El FC Barcelona se llevó este jueves un correctivo de esos que hacen época en las semifinales de la Final Four de la Euroliga. El equipo de Sarunas Jasikevicius mandaba al descanso por once puntos ante un Real Madrid que no encontraba el camino de hacerles daño después de un inicio de encuentro en el que sí habían dominado.
Sin embargo, a los de Laso se les encogió la muñeca en el segundo cuarto y se quedaron a merced de un rival que tenía en su mano noquear a su mayor oponente en el inicio del tercer cuarto. No lo hicieron y, como viene siendo habitual, el Real Madrid consiguió darle la vuelta a un partido que tenía perdido, pero que se terminó llevando en un final emocionante y vibrante tras un gran encuentro de ambos equipos.
Una vez consumido el tiempo de partido, los jugadores del equipo de Pablo Laso celebraban sobre la pista mientras los azulgranas no se podían creer que después de haber dominado la temporada estuvieran fuera de la lucha por el título. Pero así era. Nikola Mirotic, en el suelo, protestando la última jugada, era la viva imagen de la frustración y el dolor.
Tras el choque, Sarunas Jasikevicius salió a rueda de prensa para analizar el partido y como viene siendo habitual lo hizo muy en caliente. El técnico lituano cada vez necesita más tiempo para bajar revoluciones y su aparición ante los medios en Belgrado no fue un ejemplo de calma y mesura. Se sentó en su silla con la disposición de rajar de su plantilla una vez más y disparó contra su propio vestuario sin piedad.
La rajada de Jasikevicius
Lo que más le molestaba al técnico azulgrana era haber concedido 52 puntos en la segunda parte y, especialmente, ese parcial de 11-26 en el tercer cuarto que terminó dando la vuelta al choque: "Echo de menos algo más de profesionalidad y de sacrificio. Recibir 52 puntos en el segundo tiempo es inaceptable. No es serio. En el tercer cuarto regalamos todo".
'Saras' se sentía profundamente dolido por la imagen que había dado su equipo en la segunda parte y no se propuso ni por un solo instante esconder el tremendo cabreo que llevaba: "Puede ser la derrota más dura desde que estoy aquí. El estado anímico tiene que estar mal. Tememos que estar mal. Estamos regalando mucho y es más de lo mismo". Una y otra vez disparando contra los jugadores que le han llevado hasta esta Final Four y que han terminado líderes de la fase regular de la Euroliga y de la Liga Endesa.
El entrenador lituano apuntó hacia la autocrítica que deben hacer todos y cada uno de los miembros de un vestuario que estaba hundido tras caer ante el Real Madrid tal y como lo habían hecho: "Hay que levantarse es una derrota muy difícil. Cada uno tiene que mirarse en el espejo y aprender de esta derrota muy dura. Es la misma canción de siempre. No somos capaces de matar partidos o series y esto es muy difícil de aceptar". Por último, eso sí, quiso acordarse de la afición para agradecerles el apoyo en una noche también complicada: "Gracias. No lo van a pasar bien hoy".
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