Leticia Romero (Las Palmas de Gran Canaria, 1995) y María Conde (Madrid, 1997) no pueden esconder su complicidad mutua. Con risas continuas y un desparpajo inevitable, las dos jugadoras más jóvenes de la selección femenina de baloncesto atienden a EL ESPAÑOL dominadas por la ilusión. Tienen mucho porvenir en esto de la canasta y pueden comerse el mundo, pero lo asumen con la normalidad de dos veinteañeras cualquiera.
Romero instruye a Conde en sus primeros pasos en la absoluta, pero María también le enseña cosas a Leticia. Así funcionan las cosas en el equipo nacional, donde nadie es más que nadie y todas reman y luchan por lo mismo. Nos lo ratifica el dúo más carismático de esta España en el Hotel Meliá Castilla, cuartel general de las nuestras en Madrid antes del Eurobasket que arranca este viernes (20:30 horas ante Hungría, Teledeporte).
¿Se acuerdan de cómo se conocieron?
[Risas]
María Conde: Nos conocimos porque empezamos a jugar juntas en la universidad. La primera vez que nos vimos fue cuando llegué yo, en el vestuario. Fue la primera vez que nos saludamos.
Leticia Romero: Cuando la universidad y la entrenadora estaban intentando ficharla, sí que hacíamos muchísimo Skype. Yo aparecía algunas veces y tuvimos un par de palabras, pero hasta que ella no llegó y empezamos a entrenar y todo eso, no hubo ningún tipo de contacto.
Es curioso, porque las dos hicieron natación de pequeñas y, sobre todo, fútbol, que se les daba bien.
MC: ¿También?
LR: Sí, tía (risas). Yo hice un poco de natación y fútbol.
MC: Yo un poco… 10 años de natación. Un par o tres (risas).
LR: Yo tanto no, pero fútbol sí que hemos hecho las dos. Además, de vez en cuando jugamos un poco en nuestros ratos libres.
MC: Estamos ahí ahí. Al final es algo que si dejas de hacerlo obviamente no es lo que mejor se te da. Pero cuando nos ponemos, se nota quién ha hecho un poco de fútbol o no alguna vez si juegas con gente del equipo.
LR: Además, con la selección de vez en cuando jugamos a fútbol para calentar. Hacemos dos equipos y ahí sí que tenemos que equilibrarlos un poco, porque hay algunas que…
MC: ¡Mejor al baloncesto!
Otra cosa en común: las dos han ganado unas cuantas medallas en categorías de formación con España.
LR: Sí, la verdad es que hemos tenido suerte de estar en generaciones buenas, que han competido por lo máximo siempre. En los últimos años es la dinámica de la selección. España, no sólo en la absoluta sino en categorías inferiores, se está convirtiendo en una potencia. Siempre está ahí. Se está viendo cómo está creciendo el baloncesto.
Como comentaban, han estado dos años juntas en Florida State. ¿Cómo ha sido la experiencia? Supongo que se habrán ayudado un montón entre las dos.
MC: Bueno, como en todo ha habido cosas positivas y negativas. Pero para mí la experiencia ha sido positiva. Creo que las dos hemos sacado mucho de allí. No sólo como jugadoras, sino como personas. Y como experiencia para el futuro: vivir solas, madurar… Leticia no tenía españolas en el equipo cuando llegó y cuando yo llegué estaba ella directamente. Para mí, eso fue una ayuda total para habituarme a estar allí, empezar a conocer la cultura, el equipo, la lengua…
Además, han estado en la pelea por el título de la NCAA femenina.
LR: El equipo era competitivo. Estuvimos ahí. En años anteriores no estaban en un Top 10 y estos últimos años sí que hemos estado. Tener a una española no es necesario del todo, pero ayuda muchísimo. Nosotras hemos tenido largas conversaciones y momentos en que nos tuvimos que ayudar mutuamente.
