Que un equipo odie a su rival histórico es normal, especialmente si se trata de dos ‘grandes’ que comparten una única ciudad. Desde hace un siglo el Real Madrid y el Atlético dividen la Villa y Corte en su enfrentamiento más o menos civil, mientras que en ciudades como Buenos Aires la rivalidad entre el Boca Juniors y el River Plate ha desembocado en violencia abierta en numerosas ocasiones. En la capital lusa, sin embargo, la rivalidad entre el Benfica y el Sporting está ultrapasando sus límites históricos, pues de las ocasionales reyertas entre socios en las calles de Lisboa se ha llegado ahora a las peleas en los tribunales.
Este nuevo capítulo en la guerra sin tregua entre dos de los ‘Tres Grandes’ de Portugal tiene su origen en las acusaciones vertidas por el presidente del Sporting, el polémico Bruno de Carvalho –una especie de Jesús Gil portugués–, hace justo un año.
Durante una entrevista en la televisión portuguesa, De Carvalho aseguró que los tres últimos títulos de la Liga conseguidos por el Benfica habían sido “comprados” a través de sobornos pagados a los árbitros y a sus acompañantes en forma de cajas-regalo llenas de vales para cenar en grandes restaurantes de la capital lusa y obsequios variados, entre ellos jerseys de Eusebio, el mítico jugador del equipo. Según De Carvalho, el valor total de estas cajas podría superar los 250.000 euros, lo que supondría una clara tentación para quienes estaban a cargo de arbitrar los partidos.
Pese a la posibilidad que se tratase simplemente de las quejas de un mal perdedor, la Unidad de Anticorrupción de la Policía Judicial lusa decidió investigar el asunto, y aparentemente descubrió indicios de irregularidades suficientes para realizar búsquedas en el Estádio da Luz, altar mayor de los benefiquistas, a lo largo del lunes y martes. Los agentes confiscaron documentos fiscales del Benfica que reflejaran gastos relacionados con las cajas-regalo, papeles que posteriormente fueron analizados por técnicos del Estado.
Complejidad legislativa
La misma tarde del martes, sin embargo, fuentes de las autoridades policiales lusas indicaron que no se habían encontrado indicios de un crimen. Aunque la reforma del Código Penal luso de 2005 define el 'acordamiento indebido' de una ventaja en el ámbito deportivo como un crimen, la legislación no contempla la aplicación de esta ley a los árbitros. A nivel práctico sería difícil procesar a los árbitros incluso si entraran dentro del marco definido por la ley, ya que a diferencia de los propios clubes de futbol de Portugal, los árbitros no están contemplados dentro del estatuto de utilidad pública: al no ser considerados equivalentes a funcionarios públicos, sería casi imposible procesarles por un caso de corrupción activa.
Aún más problemático es el hecho de que la legislación vigente sólo considere que se trate de un acto criminal si lo ofrecido supera un valor “socialmente adecuado”, límite que quedó por definir. De manera indirecta, los órganos disciplinares de la Liga de Clubes de Portugal ya se ha pronunciado sobre este último factor, fallando que la caja-regalo era una “mera cortesía, completamente aceptable dentro del marco de la regulación deportiva vigente”.
Es probable que se produzcan más búsquedas e interrogatorios durante las próximas semanas, pues el ex dirigente del Sporting, el abogado José Eugenio Dias Ferreira, se ha presentado como acusación particular del caso, factor que le permite pedir diligencias y búsquedas adicionales al juez a cargo de la instrucción del caso. Dias Ferreira ya ha manifestado su empeño en llegar “al fondo de un asunto que claramente merece ser explorado”.
Pese a su insistencia, fuentes del Ministerio Público ya han indicado que todo apunta a que el caso sea archivado próximamente. A la vez, también admiten que la operación es especialmente sensible debido a las emociones que despiertan los equipos involucrados, por lo que la Policía Judicial continuará con la investigación siguiendo todos los protocolos vigentes hasta asegurar que las conclusiones finales sean “intachables”.
Acciones legales de Benfica
Desde el Benfica, entretanto, aseguran que si se produce el archivo del caso no descartarán presentar acciones legales contra el presidente del Sporting, De Carvalho, por hacer acusaciones falsas. Lo cierto es que la dirección del equipo ha pedido que la Federación Portuguesa de Futbol y la UEFA interceda en el asunto e impongan sanciones en contra del actual dirigente del equipo rival por sus polémicas declaraciones. De Carvalho ya se pronunciado al respecto, calificando la petición del Benfica como un “atentado contra la inteligencia humana” y dando su enhorabuena personal a la Policía Judicial por investigar el asunto.
No se trata de la primera vez que De Carvalho acusa a un rival de aprovecharse de árbitros de dudosa credibilidad para lograr victorias contra el Sporting. El pasado mes de septiembre el dirigente lanzó duras críticas contra el italiano que arbitró el partido de la Liga de Campeones contra el Real Madrid, en la que los leones fueron derrotados (2-1). En esa ocasión aseguró que no sólo él, sino varios miembros de la prensa española habían considerado que el árbitro había fallado contra el Sporting a posta en varias ocasiones e insistió en que sólo era necesario ver imágenes del partido para comprobar que los portugueses merecían haber ganado.
Los pulsos legales entre los dos equipos marcan una nueva etapa en la rivalidad histórica de los dos grandes lisboetas. Históricamente los hinchas han protagonizado incidentes violentos en el Derby, un encuentro que ha sido tenso desde su primera edición en 1907, cuando ocho jugadores del Benfica pasaron al Sporting justo después de celebrarse el partido. El verano pasado la historia se repitió de cierta manera cuando Jorge Jesús, entrenador del Benfica desde 2009, pasó a encabezar el equipo técnico del Sporting.
Pese a ello, el Benfica, equipo con el mayor número de socios de Portugal, sigue acumulando títulos. Actualmente es líder del campeonato doméstico, y por mucho que se queje De Carvalho, las investigaciones de la Policía Judicial no le ayudarán remontar los cinco puntos que separan al Sporting de su eterno rival.