La NBA es una de las mejores ligas deportivas del mundo, pero normalmente no se ve uno de sus lados más crueles. Los jugadores a veces cambian de franquicia sin quererlo, simplemente por el deseo de los General Manager de sus equipos. Este fue el caso de Derrick Rose, MVP en 2011, que se enteró de su marcha a los Knicks en 2016 cuando estaba grabando un documental.

Después de ganar ese galardón y enamorar a millones de aficionados al baloncesto, Rose sufrió una gran cantidad de lesiones graves en sus piernas. Justo en la temporada anterior a su salida de Windy City, en 2016, los Bulls intentaron asaltar nuevamente el campeonato, pero el experimento no funcionó.

El núcleo formado por Jimmy Butler, Pau Gasol, Niko Mirotic y el propio Rose no fue suficiente y al final el '1' tuvo que hacer las maletas. A partir de entonces, su etapa en Nueva York no fue demasiado exitosa, al igual que en Cleveland. En los Wolves ha vuelto a un gran nivel y se está planteando volver al United Center, como un jugador renovado.

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