Un simple corte de pelo puede tener de fondo todo un infierno. Es el caso de Lonnie Walker IV, jugador de la NBA que ha emocionado al mundo del baloncesto al desvelar que sufría abusos sexuales de pequeño. Una confesión que hace al aficionado ver más allá de lo que proyecta en lo deportivo esta joven estrella de solo 21 años y que juega en los San Antonio Spurs, equipo que ha ganado cinco veces la mejor liga del mundo.
A veces se olvida que el deportista, además de deportista, es persona. La confesión de Lonnie Walker es desgarradora, a la vez que valiente. Un gesto que puede servir a muchos otros como él o que han sufrido lo que él a dar el paso tan difícil que ha dado.
EL ESPAÑOL habla con Adrián Quevedo, psicólogo general sanitario y psicólogo deportivo, que en su historial profesional ha tratado algún caso similar al de Lonnie Walker. "Es un paso muy valiente", reafirma Adrián sobre la confesión del escolta de los Spurs. Señala que para hacer lo que ha hecho Walker se necesita mucho trabajo detrás y haberle fortalecido. La exposición mediática es el primer rival en este tipo de casos.
No es habitual que un jugador de una liga tan importante y seguida alrededor de todo el mundo dé un paso así. La exposición es brutal y lo siguiente a lo que se puede enfrentar Walker es un abordaje extremo, con el morbo por bandera, ante una confesión tan inusual respecto a lo que los expertos consideran un tema tabú en el deporte. Casos como el suyo se cuentan con los dedos y más si se hace de la forma en la que lo ha hecho.
'Máscaras' frente a la realidad
Lonnie sorprendía este jueves a sus seguidores cuando se rapaba su característico pelo enmarañado, su mayor seña de identidad, que no era otra cosa que una "máscara" que ocultaba los abusos que había sufrido con solo 9 años por parte de familiares suyos. "Fui acosado sexualmente, violado, abusaron de mí. Hasta acabé acostumbrándome porque a esa edad ni siquiera sabes qué es qué. Yo era un niño curioso e inocente que no sabía lo que era el mundo real", relata.
Hasta acabé acostumbrándome porque a esa edad ni siquiera sabes qué es qué
Su defensa fue empezar a dejarse crecer el pelo. Adrián Quevedo nos cuenta que este es un mecanismo más en las víctimas que han sufrido abusos, especialmente de niños, que encuentran una cosa sobre la que tienen el control. Un niño, ante esta situación, no tiene madurez suficiente para entender que soportar conductas sexuales no es algo natural. "Aquello lo podía crear yo y cambiarlo yo. Y me dio confianza", dice Lonnie Walker en su carta. Y entonces llega el silencio, el 'aliado' más peligroso en estos casos.
Lonnie soportó años de silencio, así como muchos deportistas que sufrieron abusos en su familia o por parte de sus entrenadores y otro personal deportivo. Otros fueron silenciados. Nunca se podrá olvidar el caso de Larry Nassar, el doctor que abusó de cientos de gimnastas en Estados Unidos durante años o, sin alejarse en el tiempo, esta misma semana también se conocía que seis exnadadoras han denunciado a la federación estadounidense por no evitar los abusos sexuales de varios técnicos.
Las secuelas del silencio
"Se quedan sin energía", dice el psicólogo deportivo consultado por EL ESPAÑOL acerca de los deportistas que sufrieron abusos sexuales. Algunos generan trastornos del sueño por culpa de sus experiencias negativas y eso se traslada, por tanto, a su rendimiento deportivo. También aparecen trastornos alimenticios, sobre todo en aquellos profesionales a los que se les exige y se les mide cada detalle en lo físico, como pueden ser los gimnastas.
Se generan problemas con la identidad, procesos cognitivos y las relaciones y el contacto con las personas. Lonnie Walker señala que a la cabeza le estaban "volviendo los recuerdos de aquellos demonios y mentalmente estaba pasándolo mal". Estos 'demonios' o 'fantasmas' son flashbacks que siguen atormentando a la persona que sufrió abusos en el pasado y ha tratado de reprimir aquellos recuerdos, tratando de borrarlos de sus cabezas.
Era un peso para mí. El tiempo no espera a nadie, así que… ¿para qué iba a seguir perdiéndolo?
El proceso de superación es largo y requiere mucho trabajo detrás para llegar a ese punto de valor alcanzado por el jugador de los Spurs, que admite que ha podido perdonar a todos. El perdón, que no olvidar, es un paso importante. "Era un peso para mí. El tiempo no espera a nadie, así que… ¿para qué iba a seguir perdiéndolo?", dice Walker.
Cortarse el pelo ha sido el punto de liberación final para el escolta nacido en el estado de Pensilvania. "He mudado de piel de manera mental, emocional, física y espiritual. La vida siempre va a ser dura, tienes que jugar con las cartas que tienes e intentar acabar con la mano ganadora; y las derrotas no son más que derrotas que las lecciones. Seguiré aprendiendo sobre mí mismo", deja como mensaje final. Un mensaje de esperanza tras superar un infierno que se vuelve aún peor cuando se lleva en silencio.
[Más información: Lonnie Walker IV, la promesa de la NBA que se ha 'liberado' de los abusos sexuales que sufrió]