James Harden presiona a Houston Rockets: se va a un club de streptease y falta al entrenamiento
El jugador de la franquicia de Houston está tensando la cuerda todo lo que puede con su actual equipo para cumplir su deseo de ir los Brooklyn Nets.
7 diciembre, 2020 13:31Noticias relacionadas
El de James Harden va camino de convertirse en el culebrón del año en la NBA. Ni el faraónico proyecto de Los Ángeles Lakers con las astronómicas renovaciones de LeBron James y Anthony Davis o los fichajes de Marc Gasol y Dennis Schröder, o el cambio de aires de Russell Westbrook y John Wall que han cambiado Houston por Washington respectivamente, han conseguido eclipsar la figura de 'la barba'.
El jugador de los Rockets quiere marcharse de una franquicia en la que no ha conseguido cumplir su objetivo de ser campeón de la NBA o, al menos, pelear por ello. Cierto es que ha crecido y mucho como jugador, ya que se ha convertido en una estrella de la liga, en uno de los mejores talentos ofensivos y anotadores de la historia e incluso en MVP del campeonato, pero sus logros no han pasado de ahí y ahora quiere afrontar un reto mayor que le permita tocar pelo de verdad.
Salió del mejor proyecto de la historia de los Oklahoma City Thunder con jugadores como Durant, Ibaka o Westbrook y, junto a su excompañero, ha sido el único que no ha conseguido salir todavía campeón de la mejor liga del mundo. Russell parece haber tirado ya la toalla tras anunciar su llegada a los Wizards, pero Harden todavía sueña con poner uno de esos prestigiosos anillos en sus manos.
Para ello, está poniendo las cosas muy tensas con los Houston Rockets. Su último episodio ha sido acudir a una fiesta de cumpleaños en un conocido local de striptease sin mascarilla y sin respetar los protocolos sanitarios contra la Covid-19. Se trataba de la celebración del rapero Lil Baby, al que regaló un bolso de Prada, bollos de miel, un reloj de Richard Mille y 100.000 dólares en efectivo. Lejos de haber sido un error, está claro que ha sido toda una demostración de intenciones, ya que Harden no dudó en grabarse y dejarse grabar para que todos pudieran ver lo que estaba haciendo.
James Harden gifted Lil Baby a Prada bag, honey buns, $100K cash and a Richard Mille watch for his birthday pic.twitter.com/vMlvGqabsL
— NBA Central (@TheNBACentral) December 4, 2020
Su propósito no era otro que obligar a su propio equipo a mantenerle aislado de los entrenamientos de los Rockets tras haber puesto en peligro de un posible contagio. De esta forma, el base-escolta de Houston todavía no ha regresado a los entrenos con su todavía equipo, algo que parece no tener intención de hacer.
La intención de Harden
El objetivo real de Harden no es otro que poder salir de la franquicia y cumplir su deseo de jugar en los Brooklyn Nets, equipo que está dispuesto a hacer lo imposible para incorporarlo a sus filas y componer un equipo de ensueño con las dos estrellas de la plantilla. En los Nets se reuniría con otro excompañero como Kevin Durant y con la estrella Kyrie Irving. Sin duda, uno de los 'Big Three' más temibles de la liga y casi de la historia.
Esa unión, que también genera dudas por la difícil compenetración de tres estrellas que necesitan mucho balón y que tienen un carácter eminentemente anotador, no se ha producido de momento y los Rockets ya le han enviado un mensaje a Harden a través de su entrenador, que ha asegurado que están al tanto de lo que está haciendo 'la barba', pero que de momento siguen contando con él para su proyecto.
James Harden revoleando dólares anoche en un club de streaptease.
— TIRO LIBRE (@tirolibreNBA) December 6, 2020
Promediará 38 puntos esta temporada.pic.twitter.com/7u8R8O7COy
"Si James está comprometido con el equipo es algo que deberíais preguntarle a él. No estoy muy seguro de qué obstáculos tiene que superar para poder entrenar con el equipo. Sólo diría que lo quiero aquí y quiero que sea una gran parte de lo que estamos haciendo. Deseo que sea parte de lo que acabamos de iniciar con un buen entrenamiento, de un grupo de jugadores que trabajan duro en ambos extremos de la cancha y se sienten muy positivos de todo lo que pueden conseguir". Estas eran las palabras de un molesto Stephen Silas.
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