La historia de Larry Miller es una de las más increíbles del deporte. Se podría decir que su vida es como una novela policiaca de las que llenarían librerías y de las que formarían colas para comprar y firmar ejemplares. Bandas callejeras en los suburbios de Estados Unidos, asesinatos, ocultamientos y una carrera de superación que le dejó siendo uno de los ejecutivos más importantes de una multinacional como Nike y gran amigo de una leyenda del deporte como Michael Jordan.
Larry Miller pasó de la calle al despacho después de aguantar durante años un tormento para intentar limpiar su imagen tras una juventud innecesariamente difícil. Ahora, ha decidido a publicar un libro con sus memorias y para ello concedió una entrevista a la conocida revista Sports Illustrated.
En dicha entrevista fue cuando Larry se abrió y recuperó una etapa de su vida que había querido ocultar durante años después de que sacarla a la luz solo le trajera problemas y disgustos. La terrible y sorprendente historia de este ejecutivo y personaje muy cercano a la figura de Michael Jordan comienza en su niñez cuando formaba parte de una de las bandas callejeras más peligrosas de West Philly.
Su caso era muy particular porque muchos de sus amigos lo hacían por necesidad al vivir en la pobreza y la marginalidad, encontrando en la delincuencia una forma rápida de llegar al dinero a través de robos o de encargos. Sin embargo, en el caso de Miller lo hacía por pura ambición. Le hacía sentirse vivo liderar este tipo de bandas, meterse en problemas y sentirse siempre perseguido por las autoridades. Para él era como ser alguien importante, a pesar de que estuviera eligiendo el camino equivocado. No tenía otra cosa en mente que estar al frente de algo llamativo.
Un asesinato 'oculto'
Corría el año 1965 cuando la banda de Larry tuvo una de esas afrentas que ni se olvidan ni se esquivan. El propio Miller, que años después se arrepentiría de ello, hizo una promesa al viento que, dados los códigos internos de este tipo de agrupaciones pandilleras, no podía eludir. Aquella trifulca que marcó su vida estuvo precedida por el asesinato de uno de sus compinches por un miembro de otra banda.
En el momento en el que Miller conoció este asesinato juró que a la primera persona que se encontrara del grupo rival le ajusticiaría con la misma suerte. Solo tenía 16 años. Una noche, semanas después de que aquel chico más joven que él muriera, se fue a beber vino con unos amigos. El alcohol y un arma que le consiguió una novia que tenía jugaron en su contra marcando su vida para siempre.
Aquel chico que se había iniciado en los oscuros mundos de las bandas callejeras cuando tenía solo 13 años se convirtió poco tiempo después en un asesino. Aquella noche de vinos y amargura, buscando a uno de los enemigos de la banda rival que habían acabado con la vida de su amigo, se encontró con otro chico que no tenía nada que ver con aquella historia y que se puso en su camino mientras iba al encuentro con su novia. Larry, confundiendo a aquel joven de 18 años con un miembro de la banda rival, cumplió su promesa dándole muerte con un tiro en el pecho con el revólver que le habían conseguido.
Lejos de eludir responsabilidades, la policía terminó pillando aquella noche al joven Miller, que pagó por aquel asesinato, un ajuste de cuentas con intoxicación etílica incluida que terminaría marcando su vida de una manera mucho más trascendental de lo que él mismo imaginaba cuando puso los dos pies en la cárcel.
La decisión del ocultamiento
Larry Miller, al ser menor, no fue condenado a prisión, pero permaneció más de cuatro años en un correccional de menores. A su salida, no cambió su conducta y siguió delinquiendo, lo que llevó a pasar largas temporadas entre rejas hasta los 30 años. Durante su estancia en la cárcel intentó reformarse e inició un grado de contabilidad que a su salida completó con un máster en Administración de Empresas con el que buscarse una nueva vida. Lo cierto es que sus pasos por prisión terminaron sirviendo para que se convirtiera en una persona completamente nueva.
Sin embargo, había quedado marcado para siempre y de ello se dio cuenta nada más salir de prisión. Gracias a sus estudios de contabilidad pudo acceder a trabajos cualificados, aunque sus antecedentes le jugarían malas pasadas. En su primera entrevista de trabajo, orgulloso de su cambio y de su historia de reforma personal, no dudó en contar a su entrevistador lo que había su vida y su experiencia hasta estar sentado en aquella silla.
