Andrés Jiménez (Carmona, Sevilla, 1962) fue el principal antídoto del Barcelona para empezar a plantar cara al Real Madrid sobre el parqué a partir de los años 80. Los azulgrana cimentaron su leyenda también en el baloncesto de la mano de una generación prodigiosa: Epi, Sibilio, Audie Norris, Solozábal...
Jimix estuvo presente en todos los momentos cumbre de aquel histórico Barça. Con mayor o menor incidencia, pero siempre determinante. De ahí que Andrés Montes no dudase en apodarle "El hombre que marca la diferencia". EL ESPAÑOL ha hablado con la leyenda azulgrana con motivo del nuevo episodio de la rivalidad entre los dos grandes del deporte de la canasta, a dirimirse este domingo.
¿Por qué cree que el Madrid, fichase a quien fichase, casi siempre fracasaba a la hora de pararle?
Fue una estrategia que le salió bien al Barcelona. El Madrid tenía pívots más potentes y eso llevaba a que nuestro juego interior tuviese que gastar más dinero en americanos. Jugabas la baza de que ellos tenían que utilizar americanos para pararme a mí a nivel exterior. La situación nos fue más favorable porque nosotros, a menudo, jugábamos con tres hombres altos. Eso obligaba a que el Madrid utilizase una ficha para contratar a un jugador. Conseguimos sacar nuestra porción de ventaja y se dieron esos años tan exitosos para nosotros.
Seguro que hubo interiores madridistas que le dieron más problemas que otros. ¿Quiénes fueron?
En el Barça jugué más de alero alto. Recuerdo a Larry Spriggs o Linton Townes, diferentes y más difíciles de defender para mí porque eran más exteriores que yo. Tenía la posibilidad de jugarles dentro porque eran más débiles en el juego interior que yo. Cuando estaba en la Penya, sí que me emparejaba con Fernando Martín, pero en el Barcelona yo tenía un juego más exterior.
¿Cómo se vivían los Clásicos en el Barça durante su época como jugador?
A nivel de competición, era el mejor partido posible fuera de las finales. Los Madrid-Barça siempre han tenido un aliciente especial. Los vivías con una intensidad máxima porque sabías que la gente estaba muy expectante de lo que pudiera pasar.
¿Hay algún momento que recuerde con especial cariño de esos encuentros?
Recuerdo viajar a Madrid y ver a la gente haciendo cola rodeando todo el Palacio de los Deportes. Eran partidos emocionantes que se vivían con más intensidad cuando viajabas porque, como jugabas fuera de casa, sabías que la presión iba a ser diferente. La pista del Madrid era más excitante.
¿Y alguno que, si pudiera, cambiaría?
No. Afortunadamente, las temporadas que yo estuve en el Barcelona fueron muy exitosas en cuanto a Clásicos. Por ejemplo, ganamos la Liga de Petrovic, y en mi penúltima temporada logramos la ACB en la pista del Madrid cuando todo el mundo nos daba por muertos. Tengo un buen recuerdo de estos partidos en mi etapa deportiva.
¿En los partidos contra el Madrid se ponía más las pilas con los tiros libres?
Es verdad que tuve un par de temporadas malas en ese aspecto, pero nunca fui un mal lanzador de tiros libres. Tuve una lesión que me mantuvo apartado de las pistas un año y medio. Justo cuando volví, se instauró la regla del uno más uno. Entre que tenía que ir cogiendo mi posición en la pista y la regla, sí que me quedó un cierto bloqueo con los tiros libres. Estadísticamente, no fui un lanzador de 90% de acierto para arriba, pero mi porcentaje desde la personal siempre estuvo en torno al 70% tanto antes como después de esa racha. Lo que pasa es que fue muy sonada, pero la gente lo relaciona como si toda mi carrera hubiese sido así.
De hecho, cuando ganamos a Yugoslavia en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, me tocó tirar tiros libres decisivos y tuve buen porcentaje. A partir de que superé mi bloqueo de esas dos temporadas, hice marcas normales.
