La NBA está empezando a ver la otra cara del coronavirus. Ya sufrió, y sigue sufriendo, la violencia de los contagios, las plantillas diezmadas por los casos positivos, partidos suspendidos y jugadores que incluso tenían que abandonar la pista en pleno partido para no incumplir las normas ni saltarse los protocolos.
Hubo un tiempo, que bien podría regresar cuando menos lo esperen, que la NBA estuvo contra las cuerdas, incluso más que durante los meses que no hubo baloncesto. Aquello al final se resolvió de una manera bastante exitosa gracias a la perfecta organización de la 'burbuja' de Orlando donde Los Ángeles Lakers se coronaron como nuevos campeones.
El regreso de la competición con la nueva temporada también supuso un drama, ya que tras las vacaciones y después de que los jugadores pasaran tiempo libre, con sus familias e hicieron su propia vida sin un control externo se tradujo en un carrusel de casos al inicio del curso.
Sin embargo, y ahora que la situación está controlada dentro de la extraña normalidad que vive el mundo en el que los contagios son algo cotidiano, se están empezando a ver los otros efectos del coronavirus, esos que no son positivos, sino que llegan después de haber dado positivo.
En la NBA hay un altísimo porcentaje de jugadores que han pasado la enfermedad y, aunque no ha habido casos extremadamente graves, sí está habiendo jugadores que registran importantes secuelas y que, por lo tanto, no pueden desempeñarse en plenas facultades para ayudar a sus equipos. Ya no son bajas porque no son positivos, pero son jugadores lastrados que han tenido que cambiar sus vidas, sus rutinas y que ahora mismo viven frustrado por no poder dar el máximo ni poner todas sus prestaciones al servicio de sus compañeros.
El caso de Tatum
Uno de los casos que más ha llamado la atención en las últimas horas es el de la estrella de los Boston Celtics Jayson Tatum, quien asegura que desde que pasó la Covid-19 ya no es el mismo y que sus pulmones se han quedado tocados, lo que afecta a su rendimiento y que le está llevando a cambiar algunas de sus rutinas. Ahora, sus inicios de partido dependen de un inhalador, algo que no había utilizado en su vida.
"Es un proceso que lleva mucho tiempo. Hago uso de un inhalador antes de los partidos desde que di positivo". Así se lo reconocía a ESPN además de asegurar que ahora se siente mucho más cansado de lo normal en los partidos, lo que lastra su rendimiento, y que los problemas respiratorios y pulmonares que padece no le dejan jugar como él sabe. Este hecho preocupa y mucho en el seno de su franquicia.
"Me ha ayudado un poco al abrirme los pulmones. Ya sabes, nunca antes había usado un inhalador. Es algo diferente en mi rutina. Me siento mejor ahora que hace un mes. No hay una fecha exacta para dejar de usar el inhalador. Eso llegará cuando me encuentre lo suficientemente cómodo". A pesar de todo, Tatum se está dejando la vida por sus Celtics y en las últimas semanas parece haber recuperado su mejor versión hasta el punto de haber sido nombrado Jugador de la Semana en la Conferencia Este.
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