Una de dos: o Letonia pagó caro un esfuerzo titánico para eliminar a Serbia, vigente campeona de Europa y favorita para repetir, o España jugó como los ángeles. Fifty fifty, aunque la balanza puede decantarse más por lo segundo. Incluso debe hacerlo. Con unos 10 minutos iniciales arrolladores en ataque y defensa, los cuartos de final se acabaron. Ya quedó claro en los dos primeros partidos de este Eurobasket e incluso en la derrota contra República Checa: las chicas apuntan alto. Tanto como para que su mejor versión apenas dejase de relucir. Para su desgracia, a las letonas les duró menos de lo que les habría gustado su condición de matagigantes. Enfrente, la nueva gesta de la mejor generación de la historia del baloncesto femenino español: por quinto torneo consecutivo, se peleará por las medallas (67-47).
A Marta Xargay le vino muy bien descansar antes de los cruces. Su comienzo de encuentro fue tan arrollador como el de España. Tres triples y a otra cosa. Con los dos de Alba Torrens, partido resuelto. Sí sí, en serio. El resto ya lo hizo la defensa. Y ahí también sobresalió Xargay, por supuesto. Y la dupla interior Nicholls-Gil, que, a la chita callando, se está doctorando en trabajo sucio. Ni siquiera hizo falta que Sancho Lyttle se pusiese tan seria como en la primera fase. O que Anna Cruz, más desaparecida que en anteriores torneos, fuese determinante. Torrens, tan fina como de costumbre, se sobró y se bastó anotando y reboteando (esto último ya empieza a dejar de ser noticioso). No hizo falta mucho más.
Y, aun así, Lucas Mondelo no les pasó ni una a sus chicas. Ante un marcador tan cómodo como inesperado, el seleccionador no quería ni la más mínima relajación. Por eso, explotó en un tiempo muerto después de tres triples consecutivos de Letonia y antes de un cuarto que las situó 10 puntos por debajo en el tercer cuarto. Habían llegado a perder hasta por 22. Tildó de “escándalo” la defensa de las suyas, hasta entonces más que numantina. Les exigió que se amoldasen al plan establecido, que trabajasen como habían previsto. En definitiva, que, por muy cerca que se viesen las semifinales, España no bajase los brazos de ninguna manera.
Fue en esos momentos, sólo entonces, cuando Letonia pudo enseñar los dientes. Ya lo había hecho en el primer cuarto, llegando a comandar el duelo. No obstante, pudo ser más peligrosa su buena racha tras el descanso. Putnina tomó el relevo de Steinberga y de Vitola para, por un momento, hacer dudar a las nuestras. Fue algo pasajero, porque todo terminó como empezó: a triple limpio. A última hora, honores para Laia Palau. También, a modo de redención, para Cruz, la chica de las canastas decisivas.
Además, Torrens y Xargay siguieron a lo suyo. Y el resto del equipo también, tan asfixiante atrás como para ceder el primer contraataque letón ya bien entrado el último cuarto del partido. Las bálticas aún sacaron fuerzas de flaqueza para dar guerra en los compases finales. Pero pudo más el hambre de España, intacta junto al carácter en todos estos años de triunfos. El sábado, otra cita que promete altos vuelos contra Bélgica, la revelación del campeonato. La dinámica del equipo sigue prometiendo lo mejor, pero, como a buen seguro opina Mondelo, que (todavía) reine la calma.