Aíto García Reneses es un personaje fundamental en su trayectoria. ¿Cuánto porcentaje de culpa cree que tiene a la hora de igualar por fin las cosas entre los dos grandes en los 80?
En mi formación, tuvo mucha responsabilidad positiva. De joven, tuve mucha suerte de tener a Aíto como entrenador. Posteriormente, me ayudó a cuadrar como 'tres' alto en el Barcelona y, a nivel de equipo, eso nos dio muchos resultados. A nivel individual, yo siempre fui un 'cuatro' y me sentía más cómodo en esa posición. Me costó mucho adaptarme a ser alero y no jugaba tan confiado como antes, pero significó un reto importante y creo que lo pude llevar bastante bien para no ser mi posición natural.
Si hubiese podido fichar a algún integrante del Madrid de su época, ¿a quién se hubiese traído para el Barça?
Empezaría por mi coetáneo Fernando Martín. Luego, el Madrid ha tenido muy buenos jugadores, como Petrovic. Lo que pasa es que nosotros tuvimos un período en el que muchos jugadores nuestros estuvieron en buena forma también, con la suerte de superar a equipos del Madrid que eran muy potentes.
Sibilio, Norris, De La Cruz, Trumbo... ¿Quién pegaba más en los entrenamientos?
Norris pegaba bien, Trumbo no tanto, Epi a lo mejor también jugando por fuera… Nosotros siempre consideramos que era bueno hacer entrenamientos duros. Eso ha cambiado un poco. Ahora no se estila demasiado, pero en mi época sí gustaba aquello. A veces, la gente hasta se picaba, porque para ganar los partidos tienes que jugar duro, y acostumbrarte ya desde los entrenamientos era importante.
Cuando ve los Clásicos de hoy en día, ¿qué es lo que más echa en falta de los de su época?
Van adoleciendo un poco, en el caso del Barcelona, de figuras con las que el público se identifique por temporadas. Hoy en día, hay gente que puede recordar jugadores del Madrid porque han estado mucho tiempo allí. Se va perdiendo esta identidad y es algo muy negativo para el baloncesto no tener cuatro o cinco jugadores a los que puedes ir reconociendo fácilmente y que marcan una época.
¿A qué equipo ve con más posibilidades de que se le atraganten los polvorones en el Clásico del domingo?
Es difícil predecirlo. El Barcelona empezó muy bien, ahora tiene sus dudas, y el Madrid comenzó peor, pero ahora se ha reforzado con Rivers. A priori, el Madrid podría llegar mejor porque el Barça está más irregular. También es verdad que ha habido momentos al inicio de temporada en los que, si el Barcelona realmente consigue conjuntar a los nuevos fichajes, tiene un equipito bastante potente. Todavía queda mucha temporada y los equipos se están haciendo. El Clásico es importante, pero habrá momentos en la liga y en la Euroliga que serán mucho más decisivos.
Como buen ideólogo de la posición de 'cuatro' abierto, ¿se siente identificado con Justin Doellman?
Sí, ocuparía un poco el estilo de juego que hice yo. Tiene la desventaja de que adolece un poco de físico, por lo que tiene que recurrir a estar realmente acertado y a otras labores. La verdad es que está teniendo rachas buenas. Esperemos que se acabe consolidando. Fue una de las apuestas importantes del Barça que fallaron la temporada pasada y le deseo más suerte este año.
Aunque su físico ya no es el de antaño, ¿cree que Navarro todavía tiene mucha guerra que dar?
No seré yo quien condene a un jugador por ser veterano (risas). Es ley de vida. Uno se va haciendo mayor, pero también tienes otras armas. Creo que Juan Carlos es consciente de eso. Le deseo que tenga suerte con las lesiones y que se mantenga al mejor nivel posible.
¿Qué le está pareciendo el rendimiento de los nuevos fichajes interiores azulgranas?
Un poco regular. Lawal y Samuels han sido los más importantes entre los nuevos. Samuels ha hecho partidos muy buenos y en otros ha estado un poco más desaparecido. Le veo un pelín bajo para su posición, pero ha habido equipos que han ganado la Euroliga con jugadores muy bajos, como Olympiakos.
