El mundo se para a medida que el coronavirus sigue su aparente expansión imparable. Ya son más de 230.000 infectados en todo el mundo. El Gran Circo de la Fórmula 1 sufrió en sus propias carnes los efectos del Covid-19 y se vio obligado a recoger todo el paddock de Melbourne para volver a casa.
El Mundial de F1 iba a comenzar en Holanda, tras la suspensión de los GP de Australia, Bahréin, Vietnam y China pero Zandvoort no dará el banderazo inicial a la temporada. Países Bajos, España y Mónaco también han sido suspendidos este jueves por la FIA. La nueva fecha del inicio se fija en el 5, 6 y 7 de junio en el Gran Premio de Azerbaiyán, en Bakú.
Aunque no sea oficial, parece seguro que, de ser posible competir, la Fórmula 1 tendrá que saltarse su propia regla de dar vacaciones a todo el paddock durante el mes de agosto. Los organizadores tienen que colocar en un calendario de lo más apretado seis grandes premios (Baréin, Vietnam, China, Países Bajos y España), una vez que Australia y Mónaco han cancelado sus eventos y renunciado a celebrarlos este año.
Las opciones del calendario son muchas y en buena medida dependerá de cuándo se pueda recuperar la normalidad. Conocer ahora la lista de los perjudicados o beneficiados por esta medida es complicado. Probablemente la escudería Mercedes es una de las grandes afectadas. La firma alemana había trabajado muy duro este invierno y llegó como claro favorito a Melbourne, retrasar el inicio da más opciones a sus rivales de recortar distancias. En el polo opuesto, y entre esos rivales que podrían aprovechar este parón para trabajar, está Ferrari.
Alonso, siempre en el ambiente
Con su regreso a la Fórmula 1 siempre en el horizonte, Fernando Alonso podría ser uno de los grandes perjudicados de este parón. El asturiano sonaba con fuerza para ocupar varios asientos en la temporada 2021, un año marcado en rojo en el Gran Circo debido a que debería entrar en vigor la nueva reglamentación técnica que revolucionará los coches y traerá, a priori, mucha más igualdad al campeonato.
El problema para el asturiano es que el parón en la Fórmula 1 no solo está siendo competitivo sino que muchas escuderías han tenido contagios, McLaren entre ellos, y han tenido que mandar a parte de sus miembros a casa y detener parte de las fábricas. Estos problemas han llevado a que FIA y Liberty Media, propietaria de la F1, trasladen a 2022 el cambio de reglamento.
El retraso en las nuevas normas hace que Alonso tenga que volver a la 'misma' Fórmula 1 que dejó a finales de 2018 porque no le parecía competitiva o bien esperar a 2022 para encontrar un equipo que le diera un asiento.
Volver a ciegas
Volver a la F1 en 2021 era ideal para Fernando Alonso no solo porque entraban las nuevas reglas sino porque se espera que el mercado de pilotos pueda ser movido. Dos estrellas como Lewis Hamilton y Sebastian Vettel acaban sus contratos con Mercedes y Ferrari, respectivamente, y mucho se ha hablado sobre una salida del alemán rumbo a un misterioso destino y la llegada a Italia del británico.
El movimiento en Ferrari y Mercedes provocaría un cataclismo en la parrilla que bien podría ser aprovechado por Fernando Alonso. Además, antes de elegir equipo el asturiano tenía pensado tantear cada proyecto de cara a las nuevas reglas de la F1 porque, tal y como se ha cansado de repetir, solo quiere volver para tener opciones de ganar.
Con todo, el futuro de Fernando Alonso parece cada vez más negro en Fórmula 1. Si no quiere esperar otro año lejos del Gran Circo, el asturiano tendrá que fichar por un equipo que no sabe si será competitivo con el nuevo reglamento técnico y a eso hay que añadir que Honda podría repetirle el veto que ha llevado a cabo en la IndyCar para cerrarle las puertas de Red Bull, uno de los tres grandes equipos por los que puede fichar.
La opción conservadora, aunque arriesgada por todo lo que ambos han vivido en el pasado, sería regresar a McLaren. Los de Woking se han desmarcado de tener opciones de cara al Mundial los próximos años y solo puede salvarles que en 2021 comienza su nueva alianza con Mercedes. La duda ahora es saber si con los propulsores alemanes y el reglamento técnico actual, la escudería británica dará un salto competitivo como para luchar con la cabeza.
Una supertemporada tipo WEC
Otro factor que puede condicionar el futuro de Fernando Alonso es la posibilidad de que la Fórmula 1 tenga que cambiar por completo su calendario. Si las suspensiones de Grandes Premios prosiguen se pondría en peligro la idea de poder llevar a cabo todas las carreras del año en un calendario tan corto.
Ante este problema, Liberty podría optar por un mini-calendario de carreras para asegurarse acabar antes del 31 de diciembre de este año o seguir el modelo que entre 2018 y 2019 llevó a cabo el WEC, el campeonato del Mundo de Resistencia que acabó ganando Fernando Alonso junto a Toyota.
La denominada Supertemporada 2018/2019 se llevó a cabo como la solución a un momento de transición del WEC. La falta de constructores interesados en el campeonato, solo Toyota había anunciado su decisión se seguir participando, lo puso al borde de la desaparición. ACO, organizadores del Mundial, y la FIA decidieron entonces crear una Supertemporada que tendría ocho pruebas, dos de las cuales se disputarían en dos ocasiones: las 8 Horas de Spa y las 24 Horas de Le Mans.
Si la Fórmula 1 copia este modelo podría fusionar lo que reste del calendario de esta temporada, una vez se tenga el visto bueno de las autoridades sanitarias para volver a la competición, con el calendario previsto para 2021, quedando una gran temporada con un récord de pruebas difícil de igualar en el futuro.
Esta supertemporada de Fórmula 1 obligaría a Fernando Alonso a retrasar a 2022 su llegada al Paddock dado que es difícil de imaginar que un equipo cambie a uno de sus pilotos a mitad del campeonato, aunque la situación de varios pilotos de la parrilla que acaban contrato a finales de 2020 sería un reto para la FIA, Liberty Media y los equipos.
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