Mucho se había especulado con los sensaciones que provocaría la presencia de Felipe VI en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo de Tarragona. De hecho, Quim Torra, el nuevo President de la Generalitat había amagado esta misma mañana con no acudir al acto y, cuando dio marcha atrás, confirmó su presencia al tiempo que se declaró "en guerra" con el rey de España. Sin embargo, Torra, en un acto reflejo, aplaudió el himno patrio mientras que la grada se dividía entre los pitos y los aplausos al monarca y al himno nacional.
Torra no ha acudido a recibir al monarca a la entrada del Nou Estadi de Tarragona en una clara falta de respeto al protocolo institucional, pero sí ha manifestado a través de las redes sociales que su intención era la de regalar a Felipe VI un ejemplar de 'Dies que duraran anys' (Ara Llibres), del fotoperiodista Jordi Borràs, que recoge las imágenes de las cargas policiales del 1-O, entre otras fotos de aquél día. "Quiero que le quede claro qué pasó en Cataluña el día 1 de octubre, porque nosotros no lo olvidaremos nunca", ha dicho en Twitter.
Como ya sucedió en el Gran Premio de Catalunya de motociclismo, los signos independentistas hicieron acto de presencia al mismo nivel institucional que los símbolos nacionales. De hecho, más allá del lazo amarillo que Torra lucía en su solapa, justo antes de que por megafonía sonase el himno nacional, y mientras las autoridades ocupaban sus asientos, sonó Els Segadors. Además, minutos antes del comienzo de la ceremonia el propio Torra se ha reunido con unos 300 radicales de los CDR y la ANC en el exterior del Nou Estadi, que se encontraban presentes para manifestarse contra la presencia de Felipe VI en Cataluña.
Desde primera hora de la mañana los pasillos de la Generalitat vivieron un ajetreo considerable ante la indecisión sobre si Torra debía plantar al Rey. La división entre los colaboradores del president era tan real como sus opciones. Por un lado estaban los partidarios del plante por el discurso de Felipe VI el 3 de octubre que los independentistas consideran inadmisible -"Así no", se dirigió Carles Puigdemont al monarca en un discurso grabado- y la falta de intención del monarca de pedir disculpas, además de la negativa de la Casa Real a mantener una reunión al más alto nivel aprovechando su presencia en Tarragona. Y por otra parte estaban los que consideraban que el simple hecho de organizar una competición de la talla de los Juegos del Mediterráneo en Tarragona obligaba a su presidente a hacer acto de presencia sin ceder espacio al protagonismo institucional.
Finalmente, triunfó la cordura y todas las administraciones estuvieron presentes. Desde la Casa Real con el Rey al Gobierno nacional con Pedro Sánchez pasando por las administraciones autonómica (Torra) y municipal (Félix Ballesteros), todas ellas implicadas desde hace años con el Comité Olímpico Español de Alejandro Blanco en la celebración de estos Juegos del Mediterráneo. Es más, la cordialidad fue tan razonable que Quim Torra también aplaudió al paso de la delegación española.
Los Juegos Mediterráneos son una competición a imagen y semejanza de los Juegos Olímpicos y que cuentan con el reconocimiento del Comité Olímpico Internacional. El 15 de octubre de 2011, el Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos escogió Tarragona como sede de los XVIII Juegos Mediterráneos.
Estos serán unos juegos de récord gracias a la alta participación de los deportistas inscritos. Se celebrarán del 22 de junio al 1 de julio y formarán parte 33 disciplinas deportivas, 3.622 deportistas de 26 nacionalidades distintas, 1.000 jueces y representantes internacionales, 1.000 periodistas, 3.500 voluntarios y más de 150.000 espectadores.
La selección española estará presente en Tarragona con una delegación plagada de grandes nombres. Con la nadadora Mireia Belmonte, catalana, como abanderada del equipo español -es la primera mujer abanderada de España en unos Juegos del Mediterráneo-, en el equipo también están nombres tan importantes como los de la helterófila Lidia Valentín o el del palista Marcus Cooper Waltz.