Russell Westbrook llegó a Los Angeles Lakers el verano de 2021 para consagrar a la franquicia entre los equipos en racha de la NBA. Su unión con LeBron James hizo que las expectativas de todo aficionado se dispararan. Sin embargo, el avance de la temporada no ha hecho más que deparar los peores datos del base desde 2009 y el acoso y derribo contra el jugador por su rendimiento.
El estadounidense no cuenta con el apoyo de un público muy exigente. Tampoco con el de una prensa que ha analizado permonizadamente todos los datos que ha cosechado esta campaña. Y, para colmo, las leyendas de los Lakers le han dado la espalda como consecuencia de estas actuaciones. La franquicia está novena de su conferencia y ya hay quien teme que no puedan meterse en el play-in de la NBA.
Las palabras más dañinas son la de Magic Johnson. Que una referencia de tu equipo se ponga en tu contra no debe ser bueno. Y puede que sus palabras sirvieran de gasolina para una afición que, en algunos casos, ha traspasado la barrera del deporte hasta llegar a lo persona. El mítico base fue claro: Westbrook no estaba rindiendo y su atención estaba más en la prensa que en la pista. Un mazazo que no pasó desapercibido para nadie debido al peso que tiene Johnson en la franquicia.
"Sabías que había expectativas cuando llamaste a LeBron y Davis. Viste jugar a Kobe y y ganar todos esos campeonatos. El púrpura y oro se trata de eso. Deja de pelearte con la prensa y reconoce que has jugado mal", criticó Magic Johnson durante la previa de un partido de la NBA. En caso de no clasificarse para el play-in, Westbrook "podría pasar a la historia como el peor traspaso en la historia de los Lakers".
Las palabras de Magic corrieron como la pólvora. Y esa pólvora explotó entre los aficionados. A Westbrook ahora se le conoce como 'Westbrick' de forma despectiva. Los aficionados, además, han pasado a la carga con una campaña de derribo absoluto. Una presión que el jugador ha acabado denunciando ante los medios de comunicación por el miedo que vive su familia.
"Mi familia ha llegado a un punto en el que realmente les está pesando [...]. Esto es soloun juego. No es el fin de todo, esto no lo es todo", se ha defendido el jugador. "En el momento en el que se usa mi nombre para burlarse de mí y mi familia, se convierte en un problema. Lo había dejado pasar porque nunca me ha molestado. Pero el otro día me afectó".
La razón no fue otra que el proteger a su entorno de los ataques que recibe. "Ni siquiera quiero llevar a mis hijos a los partidos porque no quiero que escuchen a la gente llamando a su padre con apodos y otros nombres sin razón". Además, el ambiente es tal que su familia "No siquiera quiere ir a los partidos de casa".
Tras las duras palabras de Magic, Westbrook recibió el apoyo del propio base. Puede que consciente del efecto de sus declaraciones o por simple sinceridad. "Así es como los Lakers necesitan que juegue noche tras noche", exclamó el mito tras los ataques recibidos.
La estadística le da la espalda
Los ataques personales de la afición no tienen cabida. Sin embargo, la estadística si explica el enfado que hay en torno a Westbrook. Esta temporada está promediando poco más de 18 puntos, siete rebotes, siete asistencias y menos de 12 puntos de impacto en el equipo. Unos datos que en el aspecto anotador le sitúan en 2009. Desde entonces, nunca había promediado menos de 21 puntos por partido.
En lo que respecta a valoración habría que irse mucho más atrás. Concretamente al 2008, cuando se quedó 10,1 de puntos de impacto. Un peso ínfimo que ha recuperado esta negativa temporada con los Lakers. La presión para Westbrook cada vez es mayor y las dudas sobre el acierto con su traspaso aumentan.
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