La ACB no tendrá tres equipos en la Final Four, pero, al menos, ya tiene uno asegurado y otro de camino. La decepción de la eliminación del Real Madrid se compensó con la contundencia del Laboral Kutxa en Atenas ante el Panathinaikos y la segunda victoria del Barcelona ante el Lokomitv Kuban ruso.
Quinta Final Four baskonista
Con las bajas de Hanga, Causeur y Shenghelia, el conjunto vitoriano apenas dio opción al Panathinaikos (75-84). La táctica de Velimir Perasovic, que juntó en el parqué a Mike James y Darius Adams durante varios minutos, le dio el mejor resultado posible, ya que ambos respondieron con 20 y 24 puntos respectivamente, lo que sumado al parcial del último cuarto (20-28) desequilibró la balanza.
El Panathinaikos demostró que era su última oportunidad y entró en el encuentro con una gran intensidad que si bien le dio las primeras ventajas se tradujo en una cantidad de personales que el Laboral Kutxa aprovechó para seguir enganchado al partido desde el tiro libre.
Fue un partido con mucha dureza en la zona donde el Panathinaikos sacó provecho de su instinto en el rebote ofensivo pero fue la escuadra vasca la que se mantuvo por encima con dos triples de Mike James y Alberto Corbacho. Así, el marcador se estiró hasta el 28-38 gracias a una buena defensa baskonista y a la habilidad de sus hombres exteriores.
Aleksander Djorjevic, técnico del Panathinaikos, lo intentó con numerosas variaciones en su quinteto y con cambios en los bloqueos directos, y le funcionó una vez el PAO comenzó a anotar desde fuera, aunque los de Perasovic, que terminaron anotando 11 triples en el encuentro, salieron del OAKA con 9 puntos de renta y un billete sellado para la Final Four de Berlín.
Un match-ball para el Barcelona
La magnífica actuación coral del Barcelona, que tuvo en Alex Abrines (25 puntos, 6 triples, 24 de valoración) a su mejor hombre, ha permitido a los de Xavi Pascual volver a derrotar al Lokomotiv Kuban (82-70) y situarse a una victoria de clasificarse para la fase final de Berlín.
Con un baloncesto muy fluido, mucho control del juego y una buena defensa, los azulgrana maniataron al equipo ruso y eso que el inicio de la pareja Delaney y Randolph fue espectacular, ya que entre ambos anotaron 21 de los 23 puntos de su equipo en el primer cuarto.
Muy bien dirigidos por Tomas Satoranski, con un buen Navarro, la aportación de Doellman, los rebotes de Tomic, el oficio de Perperoglou y el momento mágico de Abrines, el Barça cimentó un triunfo que solo estuvo en duda hasta el descanso, pues a la vuelta de los vestuarios el partido se decidió con un 6-0 de parcial para los azulgrana.
La máxima ventaja de los azulgrana llegó hasta los 23 puntos (82-59) a tres minutos del final. La reacción de los rusos les permitió arreglar un poco el marcador, conscientes ya de que el jueves el Barça tendrá la gran oportunidad de clasificarse para la Final Four.