The Last Dance atrajo la mirada de millones de espectadores en todo el mundo. El documental protagonizado por Michael Jordan fue de lo más comentado durante los meses de marzo y abril. En él también eran protagonistas tanto los Chicago Bulls como Scottie Pippen o Dennis Rodman. Precisamente, este último vuelve a ser noticia por su adición al sexo.
Las fiestas de Rodman, en las que corría el alcohol y el sexo era otro gran aliciente, no han sido nunca un secreto. El exjugador de baloncesto siempre fue un personaje muy polémico, tanto durante su trayectoria profesional como después, pero sobre todo mientras jugaba en la NBA.
Ya antes había revelado que a lo largo de su vida ha llegado a estar con "más de 2000 mujeres", poniendo además énfasis declarando que "de las cuales por lo menos 500 eran prostitutas". "Tuve relaciones en todas y cada una de las habitación del Berto Center. La sala de pesas, la cancha de entrenamiento... una locura. Cuando lean esto mis compañeros van a decir '¡maldición!', pero nos fue bien".
¿Será el protagonista algún día de su propio documental? Lo cierto es que Dennis Rodman tiene capítulos suficientes para que este fuese de lo más revelador e interesante para el espectador. Fiestas, sexo, alcohol, pero también muchos éxitos en la NBA y amistades tan controvertidas como la que le une con Kim Jong-Un.
No hay dos sin tres
Ya se ha señalado que su adicción al sexo no ha sido nunca ningún secreto, pero ahora ha ido un paso más allá al revelar cómo hasta en tres ocasiones tuvo que ir al hospital porque se había roto el pene. Durante una entrevista con Party Legends Viceland, Dennis Rodman ha relatado los tres pasajes. El primero, a bordo de un yate.
"Estaba en un fiesta. Fiesta, fiesta, bebe, bebe, fiesta, fiesta, tú ya sabes… Yo y mi chica acabamos en una cama king size, dentro del barco. A ella le encanta tener sexo. Me dijo que quería intentar algo nuevo: que fuera corriendo y saltara sobre ella. Así que yo corrí, corrí y corrí, y salté. Y literalmente se rompió. Había sangre por todas partes. Ella se puso pálida. Se puso a gritar: 'Dios mío. Ha muerto. ¡Yo lo maté!'. Pero yo traté de calmarla: 'No, cariño, me he roto el pene'", afirmó.
La segunda llegó cuando formaba parte de los Detroit Pistons: "Jugaba para Detroit, contra los Rockets. Y una chica tomó un avión para verme. Cenamos juntos y dejó unos libros sobre la mesa. Le pregunté de qué se trataban. Me dijo que enseñaban diez maneras de satisfacer a un hombre. Yo dije 'bendita seas', y nos pusimos a tener sexo, hasta que me dio un golpe con las nalgas que me rompió el amigo. ¡Había sangre por todos lados! Y ya no pudimos seguir".
Como no hay dos sin tres, su última visita al hospital por este motivo llegó en Nueva York con una enfermera: "Misma historia. Fui a la habitación del hotel, tuvimos sexo, y sucedió de nuevo. Tuvieron que llevarme al hospital. La enfermera fue trayendo médicos para entender qué me había pasado. Al final había ocho médicos alrededor mío. Les dije que yo sabía qué tenía. Pero insistían en que querían cuidarme, que yo me encontrara bien. Al final me diagnosticaron una 'contusión de pene'".
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