El España - Ucrania de clasificación para el Mundial de baloncesto 2023 se ha convertido en un canto contra la invasión de Rusia. Uno de los que mejor lo esbozó fue un Artem Pustovyi, que dejó la emoción tras escuchar el himno para marcarse un gran partido con 12 puntos y siete rebotes. El exjugador del FC Barcelona, ahora en Herbalife Gran Canaria, cargó contra el presidente Vladímir Putin por la invasión a su país tras comenzar el choque con el lema "No a la guerra" en su mejilla.
"No necesitamos su puta ayuda, es un maldito loco. No puedo creer que esto pase en 2022. No tiene por qué ir a Ucrania. El mundo no debe quedarse fuera. Si se empieza a repartir mierda en nuestro país, lo va a hacer en otros", sentenció uno de los mejores jugadores de esta selección en la rueda de prensa posterior al choque que ganó España por 88-74. Los ucranianos disputaron el choque a pesar de la situación y demostraron entereza batallando contra los actuales campeones del mundo.
Pustovyi relató los sentimientos que había en ese vestuario. "Ha sido partido muy difícil para nosotros y para toda Ucrania. Es muy difícil jugar en esta situación por lo que está pasando en nuestra casa. Hemos intentado hacerlo lo mejor posible, pero todos estábamos pensando en nuestras familias. Son días locos para nosotros", expresó delante de la prensa española. Estuvieron arropados durante el encuentro disputado en el Palacio de Vista Alegre de Córdoba por un gran número de ucranianos afincados en España.
En la previa del partido, el equipo ucraniano no quería jugar. "Estamos nerviosos y estresados. Nuestra mentalidad no es la mejor", exponía el delegado de la selección, Andriy Lebedev. Unas palabras similares a las del jugador Oleksandr Lypovyy: "No queremos jugar, pero no es posible aplazar el encuentro". Los ucranianos plantaron cara a pesar de estar destrozados. Había gigantes de más de dos metros con lágrimas en los ojos mientras su himno sonaba.
Lección de entereza
El España - Ucrania de clasificación para el Mundial 2023 quedará siempre marcado como aquel duelo que no se debió jugar. La Federación Española de Baloncesto quiso honrar a las víctimas que empieza a dejar el conflicto con un minuto de silencio que se rompió por un aplauso de piel de gallina de la afición cordobesa. La despedida fue aún más sobrecogedora. En las tribunas había pancartas de "No a la Guerra" y de "España con Ucrania".
El cariño de los jugadores españoles fue evidente, desde la misma salida visitante a cancha. Al término del encuentro llegó el epílogo más emocionante. Una ovación para el recuerdo encogió el corazón a los presentes. Se prolongó durante un minuto largo de reconocimiento con los jugadores de España rindiendo tributo a sus compañeros. Fue una lección de convivencia en medio de la barbarie. El conflicto ya está en marcha, pero desde el mundo del baloncesto ha quedado clara la intención de que se frene.
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