Hablando ya de la selección, ¿se sienten importantes dentro del equipo?
MC: Yo creo que aquí cada persona tiene su rol. Cuando entras de nueva, notas que estás con las mejores jugadoras del mundo prácticamente. Pero una vez dentro, cuando empiezas a conocer a la gente y a convivir, te das cuenta de que aquí cada persona es importante en su cierta medida y todos tenemos valor en la selección.
¿Realmente notan que son las dos jugadoras más jóvenes?
LR: Siempre hay comentarios y bromas.
MC: Yo creo que es más por bromas.
LR: Cuando estás en el equipo, la manera que tienen de integrarte y cómo se siente como una familia… Ninguna de las dos nos sentimos diferentes ni más pequeñas. Creo que, cuando se habla de baloncesto, todo el mundo está en las mismas condiciones aquí. No hay edades. Eso se agradece muchísimo a la hora de intentar ayudar dentro del equipo.
Leticia ha podido aprender de jugadoras de su posición como Laia Palau, Silvia Domínguez o Marta Xargay. Pero María no se queda atrás: Alba Torrens, Anna Cruz…
MC: Poder aprender de estas jugadoras es una pasada. Y más si hace seis o siete años nosotras las estábamos viendo en la tele. Competir, estar aquí, verlas entrenar todos los días, hablar con ellas, que te ayuden… Al final, no sólo la gente de tu posición. A mí Laia me puede estar ayudando la que más. Al final, todo el mundo ayuda a todo el mundo aquí.
LR: Los entrenos son casi como un máster. En un mes, puedes aprender muchísimo de las que llevan muchos años en esto. Sobre todo si eres de estas jóvenes que todavía no tienen la experiencia de jugar Euroliga, profesionalmente. Estar mañana y tarde con ellas durante un mes, también aprender cómo se comportan fuera de la pista, es una gran oportunidad.
Lucas Mondelo parece todo un segundo padre para ustedes. ¿Es así?
[Risas]
LR: Sí, es el que lleva todo el equipo. Es un entrenador del que los números hablan. No hace falta ni describirle un poco. Lleva teniendo éxitos muchos años. Los entrenamientos son de mucha calidad. No sólo por las jugadoras, sino por todo el staff técnico.
¿Qué se comenta en el vestuario sobre este Eurobasket, cómo está el equipo?
MC: Creo que estamos todas con muchas ganas de hacer cosas. No vamos pensando tanto en lo que vamos a llegar a hacer, sino en ir planteando todo poco a poco. De momento, lo estamos haciendo todo muy bien. Como debe hacerse.
Leticia dijo que no se sienten favoritas. ¿Lo sigue manteniendo?
LR: Sí, somos conscientes de lo que podemos llegar a hacer en el campeonato, pero siempre tenemos esa humildad y saber estar. Somos una selección que sabe lo difícil que es llegar al podio de un Eurobasket, con los equipos tan potentes que hay. No nos sentimos interiormente favoritas en absoluto. Sabemos que, si tú miras a la historia, ahora es cuando España ha estado en lo más alto continuamente. Nunca hemos sido una selección que siempre esté ahí, que sea favorita siempre. Para mantener eso, tenemos que tener la humildad con la que empezamos.
¿Quiénes dirían que van a ser sus principales rivales en República Checa?
MC: Francia, Serbia…
LR: Rusia creo que lo hará bien.
MC: Y bueno, la anfitriona, que está en casa. Seas el equipo que seas, jugando en casa…
LR: Yo creo que el Eurobasket es una competición bastante igualada. No es tanto como un Mundial, que tienes selecciones más flojas y fuertes. Todas las selecciones tienen sus cosas y diferentes formas de jugar. Cada partido va a ser bastante intenso.
Será un torneo especial porque se despide su capitana, Laia Palau. ¿Cómo llevan su retirada?
