Tal y como adelantó La Gazzetta dello Sport, el ciclista italiano Michele Scarponi murió este sábado mientras entrenaba en la localidad de Filottrano, al noreste de Italia. Al parecer, chocó frontalmente con un camión que iba en dirección contraria y, aunque fue trasladado a un hospital cercano, no pudo ser reanimado.
Escalador consagrado, Scarponi logró de rebote su primera y única Gran Vuelta en 2011, cuando finalizó segundo en el Giro a más de seis minutos de Alberto Contador. Sin embargo, tras la sanción por dopaje impuesta al ciclista de Pinto un año más tarde, pasó a ser el ganador de la prueba por apenas 46 segundos de diferencia con su inmediato perseguidor, Vincenzo Nibali.
De hecho, a sus 37 años Scarponi afrontaba la preparación para el Giro de Italia -que arranca el próximo 5 de mayo- y acababa de llevarse la etapa inaugural del Tour de los Alpes el pasado lunes, su primera victoria desde 2013. Un triunfo que le situaba de nuevo en la lista de favoritos para disputar por etapas en la vuelta italiana e, incluso, para llevar el jersey de líder.
Con Fabio Aru fuera de combate por una lesión de rodilla, Scarponi se erigía como el inesperado líder de Astana de cara al próximo Giro. Una oportunidad única que le llegaba en el ocaso de su gran carrera deportiva -acumulaba una veintena de etapas y varias rondas de primera categoría como la Volta de 2011, la Tirreno-Adriático o la Settimana Lombarda- y después de tres años a la sombra de Aru y Nibali en el equipo kazajo.
En 2013 había aceptado el rol de secundario de lujo en Astana tras cumplir tres meses de sanción por su relación con el escándalo de dopaje liderado por el doctor Michele Ferrari. Y, precisamente el pasado lunes, se estrenaba tras más de tres años de sequía en el equipo. Un esprint final de 300 metros en el que dejó atrás a Geraint Thomas (Team Sky) y a Thibaut Pinot (FDJ) y por el que será recordado para siempre.