Los Philadelphia 76ers ganaron ayer a Los Angeles Lakers anotando en su casillero la primera victoria de la temporada y frenando el récord 28 derrotas consecutivas. Pero más allá del partido, el protagonista fue Kobe Bryant, que jugaba en su ciudad natal el primer partido después de anunciar su retirada a finales de temporada.
El alero del conjunto angelino ha ido comentando la posibilidad de ser parte de un grupo propietario de una franquicia NBA en los últimos días, movimiento aconsejado por el propio Magic Johnson, dueño minoritario de Los Angeles Dodgers de la MLB.
Debido al estado lamentable en el que se encuentran los 76ers en las últimas temporadas, Johnson ha sugerido a través de los medios de comunicación una posible compra minoritaria del equipo de su infancia para ayudar a revitalizar a la franquicia de Pensilvania.
Más allá del estado actual de los 76ers, el pabellón recibió al hijo prodigo como un auténtico héroe en una noche en la que el baloncesto de calidad brilló por su ausencia a pesar de los 20 puntos de Kobe Bryant.