España tendrá una pareja española de dobles en la final del Abierto de los Estados Unidos. A la victoria de Feliciano López y Marc López del miércoles (7-6, 4-6 y 6-3 a los hermanos Bryan) le siguió la de Guillermo García-López y Pablo Carreño el jueves (7-6, 6-7 y 6-4 a Lukasz Kubot y Alexander Peya). En consecuencia, y como el encuentro de semifinales cruzará a ambas duplas, La Armada contará con un dúo en la pelea por el título del último grande de la temporada.
"Estoy en el mejor momento de mi carrera", reconoció Marc, que en 2016 ha ganado Roland Garros y se ha colgado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, hace tan solo unas semanas. "Vengo de un año muy bueno en el que he conseguido cosas increíbles. Estoy disfrutando cada partido que juego", siguió.
"Tengo un compañero increíble, con el que estoy muy contento de jugar. No solo por lo que me aporta en pista, también por lo que me aporta fuera y lo bien que lo pasamos en esos momentos".
Feliciano y Marc son una pareja construida desde el feeling. Su relación fuera de la pista es impecable. Cimentada con el paso de los años al calor de una generación irrepetible (con Rafael Nadal, David Ferrer, Fernando Verdasco, Tommy Robredo y tantos otros), los López empezaron a jugar a principios de 2016 y tardaron un parpadeo en hacerse respetar dentro del vestuario (ganaron en Doha, el primer torneo del año). No necesitaron período de adaptación. No hicieron falta meticulosos entrenamientos. No buscaron una receta mágica. La compenetración fue suficiente para triunfar en la modalidad, que exige altas dosis de comprensión y mano izquierda.
"Yo nunca he hecho en cara nada a mi compañero, al revés", explicó Feliciano. "Acepto que hay días buenos y malos en el tenis. Muchas parejas de dobles son como un matrimonio: se separan, cambian… yo acepto los días buenos y malos", insistió. "Como el primero que los tiene soy yo, nunca le voy a echar en cara nada a él", añadió el toledano.
"A la hora de afrontar los partidos, hay días donde necesitas que alguien te anime para superar ese mal momento. Eso también es parte importante de nuestro éxito", se despidió.
"Tener feeling fuera de la pista hace que momentos en los que hay más tensión sean más fáciles de llevar", coincidió Carreño, también muy cercano a Garcia-López, su pareja de dobles en Nueva York. "Tener relación fuera de la pista, ser amigos, pasar tiempo juntos… todo eso hace que casi sin hablarnos nos entendamos, casi sin mirarnos sabemos lo que pasa", continuó. "Si tienes una mala relación con el otro, quizás te fastidia un poco más si en un momento de tensión falla una bola fácil. Aquí no va a pasar nada".
"Y precisamente 3llos son un ejemplo de compenetración porque son muy amigos”, dijo sobre los López. "Llevan todo el año jugando juntos. Han ganado Doha, han ganado Roland Garros… Al margen, Marc lleva un año muy bueno con el oro olímpico. Será difícil, quizás ellos son más favoritos que nosotros, pero también nos compenetramos bien en la pista. Y un título de Grand Slam es un título de Grand Slam".
En dobles, y no es ningún secreto, el feeling tiene premio. Y ahí están los semifinalistas del Abierto de los Estados Unidos para confirmarlo.