Según han informado desde Estados Unidos, los Golden State Warriors vivieron uno de los momentos de mayor tensión en su vestuario en esta hegemonía ganadora que mantienen durante los últimos años. Tras la derrota en la cancha de Los Ángeles Clippers, Kevin Durant y Draymond Green se enzarzaron en una tremenda bronca que acabó con el ala-pívot sancionado por la franquicia sin disputar el siguiente encuentro teniendo que pagar 120.480 dólares. 

El motivo de esta 'pelea' fue el desenlace del encuentro ante los Clippers, con el encuentro empatado, Green capturó un rebote y en lugar de pasar la bola a Durant, se lanzó para el ataque para acabar perdiendo la pelota y terminar cayendo en la prórroga. Aquello desató una discusión entre el final del cuarto periodo y el principio de la prórroga en la que se pudo ver a Draymond Green insultando a Durant: "Es una puta", le indicó a su compañero DeMarcus Cousins en repetidas ocasiones. A lo que el alero le contestó haciendo alusión a su final de contrato: "esto es por lo que estoy fuera".

Y es que la agencia libre de Durant fue uno otro de los motivos del enfrentamiento, ya que Green desafió a su compañero a una posible salida del equipo en el próximo verano de 2019. Steve Kerr salió al paso de estas informaciones diciendo que nadie en el vestuario está preocupado por el futuro de sus estrellas. 

Draymond Green en el encuentro ante los Clippers

Las consecuencias de este duro enfrentamiento

Bob Myers, presidente de operaciones de baloncesto de los Warriors, desveló que ninguno de los dos jugadores se había vuelto a dirigir la palabra desde su intercambio de pareceres mientras que Stephen Curry, ausente del equipo en estos momentos por lesión, quiso quitarle hierro al asunto: "Todo es genial". Durant después del encuentro ante los Atlanta Hawks afirmó que "lo que pasó, pasó. No voy a dar titulares a nadie".

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