Los entrenamientos de la selección española de baloncesto, ya a las puertas de un nuevo Eurobasket, nunca terminan con la piña en el centro del campo que finiquita la sesión común. Unos suben al gimnasio, otros estiran y algunos más alargan su estancia en la cancha. Este último caso es el de Sergio Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife, 1986), que aprovecha la coyuntura para, en cuanto puede, hacerse con un balón y ponerse a tirar. Siempre, sin faltar a su compromiso con los lanzamientos postentreno en ningún caso ni dejarse una posición por tantear. En esos momentos, nada ni nadie le saca de su abstracción. Sólo existen él, la pelota, el aro y Ángel Cañete, el asistente de Sergio Scariolo encargado de capturar los correspondientes rebotes y devolverle al canario el objeto de su disfrute una y otra vez.
Con la baja de Sergio Llull, El Chacho tendrá aún más responsabilidad en esta España. Pero él está preparado para todo lo que venga. A más dificultad, más ensimismamiento por y para el baloncesto. Y, sobre todo, una sonrisa aún mayor a la que ya gasta de por sí, con la que, por descontado, recibe a EL ESPAÑOL en el Triángulo de Oro madrileño. Porque, y corrijan si nos equivocamos, es casi una entelequia verle enfadado cuando hay una canasta de por medio.
Su concentración cuando tira después de cada entrenamiento impresiona, de verdad. ¡No ve más allá del aro!
Son cosas que vas aprendiendo con el tiempo, la experiencia y los años. Para mí, es muy importante tener una rutina de trabajo antes, durante y después del entreno que me dé la confianza para poder hacer las cosas lo mejor posible en los partidos. Después de los entrenos me gusta mucho tirar, tener muchas repeticiones. Hacer competiciones contra mí mismo: meter tantas seguidas en cada posición, no poder fallar…
¿Cuántos lanzamientos tiene que encestar para irse contento al vestuario?
Depende del momento de la temporada y de con quién lo haga. Siempre me gusta estar con la misma persona. Creo que al final eso te da también una rutina, sabes lo que estás haciendo. Aquí lo hago con Ángel Cañete. Dependiendo del día, vemos si hay mucha gente tirando también, porque cuanta más haya menos te puedes concentrar. También de cómo haya sido el entreno: si estamos por la tarde o por la mañana. Son más sensaciones que un número exacto de triples: cómo me voy encontrando y conseguir objetivos cortos en el momento.
En su rutina de tiro dominan los triples y los tiros libres. Todavía tendrá muy presentes aquellos contra Australia en los Juegos Olímpicos del año pasado.
Siempre que hago una rutina de tiro es para esos momentos. Más allá del corto plazo, de hacer una gran sesión de tiro hoy para meter mañana o esta noche en un partido, esto es para tener un volumen de confianza que, cuando llegue el momento, meta o falle, me haga estar bien preparado. Eso me da mucha seguridad.
Hablando ya del equipo, ¿no contar con el mejor Llull de la historia les va a hacer tener más hambre todavía?
Es una pena muy grande para nosotros. No sólo por lo que aporta Sergi como jugador, cómo ha mejorado durante todos estos años y la gran temporada que ha hecho. Sino como persona. Lleva muchos años viniendo. La selección, entre sus rutinas como grupo, tiene contar con Sergi como compañero. Que no esté se va a notar muchísimo. Pero también es cierto que la selección y su grupo, durante muchos años, se ha sobrepuesto a todos los problemas que ha podido haber. No tener a Sergi en este Europeo va a ser un problema grande. Pero con trabajo, esfuerzo y mucha atención en ver cómo nos adaptamos y cubrimos su baja, esperamos poder seguir mejorando y consiguiendo objetivos.
Seguro que la energía y la fe de su tocayo van a ser una inspiración en cada balón caliente que les toque jugarse durante el Eurobasket.
Sí, es un proceso de adaptación y preparación del equipo: saber cómo vamos a jugar, cuáles van a ser nuestros puntos fuertes… Siempre teniendo en cuenta que tenemos a dos Gasoles. Son un faro muy importante tanto en ataque como en defensa. Hay que tratar de hacerlo lo mejor posible para ponernos en posición de ganar los partidos en los últimos minutos y poder hacerlo.
La selección y su grupo, durante muchos años, se ha sobrepuesto a todos los problemas que ha podido haber
¿Igual ustedes no notan tanto las bajas como otras selecciones?
