Como en una película de Frank Capra, la mirada de Pau Gasol brilló de forma especial tras su entrenamiento de tiro matutino. Por un momento su corte de pelo recordó al de James Stewart en Qué bello es vivir. Los padres de Diego Ruíz estaban haciendo realidad el sueño de su hijo, que junto con su hermano Santiago, pasó un día inolvidable tras volar a Chicago por sorpresa en una iniciativa promovida por la ONG Make a Wish.
En apenas unas horas había pasado de estar entre hospitales en Madrid a respirar entre balones dentro de la sesión de tiro de los Bulls, donde Diego pudo jugar un 21 con Pau Gasol y Nikola Mirotic en el Advocate Center. La pareja de pívots de Chicago no dudó en terminar su entrenamiento compitiendo con él -perdiendo, por cierto, ante la buena mano de su rival de 14 años-.
La guinda, sin embargo, estaba por llegar, ya que por la noche, enfundado en la camiseta de los Bulls con su nombre que le regaló Pau, sería el encargado de abrir el partido con 21.032 espectadores coreando su nombre en el United Center, el santuario del mejor jugador de todos los tiempos, Michael Jordan.
El súper poder de Pau
Pau Gasol, que desde joven sintió la vocación de la medicina por herencia materna, confiesa que “si pudiera elegir un súper poder este no sería volar, ni ser invisible, ni el más fuerte, sólo me gustaría poder curar a la gente”.
Por eso el mayor de los Gasol siguió con detalle las andanzas de su nuevo amigo después de enfrentarse a su hermano Marc en un partido en el que Mirotic también estuvo muy cerca de su nuevo fan. El ala pívot internacional, nuevamente ovacionado tras anotar uno de sus triples, fue uno de los cómplices de Pau. Para Nikola “este tipo de iniciativas son siempre un placer. No cuesta nada hacer feliz a las personas que más lo necesitan, y en este sentido Pau es un ejemplo a seguir para mí”.
La complicidad de la Gasol Fundation
La otra pata de la mesa que ha hecho realidad el sueño de Diego la compone Marc Gasol, quien con su hermano forma parte de la Gasol Fundation, coordinadora de un encuentro que dará fuerzas a Diego para seguir luchando contra la enfermedad que ha condicionado su desarrollo. Pese a la derrota en el partido, Marc no dudó en mantener un largo y cálido encuentro con Diego y su familia en el que intercambiaron presentes y, sobre todo, ilusión y fuerza por seguir luchando, cada uno en sus retos cotidianos.
La familia Ruíz, agotada tras la visita, nunca olvidará lo vivido. "Ha sido agotador, pero Diego ha visto cumplido su deseo y ahora hay que seguir con lo que estamos”, afirmaba su madre, quien no dudó en coger un vuelo con toda la familia para que Diego cumpliera su sueño. Un sueño que no olvidará.
Dimensión global
"Felicidades Pau, eres un ejemplo”, decía José Manuel Calderón tras conocer que su compañero de selección, un ejemplo de solidaridad dentro y fuera de la pista, había sido reconocido recientemente como el jugador NBA con mayor Impacto Global (Global Impact Player). Algo que para el actual campeón de Europa con España “supuso un verdadero placer, especialmente porque viene de la mano de mis compañeros, ya que no sólo supone un reconocimiento a mi contribución dentro de la pista, sino que destaca mi compromiso social ayudando a los niños a vivir mejor y de manera más saludable”.
Pau no sólo es mundialmente respetado por su calidad, sino también por sus acciones humanitarias como embajador de UNICEF desde 2003 o por su Fundación junto a Marc. Él es consciente de ser “un referente para mucha gente y por eso siempre intento usar mi posición para contribuir de manera positiva a hacer un mundo mejor”.
La familia Ruíz pudo dar fe cuando tras un largo día se iba a la cama pasada la media noche. Consumía sus primeras horas el jueves, 17 de diciembre, cuando el milagro se hizo realidad como en otra película, esta vez de Berlanga. Va de genios.