Cuando Juan Carlos Navarro debutó con el primer equipo del Barça hace 20 años y un día, Xabi López-Arostegui (Getxo, 1997) apenas tenía seis meses de vida. Ahora, ya con dos décadas a las espaldas, el alero vasco aterriza en la selección que uno de sus ídolos dejó para siempre en verano. El relevo generacional ya está aquí.
El ascenso a la élite del jugador del Joventut de Badalona ha sido vertiginoso. Casi sin tiempo para asimilar que sólo lleva dos meses en la ACB, se convierte en uno de los seis debutantes del equipo nacional de la canasta (casi la mitad de sus 16 integrantes). Llegan las temidas Ventanas FIBA en su primera acepción (jugamos ante Montenegro este viernes a las 20:00 y contra Eslovenia el domingo a las 19:30, con Be Mad como televisión).
Sin embargo, al benjamín de esta España no le asustan. Ni le sobran. Es más: le ilusionan, aunque no fuera uno de los elegidos para disputar el Mundial de 2019 si nos clasificásemos. Así se lo atestigua a EL ESPAÑOL desde Guadalajara, lugar de concentración de Sergio Scariolo y los suyos esta semana.
Menudo 2017 lleva: gran curso en la LEB Oro, debut y ficha con el primer equipo del Joventut, y ahora internacional absoluto.
Yo he puesto de lo mío, pero también me han ayudado mucho en el camino. El Prat la temporada pasada y, sobre todo, la Penya. Este año han apostado por mí para estar en el primer equipo y estoy intentando ayudar lo máximo posible. He tenido este premio de poder estar con la selección y lo estoy disfrutando mucho.
¿Cómo lleva lo de ser el jugador más joven del equipo nacional?
Jonathan (Barreiro), Sergi (García) y yo lo llevamos bien (todos tienen 20 años, pero Xabi es el más pequeño de los tres). Ya nos conocíamos. Estamos intentando aprender lo máximo de los más mayores, que son los que saben más. Tenemos que intentar fijarnos en ellos, ser todo oídos e intentar absorber lo máximo posible esta semana.
También estará bastante pegado a Sergi Vidal.
Sí, para mí es un referente, también en mi equipo. He tenido la suerte de poder venir con él a la selección. Él como uno de los veteranos, pero siempre es un espejo en el que mirarse. Nos ha tocado compartir habitación [risas]. Ya lo habíamos hecho muchas otras veces, así que muy bien.
¿Qué consejos le han dado estos días?
Que escuche mucho, que intente aprender lo máximo posible, que lo dé todo y que disfrute. He venido a ayudar en lo que haga falta y a competir.
Parece que hay miedo por si España no se clasifica para el Mundial y los Juegos Olímpicos. ¿Los jugadores también lo perciben?
No hay que afrontarlo con miedo. No creo que sea la palabra. Esto es un reto, algo bonito de jugar, y lo afrontamos con ambición. Estamos en España, una de las mejores selecciones del mundo. Tenemos que representar lo que supone llevar esta camiseta. Lo vamos a hacer lo mejor que sabemos.
¿Le molesta eso que dice casi todo el mundo de que este es el equipo C o D de la selección?
La verdad es que a mí no me habían hecho este comentario. Nosotros hemos venido aquí con toda la ilusión del mundo porque somos los 16 que hemos recibido la oportunidad. Ya fuésemos nosotros u otros, todos lo habríamos afrontado con la misma ilusión. Venimos a hacer el mejor papel posible.
¿Qué pensaría si luego son Rudy Fernández o Juancho Hernangómez, por ejemplo, quienes van a China en su posición?
Si yo ayudase en la clasificación de la selección, estaría muy orgulloso de que ellos pudieran ir. Habiendo ayudado, entre comillas, a que la selección pudiera cumplir sus objetivos.
Usted es la viva imagen de la ilusión, de eso no cabe duda.
