La Virtus Bologna de Sergio Scariolo mete miedo. El histórico conjunto italiano está conformando una plantilla envidiable y tras la crisis de los clubes rusos ha aprovechado para reforzarse aún más. Unos movimientos con los que el seleccionador español quiere tocar la cima y cumplir el ansiado objetivo del conjunto italiano: jugar la Euroliga llegando a la final de la Eurocup.
Sergio Scariolo sorprendió el pasado verano con su fichaje por la Virtus. El seleccionador español, acostumbrado a un papel más secundario como técnico ayudante de Toronto Raptors, regresó a Europa. El reto en la Virtus no era sencillo: debía dar la cara ante el Olimpia Milano y obtener uno de los dos billetes para jugar la Euroliga la próxima temporada. ¿Cómo? Alcanzando la final de la Euroliga. Y para ello le dieron fondos suficientes para armar el proyecto.
La inversión que había comenzado con Djordjevic en el banquillo creció de cara a esta temporada. Y, más allá de las incorporaciones que llegaron en el mercado de verano, la Virtus Bologna ha aprovechado para seguir mejorando su plantel con la crisis de los últimos días. El éxodo de jugadores extranjeros entre los equipos rusos ha deparado el desembarco de estrellas en Italia. La Virtus, poderosa e inteligente, ha recibido ya a dos estrellas del CSKA para alcanzar su meta.
Una de las claves es que todos ellos podrán competir en Eurocup. Mientras que el plazo para inscribir en Euroliga ya ha caducado, el de la segunda competición europea sigue abierto. Por ello, tanto Tornike Shengelia como Daniel Hackett han aceptado la oferta de la Virtus. El georgiano fue el primer jugador en abandonar el CSKA como forma de protesta por la invasión de Ucrania y Hackett, poco después, siguió los mismos pasos. El italiano fue anunciado primero. Shengelia puso la guinda el último.
Estos dos refuerzos suponen un considerable salto de calidad de la plantilla de Scariolo. Shengelia, sin ir más lejos, podía haber recalado en clubes españoles. Sin embargo, la oferta italiana le convenció más. Hackett, por su parte, ya conoce la competición y vuelve como un jugador consagrado en el baloncesto europeo.
La promesa de 2019
Estos fichajes dan fuerza suficiente como para pelear en Eurocup. Pero si se valoran conjuntamente con las incorporaciones previas, sitúan a la Virtus entre los equipos con mejor plantilla de toda Europa. Un equipo digno de competir, al menos en lo que respecta a nombres, con los grandes de Euroliga.
A Shengelia y Hackett hay que sumarle el fichaje de Ekpe Udoh, campeón de Europa con el Fenerbahçe, y al joven Nico Mannion, con un breve paso por la NBA. En 2020, igualmente, se fichó a un mito del baloncesto italiano como Marco Belinelli. El ex de San Antonio Spurs, entre otros, se sumó al proyecto en ese proceso de transformación. Pero puede que la primera piedra de este camino se pusiera en 2019, cuando Milos Teodosic sorprendió con su fichaje.
El base serbio, considerado uno de los mejores del baloncesto continental en la última década, abandonó la NBA después de no cumplir con sus expectativas. Había muchas dudas sobre dónde jugaría en Europa. Y ese 2019 sorprendió incorporándose a una Virtus que no jugaba ni la Euroliga. El contrato de más de 5 millones en tres temporadas pudo ser una de las razones.
La Virtus Bologna, tres años después del inicio de su proyecto, sigue apostando fuerte. Sergio Scariolo de líder y una plantilla envidiable para llegar a la final de la Eurocup y, por ende, disputar la Euroliga la próxima temporada. Por el momento marchan segundos en liga a un solo triunfo del Olimpia Milano. En la competición continental son cuatros con un balance de 8-6. Ahora está por ver el efecto que tienen los dos fichajes estrella en su rendimiento.
Sergio Scariolo quiere conquistar Europa. Y tras ello, el italiano probará repetir título, pero con una selección española que disputará el Eurobasket con numerosas dudas. Será el primer torneo sin los Gasol ni nombres como Sergio Rodríguez. Será el primer examen oficial de la nueva generación del baloncesto patrio.
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