LR: Hay un poco el sentimiento de '¿Qué va a pasar después?'. Ella no sólo aporta en la pista, sino fuera de ella. Es la que mantiene el grupo unido y hace que todas estemos bien, que encajemos y haya integración, que la gente no pierda la cabeza. Es una pieza fundamental y clave para el éxito de la selección. No saber quién va a tomar las riendas y cómo van a ser las cosas después de eso da un poco de incertidumbre. Todas queremos tener una última gran competición para ella.
Que una chica de la edad de Leticia ya se haya subido a un podio mundial, europeo y olímpico con España, teniéndola además de amiga y referente, debe ser una pasada, ¿no, María?
MC: Sí. Cuando no la conocía, siempre había escuchado hablar de ella.
LR: Ahora ya se te ha quitado eso (risas).
MC: No, pero es verdad que en categorías inferiores siempre había oído que era la referente de su edad, que ya estaba empezando a ir con la absoluta… Después de vivir dos años juntas, al final ahora es más una amiga, una persona con la que he compartido mucho tiempo. Pero, aun así, ha sido la que me ha ayudado a entrar aquí y conocer a la gente. Llegué sin conocer a nadie ni haber jugado nunca contra nadie, porque yéndome a Estados Unidos no he tenido la oportunidad de enfrentarme a gente. La única persona que conocía aquí era Leticia. Me ha ayudado a sentirme cómoda desde el principio y entrar con confianza de que me iban a aceptar y todo iba a ir bien.
Bueno, háblenme un poco de la fiesta de novatas. Que vi en las redes que se lo pasaron muy bien.
MC: ¿Sí? ¿Lo vio en las redes sociales? (Risas) Al final, estás nerviosa, como todo. Es la primera vez que te toca hacer el ridículo delante de gente. Y eso no le gusta a nadie. Al principio, estuve dos o tres días por la noche pensando 'Ya me toca, ya me toca'… Pero estuvo muy bien. Es algo que creo que une mucho a la gente. Te expones, haces un poco el tonto y haces reír a la gente. Por mucho que al principio estés nerviosa, las que venimos de nuevas y no nos hemos soltado con la gente lo pasamos después de las novatadas. Ya te has puesto delante de todas a rebajarte a lo que tengas que hacer. Lo pasamos muy bien. Ahora hablamos de ello y nos reímos. Es como '¿Por qué estaría nerviosa si era una tontería?'.
LR: Es una forma de romper el hielo totalmente. Es parte importante para la integración. Une al equipo y nosotras conocemos un poco a las nuevas, cómo se comportan fuera de la cancha también.
María hablaba de novatadas. ¿Ha habido alguna cosa más?
MC: No, para nada. Aquí todo el mundo es igual. Sí, limpiamos la ropa y me toca doblarla a mí por ser de primer año.
Las dos al unísono: Pero la selección ha cambiado muchísimo en ese sentido.
LR: Aquí todo el mundo lleva maletas. Si hay que hacer cualquier cosa, todo el mundo se presta. Eso es súper importante para ese sentimiento de familia y de buen ambiente. Al final, nadie trata a nadie como inferior.
MC: Las veteranas no se ponen por encima de nadie. Ellas son las primeras que se ofrecen para hacer cualquier cosa: maletas, botiquines… Ayudar en lo que sea. Todo el mundo hace exactamente lo mismo.
LR: Al final, son los valores que las grandes transmiten a las más pequeñas.
MC: Es lo que hay que mantener en la selección.
LR: Buenos valores.
¿Se acuerdan de dónde y cómo les pilló la noticia de su primera convocatoria con la absoluta? A María le pasó hace poco.
MC: La mía fue estando en Florida. Me levanté por la mañana y, como hay seis horas de diferencia, tenía una llamada perdida como a las 4 o así. Era de Isa (Sánchez, exjugadora y ayudante de Mondelo). Me había escrito para que le avisara cuando pudiese hablar. Le escribí y me dijo que me habían convocado para una lista de 16 con la selección, que empezábamos en Madrid y que iba a jugarme un puesto. Leí eso y dije 'Me está vacilando'. Me puse muy contenta, escribí a mi madre y me llamó gritando súper contenta. Así fue.
