Ángela Salvadores es una de las figuras que representa el futuro del baloncesto femenino en España. En 2014, FIBA Europa le designó como la mejor jugadora joven, algo que ha servido de estímulo a la asturiana, quien ha pasado por importantes clubes como el Perfumerías Avenida y que ahora milita en las filas de la Virtus Bolonia.
Con cuatro oros en su palmarés con las categorías inferiores de la selección española y subcampeona del mundo sub17, Ángela Salvadores comenzó una nueva aventura en el baloncesto italiano y fue ahí donde está viviendo la crisis del coronavirus en primera persona.
Salvadores habla con EL ESPAÑOL sobre su experiencia en Italia en tiempos de coronavirus y también de cómo le llegan las noticias de lo que está sucediendo en España. Además de, por otro lado, mirar al futuro y la WNBA después de ser drafteada por Los Angeles Sparks. El futuro es suyo.
¿Cuál es la situación actual que se vive en Bolonia?
Actualmente en Bolonia la situación es complicada al igual que en el resto de Italia. Por suerte aquí no hay muchos casos comparándolo con Milán, por ejemplo. Igualmente las medidas son las mismas en todo el país. Todo está cerrado y hay mucha incertidumbre, como en España.
Italia es uno de los países más golpeados por el coronavirus, ¿has tenido miedo?
Al principio sí, porque no me esperaba que nos cancelaran partidos y al recibir la noticia me asusté un poco. También porque estaba sola y no sabía muy bien ni qué estaba pasando, y qué iba a pasar.
En España crecen cada día más los números de infectados y fallecidos, ¿cómo te llega todo esto?
Pues se lleva mal. Es duro ver lo que está pasando en España. Sigo las noticias para estar al tanto de todo, pero no es fácil. Además del problema de salud, de esta situación derivan otros problemas también graves.
La preocupación de la familia es inevitable, ¿cómo lo estáis llevando ante la distancia en una difícil situación como la actual?
Por suerte tengo ya bastante experiencia viviendo sola, llevo desde los 14 años fuera de casa y en esta situación eso me está ayudando. Mis padres tampoco están solos porque mi hermana y mis hermanos están en casa. Hablo mucho con ellos (ya lo hago en situaciones normales), así que seguimos el mismo ritmo. Yo sé que ellos están bien y ellos saben que yo también. Con eso por ahora es suficiente.
El confinamiento es una medida tomada tanto en Italia como en España, ¿cómo entrena una deportista de élite en casa?
Haciendo lo que se puede… Abdominales, sentadillas, ese tipo de cosas. Se echa de menos entrenar a baloncesto. Pero bueno ahora hay cosas más importantes
A parte del entrenamiento, ¿en qué ocupas el resto de tu tiempo ahora?
Aprovecho para hacer cosas de la Universidad, practicar italiano (que llevo todo el año aprendiendo), ver pelis, escuchar la música de Enya o leer un libro muy especial que me regaló mi hermano de meditaciones del Emperador romano Marco Aurelio que ayuda mucho a reflexionar.
En lo que se refiere a tu momento personal, estabas atravesando un pico de la temporada, ¿cómo crees que será el regreso tras el parón?
No sé si habrá regreso. Creo que este año he jugado a un nivel muy alto y estoy satisfecha por ello. Es para lo que entreno, así que no creo que vaya a dejar de jugar así si se reanudara la liga. El secreto es la preparación.
Coronavirus aparte, ¿qué tal había sido tu experiencia en el baloncesto italiano? ¿Muchas diferencias respecto al español?
Una experiencia buenísima para mí. Estoy muy feliz en Bolonia, jugar en un club como la Virtus es un privilegio. La liga es diferente a la española porque aquí solo se permite tener tres extranjeras por equipo, en España hay que tener mínimo tres o cuatro españolas y el resto pueden ser extranjeras. Las jugadoras italianas juegan con mucha intensidad.
El equipo había comenzado a remontar el vuelo, ¿cuál es el objetivo del equipo?
Sinceramente no sé lo que va a pasar. Si no se hubiera dado esta situación, nuestro objetivo siempre es ganar.
Con solo 23 años has jugado ya en cuatro países diferentes, ¿cómo valoras esta experiencia?
Lo de jugar en diferentes países ha sido por las circunstancias que cada año se han ido dando. A USA quería ir al menos un año para aprender el estilo de baloncesto que tienen allí. Además de aprender inglés, que creo que es algo vital para un deportista profesional.
Luego tuve la suerte de que me fichó el mejor club de España, Perfumerías Avenida. Cuando acabó la temporada Roberto Iñiguez (entrenador campeón de Europa) me daba la oportunidad de ir a Sopron y tener minutos de calidad en Euroliga. Con 21 años no podía rechazar esa oferta. Todo se cumplió y esa temporada quedamos subcampeonas de Europa.
Este año estoy aquí en la Virtus porque fue la mejor opción en su momento. A la hora de tomar decisiones yo busco lo mejor para mi profesionalmente, que sean diferentes países no es algo a lo que le de importancia
Y cómo la pequeña Ángela decidió ser jugadora de baloncesto
Eso se decidió un día en la cocina de mi casa con mi padre. Fue el día que decidí irme al Siglo XXI de Barcelona. Dejar mi casa y mis hermanos con 14 años fue lo más duro que he hecho hasta ahora. A día de hoy esa decisión y todo lo que conllevó sigue siendo mi principal motivación y lo seguirá siendo hasta que me retire.
Después de la temporada en Estados Unidos, ¿piensas en volver algún día a jugar allí?
Sí, el equipo de la WNBA Los Angeles Sparks me drafteó el año pasado y uno de mis principales objetivos es jugar allí en un futuro cercano.
Llegaste a ser elegida en los premios de la FIBA Europa como la mejor jugadora joven en 2014, ¿te pesó esa expectativa puesta en ti?
Tengo el trofeo en casa y con mucho orgullo. Yo sigo mi camino, mejorando día a día. Trabajando para cumplir mis objetivos.
En España pasaste por equipos como el Rivas Ecópolis, el Perfumerías Avenida y el Durán Maquinaria Ensino, ¿qué te llevó a cambiar el baloncesto español por el italiano?
Circunstancias profesionales. Esto es mi trabajo y tengo que ir donde tenga mejores condiciones independientemente de qué país sea.
Mirando al futuro, ¿cuáles son tus metas?
Mi objetivo siempre ha sido estar arriba del todo.
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