A Harvey Dent, la vida le sonreía. Era el hijo que toda madre querría tener en Gotham City, el hombre del momento. Su imparcialidad como fiscal de distrito de la ciudad le había granjeado una buena reputación entre sus conciudadanos. Todo era perfecto. Sin embargo, aquel maldito juicio en el que la mitad de su rostro quedó desfigurada tras ser rociada con ácido cambió su destino para siempre.
A partir de entonces, Dent decidió que la vida era muy aburrida sin peligro y maldad. Pasó de héroe a villano y se convirtió en Dos Caras. Su destino y el de sus víctimas pasó a estar regido por una moneda. Por la cara o la cruz, como el Real Madrid en la presente temporada.
Ante el Joventut, tocó la versión buena. Es decir, la de la ACB. En la competición nacional, los blancos se muestran como un equipo que, jugando mejor o peor, gana con suficiencia (69-79). Los altibajos continúan siendo patentes, pero, a la hora de la verdad, el Madrid suele encontrar a su Batman cuando se trata de hacer justicia liguera. Y a Felipe Reyes le sienta muy bien ese traje.
Por cuerpo, galones y habilidades baloncestísticas, el pívot cordobés es un buen prototipo de superhéroe para este Madrid. Y eso que convive con todo un Superman como Gustavo Ayón, aunque en su caso la relación sobrepasa la cordialidad. Complementados a la perfección, los rebotes y los puntos en la zona se convierten en rutina.
Entre los hombres de Pablo Laso, cual Profesor X, también hay un Robin. Es Sergio Rodríguez, más bajito que 'Batman' Reyes, pero igual de resolutivo en los momentos calientes. La muñeca no tiembla para el fiel escudero del Caballero Oscuro, que tan pronto penetra hacia canasta como allana el camino desde el perímetro.
También hay un Iron Man en el equipo blanco. Se trata de Andrés Nocioni, en la sombra durante los últimos partidos, pero siempre acechante. Su voluntad de hierro volvió a relucir como en las mejores tardes para el Madrid, que, aun con tanto súperhombre junto, tampoco se acercó a la perfección en Badalona.
El Joventut no se lo puso fácil. La casualidad no tiene nada que ver con que los hombres de Salva Maldonado se encuentren en las posiciones de honor de la ACB. Su coraje es inmenso, con el liderazgo de un jugador que, por momentos, muestra hechuras NBA: Brandon Paul. Sus lanzamientos tienen tantas reminiscencias con la mejor liga del mundo que resultan casi hasta obscenos.
El carisma del americano y las canastas interiores de Nacho Llovet, cada vez menos promesa y más realidad, fueron las mejores armas de la Penya para asustar al Madrid. Los visitantes también pusieron de su parte, con algunas desconexiones en ataque que empiezan a ser recurrentes y, a la vez, peligrosas.
Algo así les sucede a Sergio Llull y Rudy Fernández. Demasiado precipitados, no logran revestir su juego del aura de confianza que solían transmitir hasta hace no mucho tiempo. Su ausencia pasó más desapercibida este domingo, aunque no lo hará en los días grandes. Aquellos en los que, por ahora, ha salido cruz en la moneda del Madrid. Con sus Dos Caras (la doméstica y la continental) muy claras.
Ficha técnica
69 - FIATC Joventut (12+12+20+25): Sabat (2), Ventura (2), Paul (20), Suton (8), Drame (2) -equipo inicial-, Vidal (5), Llovet (18), Miralles (3), Nogués (-), Abalde (9) y Mallet (-).
79 - Real Madrid (19+17+25+18): Rodríguez (15), Fernández (2), Maciulis (5), Thompkins (4), Ayón (11) -equipo inicial-, Nocioni (12), Reyes (16), Carroll (4), Llull (4), Hernángomez (-) y Taylor (6).
Árbitros: Martín Bertrán, García Ortiz y Martínez Díez. Eliminado: Goran Suton (min. 40).
Incidencias: partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga Endesa disputado en el Palau Olímpic ante 8.942 espectadores.