LR: No me acuerdo muy bien, pero creo que fue después de un campeonato sub20. Lo supe un poco antes de ese torneo. Lo único de lo que me acuerdo es de que estaba muy nerviosa. No sabía qué esperarme. Cuando entré a la selección, no conocía a nadie (risas). Bueno, a Leo (Rodríguez) la conocía, pero de hablar un poco.
¿Y qué tal con las compañeras de habitación?
LR: Llevo desde mi primer año con (Anna) Cruz. Creo que somos la mejor habitación (risas).
MC: Bueno…
LR: Ese primer año nos tocó porque ella no había estado el año anterior y su compañera no sé si era Cindy (Lima) y se retiró. La pusieron conmigo, la novata. No nos conocíamos de nada absolutamente. Creo que habíamos jugado una vez en contra en Liga Femenina. Me acuerdo de que empezamos a conocernos súper rápido, hubo confianza. El primer día hablábamos de todo. A partir de ahí, dijimos 'Venga, vamos a mantener esta habitación'.
MC: A mí me ha tocado con Bea (Sánchez), la otra que entró nueva. Llevamos toda la concentración juntas y la verdad es que muy bien. No la conocía de nada, pero es una tía muy agradable. Se pasa bien, puedes hablar de todo con ella. Estoy contenta de que me haya tocado con Bea, aunque, ya conociéndolas a todas, me habría dado igual con quién estar en la habitación. Me alegro de que fuera con alguien que venía igual que yo, por eso de que compartimos el llegar sin conocer a nadie. Más que alguien que llevase aquí tiempo, que te impone nada más que te digan 'Estás en la habitación con esta persona', y haces tú 'Uh'.
Ustedes dos también se han puesto de acuerdo en volver a Europa a la vez.
LR: Sí, parece un poco que estamos haciendo lo mismo (risas). A mí me tocaba ya. No me podía quedar más tiempo allí (USA). Parece que ahora mismo estamos un poco apartadas del mundo. El resto de la selección juega aquí y somos nosotras dos las que llevamos algunos años en Estados Unidos. La selección nos va a ayudar muchísimo a adaptarnos al juego europeo. A ligas donde ya hay gente más mayor. Estamos acostumbradas a jugar con chicas de nuestra edad. Bueno, cuatro años de diferencia.
Leticia irá a la WNBA, si todo va bien, el año que viene. María, ¿usted para cuándo?
MC: Ahora mismo, la verdad es que quiero jugar en España, Europa, seguir con la selección… La WNBA es algo que no me planteo. En un futuro, ya veremos cómo se van desarrollando las cosas.
¿Y usted cómo ve el reto, Leticia?
LR: Creo que es bastante difícil (risas). Me sorprendió entrar en el Draft. Sí que sabía que había opciones tal y como lo estaba haciendo el equipo. Es un reto ilusionante. A pesar de que jugar en la WNBA no es mi principal objetivo, es uno de mis sueños. Creo que toda jugadora querría tener la oportunidad de probarlo. Y esa es mi meta ahora mismo. Cuando toque, ir y ver qué tal.
Para terminar esta conversación, un consejo de Leticia para María y de María para Leticia.
LR: Que no se coma la cabeza, que siempre hay momentos malos y buenos. Que creo que tiene mucho potencial y lo va a hacer muy bien. Borrón y cuenta nueva y empieza una experiencia que seguro va a ser inolvidable para ella.
MC: Yo le diría que se despreocupe un poco de todo lo que pasa alrededor. Todas las dudas que pueda haber. Que no se eche piedras innecesarias en la mochila y que siga trabajando, porque no tiene techo.
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