La selección española femenina de balonmano no pudo hacer historia este domingo en la final del Mundial que se ha venido celebrando en Japón en las últimas semanas. Por primera vez, 'Las Guerreras' consiguieron entrar en el pulso definitivo por el oro y aunque estuvieron rozando el metal más deseado, un penalti en el último suspiro del encuentro les dejó compuestas y sin medalla dorada.
Polémico desenlace que catapultó a Holanda a lo más alto del cajón y que dejó a España sin colgarse el oro al cuello por una decisión injusta del cuadro arbitral. Eran las pupilas de Carlos Viver las que iban a disfrutar de la última posesión con 29-29 luciendo en el marcador. Con solo 10 segundos restando para el final, Shandy Barbosa disparó, pero su lanzamiento fue detenido por Tess Wester, la portera neerlandesa.
La guardameta buscó sacar rápido para lanzar el contraataque de las suyas, pero entonces la pivote Ainhoa Hernández se quedó para bloquear ese saque, consiguiendo su objetivo y que Shandy pudiese recuperar la posesión. Las gemelas Bonaventura, dúo arbitral francés, decidieron sancionar a la española y señalar un penalti que acabó dando la victoria a la selección de Holanda.
Ese castigo para Ainhoa Hernández y España condenó a 'Las Guerreras', pero revisando las imágenes se comprueba que la posición de la pivote era totalmente legal, ya que se encontraba fuera del área de seis metros. Es decir, no pisaba el área de castigo y España tenía portera en ese instante. Parece según la secuencia que en un primer instante las árbitras no iban a señalar nada, pero que cambiaron su decisión drásticamente tras las protestas airadas de Emmanuel Mayonnade, seleccionador neerlandés.
Esta no es la primera vez que España sufre un robo similar en alguna competición internacional, de hecho 'Las Guerreras' ya tuvieron que soportar como un arbitraje en contra en los JJOO de Río 2016 las dejó fuera de las semifinales. Son varios los ejemplos, y en distintas disciplinas, que confirman que históricamente los equipos españoles han sido perjudicados de forma flagrante por las decisiones arbitrales. Desde el año 1934 con el Mundial de Italia y la sombra de Mussolini o lo sucedido en la Copa del Mundo del 2002 con Al-Ghandour como protagonista.
Del Mundial de 1934 al del 2002
La Copa del Mundo se jugó en Italia en año 1934. España venía de ganar a Brasil en octavos, pero en frente tenía a la anfitriona que bajo las premisas de Mussolini de "vencer o morir" se presentó en el terreno de juego para ganar como fuese, 'por lo civil o lo criminal' como se suele decir. Hasta siete jugadores españoles cayeron lesionados por el juego duro, y sucio, de los italianos. Zamora fue el que se llevó la peor parte con dos costillas rotas tras un encontronazo en el que ni siquiera se pitó falta.
Del 1-1 del partido de cuartos al encuentro de desempate. Si el arbitraje del belga Baert fue sonrojante, el del suizo Rene Mercet fue directamente vergonzoso. Dos goles legales anulados a la selección española y concedido el tanto de Giuseppe Meazza luego de una clara obstaculización de Demaría a Nogués, portero suplente de Zamora. El choque conocido como la 'Batalla de Florencia' acabó con Italia en la siguiente ronda y con el colegiado suizo expulsado para duelos internacionales tanto por la FIFA como por la Federación de su país.
Varias décadas después, en el Mundial de 1986, España se enfrentó a Brasil. En aquel partido el árbitro protagonista fue el australiano Chris Bambridge, quien tras un disparo de Míchel en el que el balón superó al completo la línea de gol, decidió anular el tanto y la Selección acabó perdiendo por 0-1 contra la todopoderosa Canarinha. Y de esa cita de 1986 a la Copa del Mundo del año 1994 y... otra vez ante Italia.
Han pasado 25 años desde aquello y todavía es difícil explicar cómo el colegiado húngaro Puhl no pitó penalti a favor de España en la acción entre Luis Enrique y Tassotti. El italiano dio un descarado codazo en la cara al ahora seleccionador, que dejó a este con la nariz ensangrentada. La jugada transcurrió en el descuento y con 2-1 a favor de la Azzurra. El árbitro no pitó la pena máxima pese a todo y el combinado nacional cayó en los cuartos con un Luis Enrique sufriendo una fractura del tabique nasal.
