Eran pocos, aunque intentaron hacerse notar. Había que amortizar los miles de kilómetros recorridos en pos de un objetivo: animar hasta el final al Zalgiris Kaunas. Los aficionados lituanos presentes este viernes en el Palacio de los Deportes madrileño asistieron a una derrota de su equipo ante el Real Madrid (92-86), pero al menos abandonaron el recinto con la satisfacción del deber cumplido.
Gritaron, jalearon y aplaudieron con tanto ímpetu que hasta parecieron olvidarse del hecho de compartir nacionalidad con uno de los hombres de Laso, Jonas Maciulis. Hacia él fueron dirigidas las mayores lindezas de la hinchada visitante. A buen seguro que los alaridos no contenían halagos, ya que el '8' madridista fue uno de los jugadores más destacados del bando local (12 puntos).
Buen conocedor de la inmensa mayoría del plantel del Zalgiris (con nueve jugadores lituanos), la animadversión de sus compatriotas en la grada pareció motivar a Maciulis más que ninguna otra cosa. Como declaró en una entrevista reciente, es feliz “en la pelea, como un boxeador”. En la defensa, pero también en el ataque, con un tercer cuarto que acabó por desatascar la ofensiva del Madrid.
Los blancos controlaron el marcador durante todo el encuentro, pero tuvieron sus altos y bajos durante el partido. Los mejores momentos llegaron de la mano de Felipe Reyes y Gustavo Ayón, en una de las jornadas más dulces de la pareja bajo tableros. Los 40 puntos que anotaron entre ambos empezaron a dilucidar la victoria local en la primera parte. El mexicano puso los mates, mientras que el cordobés se afanó desde el triple en una suerte de recital conjunto. Los pases de Sergio Rodríguez, siempre dispuesto al pick and roll, también ayudaron lo suyo.
Pero no todo fueron alegrías. La defensa interior, ya motivo habitual de preocupación para Laso y los suyos, volvió a hacer de las suyas en forma de hándicap. Ayudó a que el Zalgiris no perdiera la convicción en los momentos más comprometidos del encuentro, cuando el balón quemaba más y el Madrid amenazaba con escaparse definitivamente en el marcador. Ahí apareció la casta de varios de los subcampeones de Europa con Lituania, llevando Seibutis la voz cantante.
No fue suficiente para minar la resistencia del Madrid, que aguantó estoicamente cada cornada lituana. Cuando no eran Ayón y Reyes quienes hacían gala de sangre fría, aparecían Carroll, Rivers o Nocioni para templar los ánimos desde el perímetro. Ni siquiera el amago de lesión de Luka Doncic, que hubiese dejado a los locales con el Chacho como único base en nómina, hizo aparecer más tembleque del debido.
Para finiquitar el partido y los cánticos de la afición báltica, dos tiros libres de Maciulis, verdugo en última instancia de sus paisanos. Por una vez, jugador e hinchada decidieron odiarse antes que amarse, aunque ambas partes saben que su relación volverá a ser afectuosa más pronto que tarde. Es ley de vida.
Ficha técnica
92 - Real Madrid (26+19+20+27): Maciulis (12), Rodríguez (5), Ayón (16), Thompkins (3) y Rivers (14) -equipo inicial- Taylor (5), Reyes (24), Ndour (2), Nocioni (6), Doncic y Carroll (5).
86 - Zalgiris Kaunas (18+24+11+33): Jankunas (8), Kalnietis (9), Ulanovas (10), Sajus y Seibutis (13) -equipo inicial-, Vougioukas (9), Vene (10), Lekavicius (3), Motum (10), Hanlan (10) y Pocius (4).
Árbitros: Christos Christodoulou (GRE), Ilija Belosevic (SRB) y Tolga Sahin (ITA). Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada del 'Top 16', Grupo F, de la Euroliga disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (Barclaycard Center) ante 10.271 espectadores. El mexicano Gustavo Ayón recibió el galardón como el mejor jugador, MVP, de la Euroliga de diciembre, recibiendo el premio de manos de una leyenda del madridismo, Emiliano Rodríguez, presidente de honor de la sección de baloncesto del Real Madrid. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del exjugador de fútbol Manuel Velázquez.