Yo estoy muy contento. Es mi primer año en la ACB. Se puede decir que recibir la llamada para estar aquí a los dos meses de competición es un sueño. Todo jugador nacional quiere jugar con el equipo de su país y he tenido la oportunidad de estar aquí.
Para los que no le conozcan, que todavía serán muchos, ¿cómo juega Xabi López-Arostegui?
Me gusta rebotear, intentar salir corriendo con el balón. Puedo tirar de tres. También me gusta penetrar, generar. Estoy intentando defender más, ser más agresivo. Y, a partir de ahí, crecer también en el ataque.
¿Recuerda cómo se enganchó al baloncesto?
Mi hermano mayor también juega. Yo le iba a ver a muchos entrenamientos en el colegio. Tenía una cancha de baloncesto debajo de mi casa y jugaba mucho con él y con mi padre. Ahí empecé.
Habitual de las categorías inferiores de la selección, imagino que su momento más especial con España fue el oro europeo sub16 de 2013. Usted fue muy importante en aquella final.
Creo que ese año nos marcó la filosofía que íbamos a tener como generación (1997). Hemos intentado competir siempre, en todos los Europeos y en el Mundial. Fue una experiencia muy bonita. Tenemos una relación muy buena entre compañeros y conservamos el grupo.
Además, es el enésimo canterano exitoso de la Penya. ¿Qué es lo que más le ha marcado de su paso por el Joventut hasta ahora?
Todo. Es mi séptimo año en Badalona. Es un proceso muy bonito, pero no es fácil. Hay que vivirlo con cabeza. Eso lo saben hacer muy bien en el club. La Penya se caracteriza por formar jugadores. Cada año ha sido muy especial. He tenido la suerte de hacer todas las etapas: pasar de ser jugador de formación a estar en el primer equipo. Es algo que no se olvida y que recomiendo y deseo a todos los jugadores.
Estuvo dos años en el Prat hasta que subió definitivamente al equipo ACB. ¿El suyo es un buen ejemplo de que, a pesar de todo, la LEB Oro continúa siendo un buen vivero de talento?
Sí. La LEB Oro es una liga complicada. Mi primer año, en el que era júnior, me costó. No fue fácil. Es una liga en la que hay muchos veteranos, que saben muy bien cómo se juega al baloncesto. Hay que adaptarse. El segundo año supe valorar el curso anterior, en el que no estuve bien, e hicimos unos ajustes de expectativas para intentar mejorar en los puntos en los que lo necesitaba. En mis puntos débiles. Compaginar el Prat con el primer equipo también me ayudó mucho a hacer un buen año.
¿Y cómo es usted en lo personal?
Soy un chico que intenta ayudar a sus amigos. Extrovertido. Me gusta cuidar las relaciones, soy amigable. También me gusta reírme, quedar con los amigos, charlar, pasear, ir al cine, al basket también… Me gusta el deporte en general. También estudiar un poco. Las series no son mucho lo mío.
¿Cuáles son sus jugadores favoritos?
Desde pequeño, me ha gustado mucho Navarro. También me gustan Rudy, Hanga, Joan Sastre, San Emeterio… Y Abalde, del que he seguido un poco su proceso. Son jugadores en los que intento fijarme para conocer un poco mejor la liga y aprender cosas suyas. Intentar jugar en la ACB con el Joventut es uno de mis sueños después de todo lo vivido. Jugar contra gente de este nivel, muy alto, es motivo para seguir trabajando e intentar llegar adonde están ellos para competir lo máximo.
¿Qué tiene que hacer López-Arostegui para que esta convocatoria no sea anecdótica y le veamos en otras e incluso en un gran campeonato?
Es un proceso muy largo. Hay que ir quemando las etapas poco a poco. No pensar en el largo plazo, sino un poco más en objetivos a corto. Tengo que hacer lo que me ha traído aquí: trabajar cada día en el club, aprovechar esta oportunidad con la selección y, si hay más, seguir haciendo lo mismo.
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