El baloncesto español, especialmente el universitario, tenía una fecha marcada en el calendario. Un día histórico para el deporte nacional y para el producto del futuro. El país iba a tener por fin una liga de baloncesto universitaria al más puro estilo americano. Con la idea de la NCAA en la cabeza, el proyecto que muchos habían echado de menos iba a comenzar a rodar.
Esta liga de universitarios iba a permitir tres cosas: no cortar el desarrollo deportivo de muchos jugadores y jugadoras, poder compaginar estudios y baloncesto de máximo nivel y, por último, evitar la fuga de talento nacional y atraer el talento internacional.
Sin embargo, y aunque todavía falten unos meses para septiembre -fecha en la que se iba a iniciar-, el coronavirus se ha cargado por completo los primeros pasos de este arriesgado pero esperado proyecto deportivo. Hasta 2023, "siendo optimistas", no se podrán ver los primeros partidos de esta competición.
Ignacio Legido, expresidente del Alcorcón, está al frente de The NUC. Esta empresa recuperó la idea de una liga universitaria y comenzó a trabajar hace unos años para ponerla en funcionamiento. Era posible. Y EL ESPAÑOL habla con él para conocer todos los detalles de esta NCAA a la española que ya contaba con todos los pilares necesarios para crecer.
Un proyecto de deportivo y social
El formato de la competición tenía cerrados varios contratos de patrocinio, la participación de cerca de ocho universidades y un plan para desarrollar la liga entre los más jóvenes. Los partidos se iban a retransmitir por una plataforma que la propia empresa iba a crear. Se podría exportar a YouTube e incluso se esperaba que alguien se interesara por los derechos en un futuro.
Desde el inicio solo iba a contar con equipos masculinos. Pero con el paso del tiempo, y una vez se hubiera asentado el campeonato, se daría el salto al baloncesto femenino. Aproximadamente una temporada después este ya iba a estar en funcionamiento. Si todo fuera bien, incluso contaban con la opción de extender el proyecto a más deportes.
Todo ello, claro, antes del coronavirus. La pandemia ataca por completo la idea que Legido tenía de esta NCAA española. "Va a ser complicado que volvamos a concentrar gente en espacios cerrados o eventos deportivos de entretenimiento", relata, porque "si esto es ahora, imagínate en Navidades con el frío si el virus se acelera y puede haber un brote sin existir la vacuna".
El riesgo de contagios y las dificultades para convocar actos multitudinarios hacen imposible el desarrollo de una liga que pretendía reunir a todos los estudiantes, incluso a los menos adeptos al baloncesto. "No podemos acelerar el proceso para empezar el proyecto, la incertidumbre y riesgos son mayores que la inversión".
El modelo de The NUC "está basado en el modelo americano de la NCAA". La base, según nos cuenta el directivo, es que "el deporte sin entretenimiento no tiene sentido". "El deporte ya existe, pero no está montado como producto de entretenimiento", subraya a EL ESPAÑOL.
"La idea era ir ampliando a otros deportes. Clínics, conciertos, temas de literatura, de gaming... Lo que le interese al mundo universitario". Toda una producción de actividades para los jóvenes estudiantes que se generaría en torno al baloncesto.
La tradición norteamericana le sirve de apoyo: "Vas a un partido de la NBA y casi puedes ir sin saber de baloncesto. En el campeonato universitario igual. El día de antes hay fiesta, antes del partido pasan cosas... La idea es que vaya todo el mundo que quiera tener una actividad de ocio".
El potencial económico
Un proyecto de estas dimensiones no es nada fácil de poner en marcha. El equipo de The NUC llevaba varios años trabajando en él. Y la inversión que tenían prevista no era pequeña. Ignacio Legido calcula cerca de medio millón de euros procedentes de su pura inversión privada.
"Teníamos estudiado un sistema de ingresos y aportación, pero un campeonato decente con una televisión y en condiciones de nivel, estaba en torno al medio millón de euros", asegura.
Los primeros beneficios llegarían en el cuarto año del campeonato, y en el tercero al menos se podrían igualar ingresos y pérdidas. Medio millón de euros que, además, generarían cientos de puestos de trabajo directos e indirectos: "Si el campeonato se consolidara, creemos que podría estar entre los 200 o 300".
Pero, más allá de los empleos, la clave de The NUC es relacionar deporte y estudios, facilitando el día a día de los estudiantes. Una de las premisas era que los jugadores de las diferentes universidades, que llegarían a contar hasta con un Draft, tuvieran la posibilidad de realizar prácticas de su rama de estudios en empresas deportivas.
En total, "por equipo podría haber 10 o 15 estudiantes trabajando y habría 10 universidades...". Cientos de beneficiados también a nivel estudiantil.
Ahora el futuro pinta diferente. Legido reconoce que han pensando en todo tipo de respuestas. Entre ellas, la de suspender el proyecto. Pero la que cobra más fuerza es abrirse a que la liga esté financiada tanto a nivel privado como público.
"Con el Estado no hemos llegado a hablar. Ahora nos planteamos muchas cosas y una es, cuando la situación política esté más tranquila, ir al CSD para ver un proyecto de capital público-privado. Dependerá de la situación política, de que lo vean con buenos ojos y de que nosotros podamos hacer el proyecto".
Respaldo del mundo del baloncesto
Un proyecto de estas características, y más teniendo en cuenta las tensiones que se viven en el baloncesto actual debido al apretado calendario, debía contar con el respaldo del mayor número de entidades deportivas posibles. The NUC habló con ACB, ABP, Euroliga, Federación... Todos los organismos más importantes del deporte nacional.
Con la ACB no llegó a haber una conversación formal, pero a las comunicaciones vía e-mail se sumó una charla entre Ignacio Legido y Antonio Martín -presidente de la ACB- durante un evento. Por su parte, la FEB les trasladó su visto bueno aunque siempre teniendo en cuenta que no iban a participar puesto que podría chocar con sus competiciones.
También hablaron con los entrenadores más importantes del baloncesto europeo. Uno de los que respalda el proyecto, de hecho, es Aíto García-Reneses por medio de su fundación. Le siguen otros rostros como Xavi Pascual o Sarunas Jasikevicius. ¿Para qué hablar con ellos? Para recoger sus aportaciones.
"Para ver qué variaciones del baloncesto querían ver en este campeonato y ver qué opinaban ellos. Si los grandes entrenadores no lo ven, podía ser cuesta arriba. Xavi apoyaba el proyecto y Aíto igual", explica Legido a este periódico. A ellos se les suma Jordi Villacampa, la empresa Improve Sports y la propia The NUC.
El futuro está en 2023
Esta NCAA española está en pausa. Pero, "siendo optimistas", podrá regresar en 2023. En 2021, según tiene calculado Legido, comenzarán de nuevo con la ronda de contactos para sondear a los patrocinadores y a las universidades. "Hay que ver cómo reaccionarán, si van a dar clases presenciales, si el sistema de residencias va a funcionar...". Un sinfín de incógnitas que hay que resolver.
"Los proyectos hay que montarlos para que tengan éxito. Hay que ser realistas: no vamos a montar un campeonato para que no funcione. Hemos estado décadas sin algo parecido y quizás hay que esperar dos o tres temporadas", subraya.
Si todo va bien, en un futuro universitarios de España y de la NCAA podrían verse las caras en un amistoso. Ese sería el mejor resultado posible. "Cruzar el charco y reforzar la colaboración" con la competición norteamericana cuando el campeonato "hubiera cogido fuerza" era una de sus ideas. Tendrá que esperar, pero podrá ser posible.
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