Cuando estás acostumbrado a jugar con gente como Sergi, Rudy (Fernández) o Felipe (Reyes), con los que has estado mucho tiempo jugando y que han formado parte del equipo y del grupo, siempre se nota. Pero te pones a pensar en los jugadores que tenemos… Ojalá hace unos años nos hubiesen dicho que el equipo iba a estar en esta situación por culpa de las lesiones y aun así tengamos los jugadores que hay: muchos NBA, All-Star, campeones de liga este año… Dentro de las dificultades, hay un equipo muy potente.
Lo que está claro es que ustedes son el Dream Team del buen rollo.
Lo importante que tenemos nosotros es que sabemos trabajar para conseguir los objetivos. Eso se ha demostrado durante mucho tiempo. Cuando se gana, siempre hay buen rollo, como es lógico. Nosotros sabemos que tener una buena dinámica es parte muy importante. Venimos aquí un mes y medio-dos meses a competir por algo que a todos nos hace mucha ilusión. El buen rollo tiene que estar porque es pieza clave en nuestro funcionamiento.
No hace mucho me confesó, muy convencido, que van a ganar este Europeo. ¿Lo sigue manteniendo?
Creo que estamos en posición de ganarlo. Estoy convencido de que somos favoritos, porque se han ganado tres de los últimos cuatro, venimos de ganar el último y tenemos gente muy buena. Empezando por los Gasol. No sería realista si no decimos eso. Pero después hay que trabajar bien, hacer una buena preparación, llegar con confianza y tener esa pizca de suerte que a veces también hace falta. Aunque también se tiene que buscar, hay que trabajar para que pueda darse de cara.
Puede que afrontar una primera fase, en teoría, menos difícil de las que les suelen tocar sea más peligroso que las bajas, ¿no?
El Eurobasket es totalmente diferente. Todos los equipos saben jugar y están acostumbrados a competir. En el caso de los que nos tocan, es verdad que hay bajas importantes en algunas selecciones, pero creo que, por el ritmo y sistema de competición, la primera fase nos va a exigir mucho también. No estoy de acuerdo en que sea una primera fase sencilla, por todo lo que conlleva: ir a Rumanía, jugar allí, medirte al anfitrión, tener delante a selecciones muy fuertes que están en un relevo generacional importante. Como Croacia, que es aspirante a todo. No será sencillo ganar.
Muchos NBA, All-Star, campeones de liga este año… Dentro de las dificultades, hay un equipo muy potente
Imagínese la situación: juegan contra Serbia, usted tiene el último balón y, defendiéndole, Milos Teodosic (su antecesor en el CSKA; la entrevista se realizó antes de que el nuevo jugador de Los Angeles Clippers causara baja en el torneo). Sería algo digno de ver, ¿no?
Lo importante es ir preparándonos bien para llegar a esos momentos lo mejor posible. Todos sabemos que, cuando llega el campeonato, hay que tener una primera fase con confianza. Sobre todo, para verte capaz de ganar a cualquiera. Después, octavos, cuartos, semifinal y final, donde nos jugamos todo. Lo importante es cómo estemos nosotros, no el resto. Si nosotros estamos bien, vamos a poder competir y estaremos en posición de ganar a cualquiera. Eso es lo que tenemos que lograr: estar compactos (hay mucha gente nueva en el equipo), bien, y llegar a ese momento lo mejor posible y ganar. Ya sea a Serbia o a cualquiera.
El Eurobasket le trae buenos recuerdos, porque supuso su mejor campeonato con la absoluta en 2015.
Sí, fue un torneo soñado para nosotros. Empezamos perdiendo algunos partidos y con malas sensaciones. Creo que jugamos cinco o seis finales: Islandia, Alemania allí, Polonia, Grecia, Francia allí y Lituania. Quizá ha sido uno de los torneos más bonitos y de los que mejor recuerdo tengo.
Y eso que usted no empezó con muy buen pie en esta competición: ¡sólo jugó 30 segundos en 2005!
Sí, es verdad que no jugué mucho entonces. De mis ocho concentraciones previas, ese torneo y el Mundial de 2014 fueron los únicos en los que no conseguimos medalla. Me tocaba también aprender en ese momento, y lo disfruté. Tanto la preparación como estar con la selección española absoluta. Al final, cuando va pasando el tiempo lo ves como algo normal, pero es muy difícil estar aquí y conseguir lo que hemos conseguido. Personalmente, para cada uno, poder estar cada verano en la posición en la que estamos es algo a lo que quizá ahora damos valor, pero cuando seamos mayores le daremos mucho más.