En general, el Barça está un poco más equilibrado en todas las posiciones que la temporada pasada. También el Madrid, con jugadores consolidados que llevan muchas temporadas y que conocen muy bien el vestuario. Eso es muy importante, y en el caso del Barça va a ser más complicado mantener esa regularidad por tener menos jugadores que conocen el vestuario y que saben mantener el nivel de implicación en los momentos complicados.
¿Qué opina del papel de Vezenkov y Diagné? ¿No cree que quizá no están teniendo tanto protagonismo como parecía en un primer momento?
Creo que es muy difícil hacer que todos tengan protagonismo en un equipo como el Barça o el Madrid. A medida que empiezan a llegar los compromisos importantes, te tienes que quedar con siete u ocho jugadores. Los demás hacen su papel, pero no puedes estar rotando. Es difícil hacerlo con más de ocho jugadores de una manera frecuente, porque es difícil que se adapten a eso. Los Clásicos son siempre importantes porque al final tienes que ver quién se lleva la supremacía en cada emparejamiento. Eso sí puede hacer que los entrenadores se decanten más por un tipo de jugador que por otro en función de cómo responda ante su par del otro equipo.
Madrid y Barça también se enfrentarán próximamente en el Top 16 de la Euroliga. ¿Cree que la reincorporación de KC Rivers para esta competición hace más peligrosos a los blancos?
Sí, les da otra versatilidad en el juego exterior. Sergio Rodríguez está jugando muchos minutos. Es un jugador experimentado y al que ya tuvieron la temporada pasada, así que ampliará las posibilidades del Madrid. Al jugar dos competiciones, los jugadores de los equipos grandes, viniendo una serie de ellos de la selección, se desgastan muchísimo. Aunque parezca que no, es importante tener plantillas con un buen número de hombres. Aunque durante un momento de la temporada quizá no jueguen, pueden ser importantes en otros momentos.
¿La baja de Marcus Slaughter es tan sensible como se ha dicho para el Madrid o no?
A mí me sorprendió. No pensaba que se fuese a acoplar tan bien al Madrid. Lo veía muy bajo para jugar en un equipo que tiene competición europea, pero se hizo un hueco. Yo no lo hubiese fichado para el Barcelona, pero hoy en día el baloncesto evoluciona. Lo que teóricamente no sería un pívot que fuese bien para Euroliga te produce un buen rendimiento luego. Creo que el Madrid lo suplirá con los jugadores que tienen.
Se podría decir que los hombres que mejor llegan al Clásico son Gustavo Ayón, por parte del Madrid, y Ante Tomic, en el Barça. ¿Cree que en el duelo entre ambos puede estar una de las claves del partido?
El Barça depende mucho de Tomic, para lo bueno y para lo malo. Es uno de los pilares fundamentales del equipo. Ayón es un buen jugador, completo, y está haciendo buenas estadísticas. Es importante porque, cuando el Barça ha sido capaz de ganar al Madrid en los Clásicos, Tomic casi siempre ha hecho mucho daño por dentro.
¿Esa dependencia de Tomic puede resultar peligrosa en el Barcelona?
Es un buen jugador, pero no se caracteriza por ser regular o excesivamente fiable en momentos muy complicados. Tiene ese hándicap. Si no, estaría jugando en la NBA o en otro sitio. El problema es la regularidad a la hora de fiarte de que no se va a cargar de faltas demasiado pronto, por ejemplo. Tomic tiene mucha calidad, pero le falta un punto de madurez.
Por último, usted ha sido dibujante aficionado de cómics. Si le tocase elaborar uno sobre el Clásico, ¿qué esbozaría sobre el papel?
Podría dibujar un salto inicial entre Ayón y Tomic, por hacer esa simbología entre los jugadores que están más en forma de cada equipo. A Ayón le dibujaría más como un guerrero, rollo azteca, y a Tomic más estilizado y del Este.