Nikola Mirotic no ha sentido la presión y ha respondido con gallardía al reto que le ha planteado el Real Madrid en la final de la Copa del Rey de baloncesto. Los blancos gozaron de una amplia renta en la primera parte, pero el exjugador NBA apareció en el momento clave para liderar la reacción de los suyos en ataque y acercar la victoria.
Entre el propio Mirotic y Rokas Jokubaitis fueron los principales artífices de la remontada de la segunda Copa consecutiva del Barcelona con Jasikevicius a los mandos. Gracias a su enorme partido, con 19 puntos y 5 rebotes y sin fallo en el tiro libre, terminó decantando el choque en favor de los azulgranas en un final muy apretado que decidió gracias a golpes de genio.
Una vez había terminado el choque llegaba el momento de elegir al mejor jugador del torneo que, en este caso, responde más al hombre más en forma en la gran final. El choque había estado en un puño hasta los segundos finales gracias a la pájara del Real Madrid y a la encomiable reacción de los de Jasikevicius, que les devolvieron a los blancos el golpe recibido en la Supercopa Endesa.
Con la victoria del lado azulgrana, había pocos nombres que podían optar al premio. Seguramente, Laprovittola ha sido el más brillante o el más decisivo en el global del torneo. No obstante, no fue su final. Sí lo fue del joven base lituano Rokas Jokubaitis que probablemente dejó sus mejores minutos con la camiseta del Barça.
El joven talento de los azulgranas, que promete ser el vivo reflejo de Saras en la pista anotó nueve puntos consecutivos claves para la remontada. Sin embargo, los 19 de Nikola Mirotic, su poderío mediático y alguna acción de verdadera brillantez hacían complicado que el galardón se le escapara.
Un partido muy completo
El montenegrino sacó toda su garra y su clase en los minutos finales para anotar tanto por dentro como por fuera. Además, aguantó la presión desde la línea de tiros libres y su acierto, con un 9 de 9, fue clave para acercar la defensa del título a los catalanes. Todos les estaban esperando y no se escondió. Le dio igual quien estuviera enfrente.
Volvió a comerse a un Guerschon Yabusele que sigue sin aparecer en los Clásicos y también pudo, por momentos, con un Gaby Deck que todavía no está al cien por cien. El argentino falló la jugada clave del partido, una bandeja que se escapó por escasos centímetros y cuyo rebote cayó en manos de Mirotic como si de un elegido se tratase. Además recibió la falta que sentenció el choque.
Con ese premio de MVP y este reconocimiento de mejor jugador de la final, Nikola Mirotic cierra un círculo muy especial a nivel personal. El ahora ala-pívot del Barça ya había ganado el galardón con anteriorida. Fue en el año 2014, cuando lo hizo defendiendo los colores del Real Madrid.
Sin embargo, desde su regreso a Europa, y particularmente al Barça, no lo había hecho todavía. Ahora ya puede presumir de haberle dado también a su nueva afición una exhibición que ha terminado valiendo un título, el primero del curso. Además, ante la ausencia de Pierre Oriola, su fiesta fue completa ya que levantó el título como capitán del equipo.
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