Ángel María Villar (Bilbao, 21/1/1950) ha sido detenido este martes en el marco de una operación anticorrupción, en la antesala de su 29 aniversario como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), cifra que alcanzará el próximo 29 de julio.
Eso le ha hecho poseedor de la presidencia más longeva entre las federaciones olímpicas españolas, pese a que en estos 29 años han sido frecuentes sus enfrentamientos con gobiernos de distinto signo, las denuncias en su contra por presunta mala gestión y el distanciamiento de entidades, como la propia Liga.
También ha sido habitual, sin embargo, el apoyo del fútbol ya que, año a año, la asamblea siempre ha mostrado su confianza en él.
Su detención, producida este martes en el marco de una operación anticorrupción ordenada por la Audiencia Nacional, llega, precisamente, dos días antes de la próxima Asamblea General, convocada el 20 de julio a las 11.30 horas en Las Rozas (Madrid).
La normalidad federativa se ha visto, por tanto, dinamitada con la detención de Ángel María Villar y su hijo Gorka.
Los delitos por los que han sido detenidos son administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares, falsedad documental y posible alzamiento de bienes, todo ello en relación con la organización de partidos internacionales.
Fue a principios del pasado año cuando se iniciaron las pesquisas después de una denuncia formulada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) en la que acusaba al máximo responsable de la RFEF de impulsar la celebración de partidos entre la selección española de fútbol y otras selecciones, consiguiendo contraprestaciones para la contratación de servicios y otras relaciones comerciales en beneficio del hijo de Villar, abogado experto en derecho deportivo.
Un juzgado estaba investigando ya un posible trato de favor a los clubes Recreativo y Marino. En los últimos tiempos, también se ha visto obligado a devolver al CSD 1,2 millones de euros como subvención para edificar una escuela de fútbol en Haití que nunca se hizo.
Pese a la devolución, el caso sigue abierto en un juzgado de Majadahonda (Madrid), donde Villar fue citado a declarar, situación por la que ya tuvo que pasar antes de aquellas elecciones de 2004, que guardan ciertas similitudes con las del pasado mes de mayo.
Entonces, la denuncia la formuló Javier Tebas, ahora presidente de LaLiga, por uso indebido de fondos públicos y fue archivada. Tebas respaldó entonces a uno de los rivales de Villar, Gerardo González, que había sido su secretario general hasta unos meses antes. Tebas también apoyó en el proceso que culminó el 22 de mayo a Jorge Pérez, el sustituto de González en ese cargo federativo.
La diferencia fue que Pérez no llegó a ser candidato por no presentar los avales al considerar que la Asamblea se constituyó irregularmente.
Todo esto apenas pareció rozar a Ángel Villar. Como casi no le ha rozado el escándalo de corrupción de la FIFA, donde ostenta el cargo de presidente sénior y hasta hace meses estuvo al frente de la comisión de árbitros, que ahora encabeza el excolegiado italiano Pierluigi Collina.
En UEFA, como la presidencia tuvo que renovarse en septiembre por la sanción a Michel Platini, Villar coqueteó con presentarse, pero finalmente desistió. Los meses anteriores fue presidente interino durante la Eurocopa de Francia.
En el mes de abril abandonó la vicepresidencia y, sin embargo, sigue siendo uno de sus vicepresidentes del organismo a cuyo Comité Ejecutivo se incorporó en 1993.
Jugador del Athletic Club (1970-1980) e internacional en 22 ocasiones con España (1973-79), Villar empezó la carrera de Químicas pero es licenciado en derecho. En 1986 fue elegido presidente de la federación Territorial Vizcaína y dos años después de la Española en sustitución de José Luis Roca. En la presidencia de la RFEF se mantiene desde entonces.