Ocho años más tarde, la selección española de fútbol volvió a ser perjudicada por un árbitro. El señalado en el Mundial de 2002 fue el egipcio Al-Ghandour. España llegó a los cuartos de final como favorito para conseguir el billete a semifinales ya que delante tenía a Corea, la entonces anfitriona del torneo. Nadie puede olvidar los goles anulados que eran legales, los fueras de juego que en realidad no lo fueron y aquel balón que no llegó a salir por banda, pero que se señaló que se había ido.
La Selección cayó con Corea en la fatídica tanda de penaltis y las denuncias españolas fueron múltiples desde todos los sectores por este robo difícil de maquillar. "El linier estaba 'tocado', había cosas raras y teníamos que perder sí o sí", dijo José Antonio Camacho, el por aquel entonces seleccionador de España.
Los dos atracos en basket
En el Mundial de 1982, la selección española se presentó en el partido por el bronce -por aquel entonces no había semifinales, sino que se debía disputar una liguilla previa- ante Yugoslavia. Los de Antonio Díaz-Miguel se quedaron si la medalla después de caer por tan solo dos puntos y con algunas acciones de lo más polémicas: expulsión de Corbalán e invalidación de una canasta de Quim Costa. "España es tercera, pero han preferido darle la medalla a otro equipo", dijo el exseleccionador tras sufrir la injusta derrota.
Más recordado es el robo que sufrió el combinado nacional en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. España acabó colgándose la plata, pero el desenlace podría haber sido otro muy distinto si los árbitros no hubieran sido permisivos con los reiterados pasos de Estados Unidos. La normativa es diferente en la NBA que en el resto de campeonatos nacionales y a nivel de selecciones, es por ello que todas esas acciones con pasos de salida debieron ser sancionadas y no obviadas como sucedió.
El partido finalizó con un marcador de 118-107 favorable a los estadounidenses y con España consiguiendo la que era hasta ese momento la segunda medalla olímpica de plata en su historia. Jugadores como Felipe Reyes no se mordieron la lengua y aseguraron que de no haber sido por los árbitros, hubieran logrado conquistar el oro. Pero también otras voces autorizadas como Chantal Julien hablaron de robo: "No pitas lo mismo a los americanos que a los otros, durante la final los españoles estuvieron penalizados por los pasos de EEUU".
Del fútbol sala al rugby
No solo de fútbol o baloncesto vive el deporte y es por eso que cabe destacar lo sucedido a España en otras disciplinas. En fútbol sala también se puede hablar de que nuestro país fue perjudicado por los árbitros en el Europeo de futsal de 2010. La diferencia entre este y el resto de casos es que ni siquiera los colegiados y el rival fueron suficientes para acabar con la selección española. El combinado nacional se proclamó campeón, pero para ello tuvieron que protestar y luchar en semifinales.
Javi Rodríguez no falló en el que parecía ser el penalti definitivo de la tanda ante Rusia. Sin embargo, los colegiados dictaminaron que el balón no había superado la línea de gol, pese a que las imágenes no daban lugar al error: el fuerte disparo del jugador rebasó completamente. Después de varios minutos de protestas, se reanudaron los lanzamientos y España acabó metiéndose en la final, la cual posteriormente ganó.
En el año 2012 fue la selección española de waterpolo la que fue gravemente perjudicada en los Juegos Olímpicos de Londres. España se despidió en la primera fase después de perder contra Croacia por 8-7. El árbitro principal del partido anuló un tanto de Iván López que previamente había sido concedido por el juez de línea y que llegó prácticamente sobre la bocina.
Rafael Aguilar, el entrenador, no se lo creía y la Federación puso un reclamación que acabó siendo rechazada. Ese colegiado, el esloveno Boris Margeta, que anuló el gol del español -que se deslizó por el agua hasta acabar entrando como demostraron las imágenes- no dirigió ningún partido más en aquella cita olímpica después de que fuese inhabilitado por la FINA.
Ya en el año 2018, fue la selección española de rugby la que se quedó sin el billete para el Mundial del 2019. Todo ocurrió en el partido de clasificación, para una de las citas más importante a nivel internacional de este deporte, entre España y Bélgica. El rumano Vlad Calin Iordachescu tomó una serie de decisiones que perjudicó al combinado nacional español y se llegó a pedir la repetición del partido, una petición que fue más tarde desestimada. Curiosamente, Rumanía también se jugaba el pase al Mundial de Japón.
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