Joan Plaza (Barcelona, 1963) es uno de los entrenadores más interesantes del baloncesto español. Su conversación, pausada y sincera, le convierte en un interlocutor fantástico para cualquier tertulia que se precie. El aprendizaje junto a entrenadores de la talla de Manel Comas, Aíto García Reneses o Boza Maljkovic le ha curtido como profesional del deporte de la canasta y también como persona.
Sorteando las dificultades logísticas de aunar la competición española con la europea, el técnico de Unicaja responde a las preguntas de EL ESPAÑOL entre viaje y viaje. Lo hace cuando faltan escasas horas para visitar a uno de sus ex equipos, el Real Madrid (este domingo a las 12:30).
El billete para la Copa del Rey está en juego para los malagueños en el cierre de la primera vuelta de la ACB. Si ganan al vigente campeón liguero, estarán en La Coruña. Si pierden, su destino quedará a expensas de otros.
Los precedentes ante los grandes no han sido positivos hasta la fecha para Unicaja. ¿Tener enfrente a un Madrid dubitativo puede ayudarles a cambiar las tornas?
El Real Madrid es el vigente campeón de Europa, está en condiciones de ganar lo más importante de la temporada y ha hecho varios nuevos fichajes. ¡Está todo dicho! Afrontamos el partido con el deseo de ofrecer nuestro mejor nivel.
Será un duelo especial para usted por su pasado en el equipo blanco. ¿Qué es lo que más teme de Laso y los suyos?
Tienen una calidad y un talento extraordinarios, con capacidad de someterte a un parcial brutal en contra en pocos minutos.
¿Hay algo que eche especialmente en falta de su etapa en la capital?
Fue simplemente especial y no la olvidaré jamás. Han pasado 10 años y espero haber mejorado, madurado y consolidado mis conocimientos.
También se avecinan compromisos importantes en la Euroliga. ¿Cuál cree que será la clave para hacerse con un hueco entre los ocho mejores equipos de la competición?
Obviamente, para exprimir nuestras posibilidades de acceso a un Top 8 que el Unicaja solo alcanzó una vez en su historia, todo pasa por nuestra solidez en casa y la mejora paulatina de nuestro juego.
La polémica está servida con el caso de las licencias A, que ustedes ya no poseen. ¿Unicaja aún no ha dicho su última palabra al respecto?
Esta es una pregunta para mis jefes, para quienes están en los despachos. Yo intentaré que mis jugadores compitan al máximo nivel sobre la cancha.
¿Qué opinión le merece que un equipo español que se gane en la cancha jugar la máxima competición europea, como puede ser su caso, se pueda quedar fuera de Europa por no tener licencia?
Idílicamente, siempre sería más razonable que no hubiera otro criterio que el deportivo, pero muchos han sido, son y serán los casos en los que la búsqueda de la competitividad, así como del rendimiento económico, han hecho matizar y ajustar todo tipo de competiciones.
Parecía que este iba a ser el gran año de Unicaja, pero de momento su equipo está siendo más irregular de lo esperado. ¿Todavía no han demostrado todo su potencial?
No hemos tenido la regularidad que desearíamos, y en ello estamos. Contentos de ir segundos en el grupo de Euroliga, de ser la mejor defensa de Europa, de haber ganado en canchas imposibles... pero tristes de no haber sido capaces de jugar al mismo nivel en menos de 48 horas.
¿Qué les falta a sus chicos para dar un salto de calidad y estar más arriba en la tabla?
Lograr mantener nuestra competitividad en el segundo partido de la semana, e incluso durante un mismo encuentro. Constancia y esfuerzo de forma regular.
¿Y qué les sobra?
Nada. Hay voluntad y grandes dosis de talento, a los que unir la concentración en momentos delicados.
Los nuevos americanos no están desentonando en Málaga, especialmente Jamar Smith y Edwin Jackson. ¿Están cumpliendo sus expectativas?
La adaptación y exigencia de nuestro estilo requiere, fuera de estereotipos, unos meses de aprendizaje, pero ambos están trabajando a un gran nivel e irán mostrando esa mejoría sin darse cuenta.
Mindaugas Kuzminskas parece el proyecto de futuro más importante de Unicaja en estos momentos. ¿Cree que el club podrá retenerle mucho tiempo si continúa con su progresión?
