lo demostró finalizando con un cabezazo sublime una buena combinación entre Bobby Wood y Jermaine Jones. Arriba y angulado, palabra de gol. Se acababa de cumplir el primer cuarto de hora y ya estaba todo cuesta arriba para Ecuador.
“One nation”, decía el brazalete arcoiris del capitán estadounidense, Michael Bradley, que manejaba los hilos de un país en sosegado pero seguro avance futbolístico. Dempsey, que está completando un torneo espectacular, puedo hacer pedazos el partido en el minuto 26, esta vez con un tiro cruzado y raso abajo, que atrapó Domínguez con reflejos.
Ecuador, sumida en problema de identidad grave, veía pasar de lejos los cuartos de final, como si los estuvieran escuchando por el transistor. No acudían a la llamada ni Arroyo, ni Montero, ni ninguno de los Valencia. Solo dieron señales de vida unos instantes antes del descanso, y casi se arrepienten de tanto riesgo atrás. Un contragolpe de Bedoya estuvo a punto de agrandar la herida. El mejor jugador ecuatoriano a esas alturas de la noche, el guardameta Alexander Domínguez –Liga de Quito–, salvó una vez más a su equipo.
También Estados Unidos presumió de portero, tan solo unos minutos después, en el descuento de ese primer tiempo. Guzan le sacó un mano a mano a Arroyo, que aprovechó un error infantil en el medio del campo de los anfitriones.
Señalizó el árbitro el comienzo del segundo tiempo y Ecuador se propuso sacar las uñas, ya en serio. Jefferson Montero convocaba a los rematadores para responder ante un golpe franco que el mismo forzaba en la esquina izquierda. Enner Valencía aparecía, por fin, y se unía a la intensidad inicial de los primeros cinco minutos de la reanudación.
Entonces, en el minuto 50, nació otro partido. Antonio Valencia, perdido durante toda la noche, y además con tarjeta amarilla, soltó una patada infantil y dejó a su equipo con diez jugadores. La inferioridad numérica, sin embargo, duró solo unos segundos ya que en la tangana en la que desembocó esa patada, un manotazo de Jermaine Jones le costó la roja directa.
Un cuarto de hora tardaron ambos equipos en despertar de la conmoción de saberse diez contra diez durante casi la mitad de la velada. Y el que mejor leyó la nueva situación, en un primer momento, fue Estados Unidos. Zardes –L.A. Galaxy–empujaba a la red bajo la línea un remate de Dempsey que ya salió mortal desde su bota.
A pesar del duro golpe, no se achicó Ecuador, qué remedio. En una jugada ensayada al ejecutar un golpe franco muy cerca del rincón derecho, Michael Arroyo, sorprendiendo desde la frontal del área, conectó un derechazo medido y seco que recortó distancias. Acto seguido, con Ecuador ya desatada, Montero –que ensanchaba su banda izquierda con impulsos y espasmos– le puso la pelota en la cabeza a Enner Valencia, que no encontró el empate.
Durante los mejores momentos de la selección ecuatoriana, el último aliento se volcó claramente hacia la izquierda. Allí, Fabian Johnson tenía que poner en práctica toda su ingeniería alemana para parar a Jefferson Montero, que lo intentaba una y otra vez. Ya sin Dempsey en la punta –descansando, y con razón–, Estados Unidos dedicó los últimos diez minutos a crear un búnker y congelar el calentón visitante. Los constantes parones sacaron de quicio a Gustavo Quinteros, seleccionador ecuatoriano, expulsado en el minuto 89.
Se le apareció la virgen al portero Guzan en el primer minuto del agónico descuento, en un rechace impensable que pudo llevar el partido a la tanda de penaltis –solo hay prórroga en la final–. Con el pecho la sacó a córner, en una inesperada carambola.
Aullaba Klinsmann, tras el pitido final. Rugía Estados Unidos, que espera rival y nuevo desafío. Jürgen, por supuesto, ya ha hecho su parte. Estaba radiante.
FICHA TÉCNICA:
ESTADOS UNIDOS: Guzan, Besler, Brooks, Cameron, Johnson, Bedoya (Zusi, Min.80), Bradley, Jones, Zardes (Birnbaum, Min.93), Wood, Dempsey (Beckerman, Min.74). Entrenador: Jürgen Klinsmann.
ECUADOR: Domínguez, W. Ayoví, Erazo, Mina, Paredes (J. Ayoví, Min.81), Gruezo (Ramírez, Min.71), Noboa (Gaibor, Min.61), Montero, Arroyo, A. Valencia, E. Valencia. Entrenador: Gustavo Quinteros.
GOLES: 1-0, Min.17, Dempsey. 2-0, Min.64, Zardes. 2-1, Min.73, Arroyo.