Este año se cumple una década de aquella plata continental tan amarga contra Rusia. ¿Recuerda cómo la vivió desde dentro?
Quizá ese Europeo fue un poco diferente. No erá fácil teniendo en cuenta de dónde veníamos. Habíamos jugado nuestra mejor concentración, con diferencia, de las ocho en las que he estado antes de esta. Ganamos todos los partidos y el Mundial. Venir de ahí y encontrarnos pequeñas adversidades, como fue también la lesión de Jorge (Garbajosa), jugar en casa, que hasta ese momento éramos prácticamente anónimos y entonces hubo mucha atención… Creo que todos habríamos firmado en un principio llegar a jugárnosla en el último segundo con un tiro de Pau (Gasol). Y si hubiésemos ganado el Mundial (de 2014), todos habríamos dicho 'Ha sido un éxito'. Pero nos quedamos con el sabor de boca amargo de perder la final.
Antes me hablaba de lo difícil que es estar en la selección. Hubo una época en la que usted faltó durante unos cuantos veranos. ¿Llegó a pensar que no iba a poder vivir esto otra vez?
Es verdad que, por mi carrera, no poder estar con la selección ha supuesto momentos muy complicados. Pero también me ha ayudado a trabajar más. Sabía que era muy joven. Empecé con la selección a los 18 años, estuve tres veranos seguidos y después, desde los 21 hasta los 26 que volví, no estuve. Sabía que había margen para volver. Lo que tenía que hacer era seguir disfrutando y trabajando, encontrar el camino del día a día para ser consistente. Eso me lo dio todo lo que he ido haciendo durante este tiempo.
Incluso ahora se le hará raro ser el que aconseje a los jóvenes.
Cuando vas cumpliendo años y vas viendo que la gente va subiendo y haciendo las mismas cosas que tú hacías, que intenta buscar ese espacio para ser mejor y trabajar, intentas ayudarles en lo que puedes. Aquí tenemos mucho tiempo para estar juntos y es bonito poder compartir con ellos todos los momentos.
Es verdad que, por mi carrera, no poder estar con la selección ha supuesto momentos muy complicados. Pero también me ha ayudado a trabajar más
¿Qué queda del 'mojo picón' que trajo usted a la selección en su momento?
Traje, sobre todo, frescura. Y eso se mantiene en la selección. Cada año, hay gente nueva, y los que estamos intentamos mantener esa alegría y concentración para conseguir los objetivos. Todos estamos aquí porque ganamos y nos lo pasamos bien compitiendo. Eso es algo importante.
Hablando un poco del CSKA, Andrés Montes decía que el oro no estaba en Moscú, pero usted querrá revertir la tendencia, claro.
Para mí, es un reto muy importante. He tenido la posibilidad de debutar en la ACB con el Estudiantes, de jugar en la NBA en Portland, Sacramento y Nueva York, de venir al Real Madrid y conseguir todo lo que logré allí, de volver a la NBA con Filadelfia… Ahora, creo que era un momento interesante para mí, con 31 años, de poder probar otras cosas que hasta el momento no he probado. Me hace ilusión poder jugar para el CSKA, poder vivir la experiencia personal de estar en Moscú y encontrarme en disposición de pelear por todos los títulos. Especialmente por la Euroliga.
Además, hará pareja con De Colo.
Es otra de las cosas que también me hace ilusión: el grupo de jugadores que tiene el CSKA. Por sus características, me puedo entender muy bien con Nando. Le he visto jugar mucho, tanto en el Valencia Basket como en el CSKA y la selección francesa. Ahora tengo mucha ilusión por jugar el Eurobasket, pero cuando paras en casa o estás para dormirte piensas también cómo va a funcionar aquello.
Ahora tengo mucha ilusión por jugar el Eurobasket, pero cuando paras en casa o estás para dormirte piensas también cómo va a funcionar lo del CSKA
Ya que parece que la familia es tendencia en esta selección, la suya está muy apegada al baloncesto: su hermano jugó, parece que a Carmela (su hija) también le gusta…
Para nosotros, es una parte muy importante de nuestra vida. No sólo porque me dedico a jugar y por el día a día con los entrenos, partidos y viajes, que distribuyen un poco nuestro tiempo y tiempo libre. También porque a mí me encanta y cualquier momento de ocio que tengo va relacionado con el baloncesto. Resulta que a mi mujer también le gusta, a mis padres, mis amigos… Es algo muy importante en casa. Sabemos lo afortunados que somos de que yo pueda dedicarme a lo que me dedico.