No me lo planteo. Trabajo y trabaja por mejorar cada día y conseguir aunar la progresión del jugador a la del equipo es un reto para mí. Él es un buen profesional y una gran persona, y está en el camino de hacer grandes cosas.
¿El sitio del jugador estará en la NBA antes o después?
No lo sé, intervendrán muchos factores. Lo importante es que no pare de crecer y que escoja la mejor opción para alcanzar el máximo nivel de su carrera.
También vive de cerca el caso de Alberto Díaz: ejemplo en la cancha, pasito a pasito, y fuera de ella, sacándose su carrera universitaria. ¿Es la demostración personificada de que en la cantera de Unicaja se hacen bien las cosas?
Alberto es un ejemplo de honradez y perseverancia. Un espejo en el que reflejarse muchos jóvenes y... adultos. Mejora cada día y sería bonito que acabara convirtiéndose en una referencia malagueña.
En su plantilla hay varios jugadores que han sido o han estado cerca de ser internacionales: Carlos Suárez, Fran Vázquez, Dani Díez... ¿Qué tal les ve de cara a una posible convocatoria para Río?
En mi equipo hay grandes profesionales que viven este deporte de una forma intensa y que ya han gozado de su paso por la Selección. No es nada descabellado que pudieran volver a ella.
Hablando de la selección, su nombre siempre ha sonado como futuro ocupante del banquillo nacional. ¿Realmente baraja esa posibilidad de aquí a un tiempo?
El banquillo nacional tiene a un muy buen entrenador y el resto son especulaciones más o menos agradables de oír. No me planteo, hoy por hoy, más reto que ser feliz donde estoy y hacer felices a aquellos con quienes estoy. Siempre dije que sería un honor entrenar a la selección, como deben pensarlo la mayoría de técnicos españoles.
La afición es uno de los grandes baluartes de Unicaja. Ya se lo confirman hasta con premios, como el de Gigantes del Basket. ¿Es uno de los motivos de que usted se encuentre tan a gusto en Málaga hasta la fecha?
Llevo unos cuantos años y además de mi experiencia como entrenador rival, la que he adquirido ahora me permite saber que además de pasión y tradición por este deporte, en Málaga hay un elevado conocimiento del baloncesto.
Dijo en su día que le parecía muy bonito hacer resurgir el proyecto de este equipo. ¿Siente que lo está consiguiendo?
Todos tenemos nuestros retos y creo que gracias a la comunión de mucha gente (directiva, staff técnico y una selección específica de jugadores), estamos logrando que los 7.000 espectadores de media se estén identificando con lo que ven. Ser una pequeña parte de la historia de este club está siendo un gran honor para mí.
Seguro que sigue con atención el curso de Valencia Basket. ¿Su buena temporada regular no le recuerda a la que hicieron ustedes el curso pasado?
No es la primera persona que me hace esta reflexión. Hay alguna similitud (nosotros estuvimos 21 jornadas líderes), pero cada equipo y temporada son distintos, y a ellos hay que felicitarlos por ello.
¿Se puede llegar lejos en los momentos cumbre de la temporada sin dosificar esfuerzos el resto del año?
Es más "fácil" para equipos que con doble competición tengan 14 o 16 jugadores, que viajen siempre en las mejores condiciones y cuyos fichajes tengan talento, experiencia y condiciones atléticas de élite. Nosotros somos un buen grupo que no se queja y que procura explotar las virtudes de cuantos componemos el club.
Como amante de la escritura y de la lectura, ¿es de los que recomiendan libros a sus jugadores, como hacía Phil Jackson?
Alguna vez me lo han preguntado, pero la música, las películas y los juegos están más cerca de su ámbito. No oculto que me agrada verlos con un libro, con un periódico o incluso teniendo conversaciones de cualquier problemática social.
Para terminar, y como novelista aficionado, ¿qué le gustaría escribir si tuviese que relatar la segunda vuelta de Unicaja en un libro?
Me gustaría que el alto nivel de los entrenamientos nos permitiera seguir creciendo hasta acabar plasmándose de forma inexorable en las clasificaciones de todas las competiciones que jugamos. Ojalá lo merezcamos.