Cuando confesó que sus estudios los había completado tras haber pasado varios años en la cárcel por varios delitos y un asesinato, todas las puertas se cerraron para él. Aquel rechazo fue un golpe para su autoestima y, por temor a no encontrar nunca un empleo, se juró a sí mismo aquel día, tal y como había hecho con su venganza tras el fallecimiento de su amigo, que nunca más contaría a nadie lo sucedido en aquella reyerta.
Desde entonces, aquel suceso que ocurrió en West Philly pasó a un capítulo oscuro de su vida que se encargó de tapar para todo el mundo con un éxito realmente sorprendente. Su elección de borrar su pasado provocó que pudiera construir un nuevo futuro a partir de un pasado ficticio que, ahora que se ha convertido en una persona conocida en todo el mundo, sorprende todavía más si cabe.
Su llegada al éxito
La fórmula elegida le dio sus frutos a Larry Miller, que pasó de ser un pandillero en prisión con un asesinato a sus espaldas en un ajuste de cuentas a uno de los empresarios más importantes e influyentes del deporte estadounidense. Consiguió cumplir uno de sus sueños, que era formar parte de gran factoría. La elegida fue Nike.
En el año 1997, más de 30 años después de sus andaduras oscuras por las calles de Filadelfia, Larry Miller se convirtió en uno de los vicepresidentes de la multinacional más importante del mundo en el mercado de la ropa deportiva. De hecho, consiguió además especializarse dentro del universo de la marca y ser el gran líder de Nike Basketball.
Su escalada hacia la cumbre se completó gracias a su unión con Michael Jordan, de quien se convirtió en gran amigo después de convertirse en el máximo responsable de Jordan Brand. Su unión con el mejor jugador de la historia de baloncesto le hizo ganarse una fama mundial, y en especial en la NBA, que le lanzaron como uno de los personajes más influyentes del momento en los finales de los 90 y en el principio del nuevo siglo. Junto a 'Air' llevó a cabo además varios negocios importantes.
Sus apariciones se multiplicaron en los mejores pabellones del país formando junto a la leyenda de los Chicago Bulls, por lo que su rostro no pasaba ya desapercibido para nadie. Sin embargo, nadie conocía todavía su secreto. De hecho, en una ocasión tuvo una recepción en la residencia de los Clinton y los cuerpos de seguridad estudiaron su historial delictivo y sus antecedentes. Cuando Miller se enteró, asumió que no podría acudir a dicho encuentro tan especial y que su delito saldría de nuevo a la luz. Pero, sin saber cómo ni por qué, nadie le delató y nadie se enteró de lo que pasó en aquella pelea de bandas en West Philly.
En el año 2006, gracias a sus muchas inversiones, se convirtió en el dueño de una de las franquicias de la liga, los Portland Trail Blazers. Ahí, sus apariciones públicas se multiplicaron aún más y se convirtió en un personaje de sobra conocido por todos. Había cumplido su propósito y su reto.
Ahora, más de dos décadas después de su salto a la fama, este exdirectivo de Nike ha decidido sacar a la luz su historia con el propósito de demostrarle a la sociedad que una persona puede cambiar su vida después de pagar por sus pecados si no cuenta con el dedo acusador de los demás sobre sus conciencias. Él consiguió ocultar su secreto y gracias a eso construyó una vida en la élite empresarial y en el deporte mundial.
Sin embargo, gracias a esta salida a la luz, la familia de Edward David White, el chico fallecido en las calles de Filadelfia, ha conocido algo que no había sabido nunca, la identidad del asesino. The New York Times ha reconstruido ahora la historia desde el punto de vista de la familia afectada, quienes han recibido con mucha tristeza la resurrección de este caso y el conocimiento del autor de los hechos, una persona mundialmente conocido.
Larry Miller ha querido culminar su historia con la publicación de un libro con sus memorias donde repasa toda su trayectoria: Jump: My Secret Journey From the Streets to the Boardroom. Para ello, ha revelado en esta entrevista el hecho que le atormentó durante años y con el que ha conseguido vivir, a pesar de que se arrepiente cada día de lo sucedido. "Si pudiera volver y deshacerlo, lo haría absolutamente. No puedo. Así que todo lo que puedo hacer es tratar de hacer lo que pueda para ayudar a otras personas y tratar de tal vez evitar que esto le suceda a otra persona".
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